Hoy he tenido una revelación: he visto una montaña gigantesca de trozos de uñas, en mi mente. Las uñas que todo el mundo se corta y luego no sabe qué hacer con ellas. Las meto debajo de la cama, las tiro al water, me las como o soplo y que se vayan aleatoriamente donde les corresponda..........
Después de pensarlo un rato he decidido que están en otra porción del cíber espacio. Es una montaña gigantesca de toneladas de lascas, alargadas, de forma parecida y sin embargo no hay dos iguales, como las huellas dactilares. Blancuzcas de un color muy mate. Flotan sobre un fondo negro, muy negro donde no se distinguen ni el suelo ni el horizonte, sobre un trozo de fieltro negro que no refleja nada de luz. No hay ningún sonido, ni viento ni movimiento alguno.
No se qué conexión puede tener pero en lo siguiente que he pensado es en los recuerdos. La memoria de las personas es algo que siempre me ha intrigado. Los recuerdos de la infancia son como imágenes de un vídeo un poco desenfocado hecho con una cámara sin estabilizador de imagen. Sólo duran unos segundos. Son tan cortos que cuando cierro los ojos e intento repetir un recuerdo, no vienen las imágenes y sólo tengo una ligera percepción de un olor, o una ráfaga de aire templado. Según van pasando los años, mis vídeos van siendo más largos, se van enfocando, la imagen se va estabilizando. Cuando intento repetirlos ya me aparecen algunas imágenes e incluso algún sonido, alguna voz, ruido de pájaros o insectos. Si ahora recuerdo algo que hice el mes pasado, algo que me gustó mucho, con lo que disfruté, la imagen aparece casi con total nitidez, con mucha calidad, de luz, de foco, de movimiento. Los vídeos pueden durar hasta dos o tres minutos. Pero es una secuencia plana, sin misterio, sin ningún interés. Me pongo nerviosa pensando que a lo mejor nunca pasan a la categoría de recuerdo especial y gozoso.
La verdad es que no sé por que escribo esto. Hay veces que me apunto alguna idea para pintar algo y así no se me olvida. Puede que algún día intente pintar una tonelada de uñas. ¿Qué hacéis vosotros con ellas?
En mi casa, cortar las uñas de los pies a mis hijas es un examen mas de paciencia y tranquilidad, ellas aseguran que les duele.....manda pelotas. Pero lo peor es cuando es el padre el que las corta y te las enseña a modo de trofeo, todo orgulloso.....para que luego hableis de manias.
ResponderEliminarLa mujer del hermano mayor
No te cortes, por Dios pinta la montaña de uñas, porfa, tiene que molar. Que cochinada de principio de entrada hermanita. Acababa de desayunar, y digo acababa porque creo que voy a vomitar un ratito. Ta luego...
ResponderEliminarSi lo malo de las uñas en encontrárselas en un plato de un restaurante al que fuiste a comer o cenar.....
ResponderEliminarPOR CIERTO, YO ANTES LLEGABA A MORDERME LAS DE LOS PIES, AHORA YA CASI NO Y SI LLEGO ME DA UN LATIGAZO EN LA ESPALDA.......
ResponderEliminar¿"Ahora ya casi no", Luis? Debe hacer 30 años que ya no llegas, tio...
ResponderEliminarBesos.
Según he leido el comentario de Luis he intentado llevarme un pie a la boca y .......casi me quedo paralítica. Me estoy oxidando, debe ser la humedad de San Francisco.
ResponderEliminarQuerida Montse: te daré alguna pista. He sido conminado por la FNAC (Federal Nail Agency Control) a devolver unos cientos de gramos de uñas sacadas ilegalmente de USA. Les he jurado que después de barrer vuestra casa, deposité las uñas en el contenedor adecuado. No me creen y me acusan de trafico ilegal. ¿Me podéis ayudar con 100.000 $ para pagar la fianza, abogado y de paso montar una franquicia de uñas?
ResponderEliminarMe impresiona que todavía podais morderos las uñas.Mis dientes pueden llegar a quedarse en el camino.¿Por que no pruebas con los pellejos?Son muy gratificantes
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