La última vez que hablé con Alberto, poco después de la Operación Puerto me comentó: “Les gustaría verme colgado en la plaza del pueblo, no te imaginas cómo me están tratando. Me señalan por la calle, las madres se cambian de acera cuando me ven y tengo periodistas y fotógrafos a todas horas en la puerta de casa. Soy peor que cualquier terrorista”. Desde entonces no volví a saber nada de él hasta ver su nombre de nuevo en los titulares de la Operación Galgo. Esta vez no le llamé, yo también le di la espalda, como todos, no fuera que alguien fuese a interpretar que tenía algo que ver con sus reprobables actividades.
Ya está colgado en la plaza del pueblo. Ya lo han conseguido. Y ahora ¿qué? Por lo menos habrá que hacer un poquito de análisis de conciencia colectivo para saber qué estamos haciendo los periodistas y la sociedad en general. Alberto equivocó su camino, es cierto, tenía una especial debilidad por el dinero y encontró una fórmula para tener unos ingresos extra, aun a sabiendas del riesgo que conllevaba. Nunca lo voy a justificar, se equivocó o le equivocaron. Pero de eso a ser cabecera de informativos y portada durante semanas y a recibir el tratamiento que ha recibido él y el resto de presuntos implicados en la trama, va un trecho.
Alberto supuestamente facilitaba sustancias o métodos dopantes a diversos deportistas. Suponemos que es así. No está bien. Pero ¿qué es el doping? Una fórmula deplorable de hacer trampas en el deporte poniendo en peligro la salud del propio deportista con el conocimiento y aprobación de este. Hacer trampas en el deporte, como meter un gol deliberadamente con la mano (Maradona o Messi), como hacer estrellarse a Nelson Piquet para que gane su compañero de equipo, como hacer parar a Massa para que le pase Alonso, como utilizar gasolina con más octanaje del permitido en las motos, como modificar las fechas de nacimiento de los atletas que vienen de África, como fingir un penalti… Insisto que no lo justifico pero tampoco entiendo el tratamiento que se hace del tema, con un rechazo social y una condena mediática mucho mayor que la que pueden tener los traficantes de drogas, los políticos corruptos que nos roban el dinero a todos, los defraudadores u otros muchos delincuentes. Quiero recordar que Alberto, como el resto de implicados, prestó declaración ante el juez y este le dejó en libertad con cargos, mientras otros, ya condenados, salen de la cárcel para llenar las páginas de las revistas y los programas del corazón, sin que nadie les linche públicamente.
No le defiendo. Se equivocó y se ha vuelto a equivocar eligiendo un final para esta historia que no se merecen ni sus pequeños hijos ni su excepcional familia. No creo que el ser humano pueda soportar más dolor que el que están sufriendo sus padres y hermanos. De nada sirve ahora el apoyo, la solidaridad o el pésame, llegamos tarde, el “presunto verdugo” ha pasado a ser víctima...
A mi me quedan los mil y un recuerdos de más de una década en el equipo de mountain bike, recorriendo el mundo con él, de carrera en carrera, de carcajada en carcajada, de travesura en travesura…Un gran deportista y una gran persona, aunque se haya equivocado. Hasta siempre Alberto.
Confieso que esta mañana se me ha encogido el estómago, primero al oír la noticia en la radio, y luego al leer tu entrada en el blog. No voy ha entrar en juicios morales, no soy quien, y además me quedo con lo que de él conocí y recuerdo, dos apuntes: Cuando enseñaba a mi hijo mayor, hace ya 20 años, como pasa el tiempo, ha decir cojones, y la pancarta que había en la meta en uno de los descensos en Sierra Nevada: "Alberto León, por NARICES campeón".
ResponderEliminargracias diego por ser voz
ResponderEliminarHerminio
Anoche quise escribir y las palabras no salían. He leído tu post y se me han nublado los ojos, todo lo que me pasa por la cabeza es en condicional... Si le hubiéramos llamado, si le hubiéramos apoyado, si le hubiéramos dado dos ostias en su momento... Ahora todo llega tarde, como bien escribes... Sólo me queda firmar las palabras de alguien que le quiso, admiró, padeció, dió la espalda y ahora sinceramente y desde el respeto llora.
ResponderEliminarnak
Gran entrada Diego. Creo que los medios de comunicación enaltecen o hunden en la mierda con demasiada facilidad, con demasiada arbitrariedad. Un saludo,
ResponderEliminarMuy grande Diego.
ResponderEliminarque bonito, seguro que le gusta mucho.
ResponderEliminarabrazo.
ernesto
Muy bonito, se lo merece, creo que era necesario que alguien escribies esas palabras, conmigo se portó bien y es lo que me queda, equivocarnos lo hacemos todos. Un abrazo a sus padres y hermanos.
ResponderEliminarSampe
Una entrada perfecta Diego...
ResponderEliminar¡¡COJONES!!
Nada justifica tomar esa decisión. Descansa en Paz Alberto.
ResponderEliminarHe llegado aqui por casualidad y solo puedo decir impresionante. Cuando leeí la noticia quede perplejo, no podía ser, pero asi es.
ResponderEliminarQue descanse en Paz.
