Es verdad que las redes sociales son un culto al ego, a la vanidad y a la autoestima. Un invento moderno, como todos los inventos cuando se inventan, que ha servido para desarrollar los instintos más exhibicionistas y extrovertidos del ser humano. Qué buena idea, y ¿por qué no?
A mí, pensándolo bien, sólo me falta desnudarme. Con eso de la distancia y de la frialdad que aporta el ordenador, uno ha perdido todo el pudor, la vergüenza y buena parte de ese ridículo sentido del ridículo que tengo. En estos meses os he confesado mis manías, mis gustos, he revelado mi tendencia política, la futbolística también, he salido en fotos con unas pintas impresentables, con o sin barba, he reconocido mis errores, mis miedos, mis gustos, mis cochinadas, mis vicios, os he enseñado las pelusas de nuestra casa, he gritado cruzando el Golden Gate... Ya sabéis que soy un viejo muy niño. Tranquilos que no me voy a desnudar. Ni te molestes en pedirlo.
Lo que me agobia ahora es volver a España. Me pondré una gabardina y unas gafas de sol, para pasar desapercibido. Ya hay alguno mezclando conceptos: desnudo y gabardina... El exhibicionista del parque que siempre nos contaban de pequeño. Pues no, ni soy yo, ni existe, es una leyenda urbana como el hombre del saco, la mujer de la curva, la violada del parque o el divorcio de Aznar. Lo que quiero decir es que después de esta explosión de sinceridad bloguera, creo que no voy a poder ser el mismo y que cuando me veáis siempre os vais a acordar de mis calzones agujereados, de los tomates en los calcetines, de mi vecina en bolas, de mi piojosa barba. Tendré que urdir un plan para cambiar de personalidad o mejor dicho, de identidad. Conozco a alguna persona que ya lo ha hecho y no le ha ido mal. Se ha ido a otro país y se ha cambiado de nombre. Lo más complicado de todo es elegir bien el apellido; dudo entre Fidel J. Borbón, José Mari Garzón, Juan Carlos Chavez o Alberto Aguirre, aunque, pensándolo bien, me gusta tanto esto de cultivar el ego que me quedo con lo de Diego Muñoz Avia Martínez Peña Alejandre Alvares García Baquero Escamilla Soria Santos Alonso Peña... Lo dejo que me equivocaré y saltará algún primo a corregirme.
Antes de ir a USA la mayoría de tus amigos ya conocían tus nikis de color indefinido tirando a naranja, tus náuticos con calcetines agujereados, y esas cosas de las que hablas....pero lo de tu vecina buena en bolas ni idea, a ver si nos la presentas, no todos van a ser barbas y cosas así...¿no?
ResponderEliminarMe gusta la silla de Ben Sherman, muy punkie si señor. Respecto a tu vuelta a las Españas, prepárate, ahora tenemos artillería para una docena de cenas y comidas familiares por lo menos, jejejeje. Cuñada vete sacando punta a tu lengua, yo ya la tengo en forma...
ResponderEliminarLa cuñada está desaparecida. Debe estar muy liada con su nueva casa....
ResponderEliminarQue nooooooooooo, que estoy aquí. Mati, no te preocupes que tengo ya en alguna caja embalados, dos cuadernillos marca Oxfor de anillas y papel troquelado con margen derecho..... petaos de anotaciones.
ResponderEliminarYo te confesaré cuñaaaa, que iba a pinchar en la foto para ver mejor a Lucio, pero he decido que a estas horas tan tempranas, mejor no lo hacia, por si al ampliar veia algo, a lo que una, a pesar de sus recien essstrenaicos 40 ( aunque no os lo creais, ya los he cumplido) no esta nada preparada.
Ahhh Diego¡¡¡¡ y aunque te pusieras de camuflaje, te conoceriamos por el caminar y por esa cama de fotos que siempre llevas colgando, eso siiiiiiii, sin carrete ( ahora tarjeta de memoria)....porque ¿¿¿¿alguien ve luego las fotos????.