Tranquilos que no os voy a hablar de Galileo. Ni de Magallanes. Ni tampoco de Vallehermoso, claro está. Pero sí voy a ponerme un poco metafísico con una reflexión que llevo haciendo durante estos días al volante de nuestra casita con ruedas, mientras recorremos estas interminables rectas rodeadas de cactus y pedruscos: ¿Qué hubiera ocurrido si el mundo hubiese sido plano?
Con plano no me refiero a la antigua hipótesis que defendía que la tierra se extendía en un plano y no en una esfera, sino a una nueva teoría de la que soy precursor y que se limita a imaginar una tierra plana, lisa, aunque sea redonda, pero sin ningún accidente geográfico, sin montañas, valles, colinas o mesetas... Plana. Como muchas chicas. El resultado, a parte de aburrido, tendría consecuencias catastróficas para el turismo. No me refiero al turismo sexual, aunque ese también se vería afectado si se reduce el relieve. Nadie viajaría. Pensad en todos los viajes de turismo que hacemos, siempre el objetivo es ver de cerca las irregularidades del terreno, los granos y verrugas de la tierra, desde que salimos de San Francisco con sus numerosas colinas, a las dunas del desierto, las inmensas rocas de Sedona, el gigantesco agujero del cañón del Colorado o las inmensas mesetas del Monument Valley, todo lo que hemos visto son fallos del terreno. Si todo fuese como una gran moqueta lisa, como una enorme calva, nadie iría a Petra, ni al Tíbet, ni a Sierra Nevada, ni siquiera a la Pedriza... Pero eso sí, sería un mundo globalizado como el que están persiguiendo y consiguiendo las grandes firmas que manejan nuestro destino con el respaldo de los mandatarios occidentales. Un mundo con las mismas tiendas, las mismas marcas, los mismos productos, los mismos logotipos, los mismos hipermercados, los mismos precios... Independientemente del sitio en el que estés. Ahora mismo puedes comprar en Zara, Diesel, Levi's, Nike, Quicksilver, McDonalds, H&M, Tommy... en las calles de cualquier ciudad del mundo y en el mall de las afueras de Majadahonda, el de Aix en Provence o el de Salt Lake City.
Sería un mundo plano, sin diferencias, sin matices, sin altibajos... Un coñazo insufrible (como esta entrada). No dejemos que ocurra. Vivan los montes de cuenca, el pulpo a la gallega, el Mesón El Cruce, las Bravas, el whisky escocés y los puros habanos. No sé quién creó el mundo, con todas sus "heridas", pero me gusta así.
Pues si es para reflexionar, si.
ResponderEliminarY la conclusion es.....,¿¿¿ y si le dejas conducir un rato a la cuña???.
La mujer del hermano mayor
Si fuera plana te librabas de ir a esquiar....
ResponderEliminarmm aja ok
EliminarNo harian falta los frenos de mano en los coches, y se podria aparcar en doble fila, como en Valencia, y quitar el coche con un simple empujón.
ResponderEliminarUna pregunta, ¿en que afectaría a la vida sexual la planicie de la tierra?.
Esto me recuerda una reflexión de hace muchos años, y que nadie me ha contestado: "Si el mazapán es de Toledo, y el turrón de Jijona, ¿que coño comen los egipcios en Navidad?.
Gracias a todos