Que estúpidos somos los seres humanos, siempre llegamos tarde a las cosas que de verdad importan, una y otra vez.......
ResponderEliminarNo puedo dejar de pensar en Sara, sus hijos, sus padres y hermanos.....
Un beso muy grande para todos.
Justas palabras para un adiós inmerecido. Gracias Diego por compartirlas con quien por aquí se asome, para aportar otra visión diferente del interés por la "carnaza" de los medios generalistas, quienes sólo se acuerdan de ciertos (y cientos) de deportistas de éxito cuando sufren fracasos de otro tipo. Un saludo, Leo.
ResponderEliminarque se equivocó esta claro..
ResponderEliminary si el decidió esta forma de "castigarse" no me quiero imaginar como le estaba castigando la sociedad.
Ayer me lo contó un buen amigo y pensé que no podía ser cierto. Alberto, el mismo con el que compartí carreras en bici de bmx cuando los dos éramos niños, el mismo que vestía de forma impecable el uniforme del Coronas y ganaba carreras sobre su Marin plateada, el mismo con el que me cruzaba de cuando en cuando por los caminos del Escorial pedaleando... No es posible que ya no esté aquí, tiene que ser un mal sueño... una equivocación. ¡Qué estaría pasando por tu cabeza cuando tomaste tan dura decisión!
ResponderEliminarEstés donde estés te mando mi más emocionado recuerdo. ¡Hasta siempre amigo!
Diego Muñoz(capo) estoy contigo, tienes toda la razón del mundo. Alberto descanse en paz.
ResponderEliminarHoy hemos estado despidiéndole y allí estábamos muchos de los que vimos nacer el mountain bike y crecer a Alberto. Ha sido tan triste decirle adiós como satisfactorio ver a tanta gente que le quería a él y a su familia. No es el final que merecía y estaría bien, cuando pasen unos meses, organizar algo para recordar al Alberto enamorado de las bicis.
ResponderEliminarNo paro de leer esta entrada una y otra vez.
ResponderEliminarNo tengo palabras suficientes para poder decir lo que siento. Nadie puede dar marcha atras al reloj para recuperar a Alberto.
ResponderEliminarMi más sentido pesame a toda su familia, para poder asimilar esta pérdida.
Un abrazo de todo corazón, y muchos ánimos y fuerza, tantos, como todos le dimos cuando era nuestro ídolo en las carreras.
Antonio Romero
¿Qué puedo decir de Alberto?
ResponderEliminarSolo los más cercanos conocen lo que pasó con nosotros y con nuestra amistad, durante mucho tiempo he estado cabreado, enfadado, resentido, le odié, le dí la espalda.
Como dice Montse que estúpido somos, siempre llegamos tarde.
Ayer llegué tarde… para hablar con él, para preguntarle por qué, para aclararlo todo, para perdonarle y él a mí, para darle un abrazo.
Ayer me derrumbé al abrazar a Guillermo, a David, a Jorge a Sara.
Ayer quería abrazar a Alberto.
Ayer llegué tarde.
Ocaña.
Que dencanse en Paz. Todos tenemos derecho a equivocarnos, no una, si no muchas veces. Me pregunto si hay gente perfecta que nunca se equivoca, yo creo que no.
ResponderEliminarSi la juez ha archivado el caso, hagamos lo mismo y quedemosnos con Alberto como le queramos recordar, como yo, pidiendome paso en los senderos de esos Open de Madrid donde los coronas deminaban la disciplina que a el le gustaba
D.E.P. Siempre en mi corazón, cargado de buenos recuerdos.
ResponderEliminarUn abrazo a toda la familia de la bici con la que tuve la fortuna de compartir reportajes y buena vida en mi época de fotero de MPIB ...Y un tirón de orejas para esta sociedad cínica que, aún en el siglo XXI, necesita seguir ajusticiando a los más débiles en las plazas de los pueblos. Una gran entrada en lo que ya es un blog antológico, tocayo ...Y que los "vampiros" vayan a hacer controles por sorpresa al Congreso, al Senado, a los centros de dirección de las grandes empresas y los bancos; para que empecemos a ponernos a todos en nuestro sitio. DEP Alberto, por lo demás, una buena persona al fin y al cabo, como la mayoría de nosotros.
ResponderEliminarYo conoci a Alberto cuando empezo en Mountain Bike y desde hace ya bastantes años no sabia nada de el .... hasta oir su nombre en las noticias de la radio en el atasco de la mañana.
ResponderEliminarLa verdad, me impacto un monton.
No me ha gustado enterarme de su comportamiento economico-deportivo; metio la pata, como otros muchos, pero no soy quien para juzgarle.
Me quedo con el recuerdo de aquel Alberto, tan joven, que siempre nos visitaba en la oficina con una sonrisa en la cara.
Ana.
Impresinante Diego.Que sociedad tan injusta nos hemos fabricado.Por lo que le conocí era una buena persona,alegre, que buscaba alegrar a los demás y con una familia estupenda...que simplemente se equivocó en algo que le puso en el escaparate.Estuve por casualidad con el en Villalba (donde se tenía que ir a hacer la compra porque no le conocian)¡que asco!Yo me equivoco todos los días.Era un tío grande.D.E.P.
ResponderEliminarJORGE GOMEZ