lunes, 3 de enero de 2011

CEMENTERIO, DÍGAME...

Uno de los jefes de la Policía Municipal de Madrid me contaba durante una San Silvestre que las Navidades son uno de los momentos de máxima intervención por dramas familiares. La cenas y comidas congregan a familias que no se ven en todo el año y que, con el alcohol, tienden a sacar temas escabrosos como herencias, política o fútbol. El resultado, numerosas peleas y reyertas. Tranquilos que aquí no ha pasado nada... Todavía.
Os cuento esto porque acabo de leer la misma noticia en el SF Chronicle. En esta semana se agravan los cuadros de depresión y se duplican el número de homicidios y suicidios. En el reportaje entrevistan al propietario de una empresa llamada "Crime Scene Cleaners", dedicada a eliminar todo resto de sangre, vísceras y violencia de la escena del crimen. ¡Cómo mola!...Hay que ser buitre... Entiendo que haya que limpiarlo, pero crear una empresa privada para ganarse la vida con eso, ni por todo el oro del mundo. Todavía me acuerdo de la cara que se me quedó cuando la directora de marketing de Reebok me dijo: "Estoy muy estresada; me parece que lo voy a dejar todo y me voy a ir con mi madre a limpiar cadáveres en el tanatorio". Reconozco que es más tranquilo y menos agobiante, te suena el móvil mucho menos y cuando lo hace, rara vez es el cliente el que llama, pero a mí el mundo del marketing, con todas sus pegas, me parece algo más atractivo y menos pringoso.
Lo que yo ya nunca hago es devolver una llamada a un teléfono desconocido. Antes lo hacía y siempre me arrepentía. Cuando no era un "marrón" era un plasta y sino eran del cementerio. Como lo oís, un día me llaman, no llego a tiempo y devuelvo la llamada: "Cementerio de la Almudena, dígame..." Pálido como un muerto empecé a pensar quién podía llamarme desde un sitio así. Mi padre no era porque está en el Civil. Recorrí con la memoria todos los conocidos recientemente fallecidos pero no recordé ninguno. Con sudor congelado colgué el teléfono escupiendo un fugaz "perdomequivocao" e intenté recuperar la respiración durante unos segundos. Escasos segundos, porque la pantalla del teléfono volvió a iluminarse de inmediato con el número de la mismísima muerte parpadeando. Descolgué acojonado y me saludó encantadora mi vieja amiga Paloma: "Idiota, menudo susto te has llevado. Perdóname, pero es que desde hace unos meses estoy trabajando de telefonista en el cementerio...".  Hijos míos estudiad mucho para poder elegir un trabajo algo más alegre.

3 comentarios:

  1. En momento de crisis, me imagino que casi todo vale. Yo el otro día pense en crear una empresa que se llamara "" Se cagan en tos sus mueltos"", donde tu llamas y encargas, un poco por cobardia y otro poco por posibles represalias, una llamadita donde le dices a un jefe, cliente,vecino.....todo lo que no te atreves a decirle en persona.

    Bueno ¡¡¡ feliz año a todos los blogeros¡¡¡ y a los demas tambien.....que dentro de tres dias vienen los Reyes Magaros y quiero que piensen que soy buena persona.

    La mujer del hermano mayor.

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  2. Jajajaja, causalidades de la vida, ayer en la reunioncita familiar que tuvimos, a falta de algún malqueda... Decidimos donar a la ciencia los cadáveres de los abuelos, que enterrarlos sale mu caro. Que bonitas son las Navidades en familia eh!!!

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  3. A ver si ponéis más fotos en Flirck... Besos

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