jueves, 27 de enero de 2011

AQUÍ NO HAY QUIEN VIVA

Al poco tiempo de llegar por aquí, recibimos una carta de la compañía eléctrica que nos avisaba de una incidencia: "El próximo jueves de 12 a 14 horas procederemos a cortar provisionalmente el servicio eléctrico para reparar un generador del distrito". Me quedé de piedra, igualito que en Madrid que te quedas en mitad de la ducha con el pelo enjabonado, sin agua ni luz y no sólo no te avisan sino que además tienes tú que ir a preguntar a todos los vecinos o llamar a la compañía para que alguien te ladre. Tengo que reconocer que era al principio, cuando todas las novedades me deslumbraban, ahora ya he comprobado que el mundo de la chapuza y la paleta es igual en Socuellamos, Connecticut o Vladivostok.
Cuando alquilamos la casa le dijimos al casero (no tiene nada que ver con la gaseosa) que si había prevista alguna obra en los otros apartamentos del inmueble. Se llama así porque nos lo alquilaron sin muebles, supongo. El caso es que el menda, todo ofendido, nos dijo "Noooo, todas las viviendas están ya reformadas y terminadas". Le creimos, por tres semanas. Después ya no creemos ni siquiera en el Espíritu Santo. Sin tiempo de reacción nos vimos inmersos en la guerra de todas las guerras. Taladro que asciende por el suelo hasta hacerte un nuevo tomate, otro más, en los calcetines; martillazo que golpea hasta lo más profundo del tímpano; tabique que se cae asustando a Montse y los niños, que creen que es un terremoto; chicano cantando boleros a voz en grito... Aquí no hay quien viva.
Las casas son de madera, así que la insonorización es nula. Es imposible concentrarse para leer o escribir. No sé que os estaba contando. La spanish siesta, olvidada. Sin embargo, mi positivismo me hace sentirme en la gloria, pienso que es mi padre en el estudio, dando los últimos retoques a un cuadro; hasta me parece oir a Bach de fondo... Vuelvo a la infancia y me siento en la gloria.
Lo único que me tranquiliza es que dentro de unos días vendrán los nuevos vecinos de abajo y, por mis genitales, que van a aguantar sin rechistar las carreras por el pasillo, los partidos de football o baseball en el salón, los gritos de Lucio y algún que otro fiestorro.
Estáis invitados.

1 comentario:

  1. La imagen de Fernando con esa boca abierta a través de la cual se le puede ver hasta la epiglotis me tiene cautivado, no dejo de pensar en Pavarotti dando un Do de pecho. Besos

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