miércoles, 6 de abril de 2011

¿OS HE HABLADO DE MI MILI?

Hay dos hechos que suelen significar un antes y un después en las relaciones personales, la mili y el primer parto. Digamos que marcan la diferencia entre amigo o simplemente conocido. Me explico: no puedes considerar a nadie realmente amigo si todavía no le has contado tu mili o, en el caso de las chicas, tu primer parto. Como en este blog hay bastantes conocidos que me gustaría que pasaran a la condición de amigos, he pensado que les hará muchísima ilusión conocer los "highlights" de mi servicio militar y ya otro día, Montse os cuenta el parto o ponemos el vídeo de la boda.
Cuando les hablo a mis hijos de la mili no se creen que eso haya existido, les parece de la Edad Media. Gracias al archivo de mi madre, he encontrado este impresionante documento gráfico que hará que me crean. La verdad es que era ridículo, yo y la mili. Un año entero tirado a la basura y del que apenas guardo algún buen recuerdo.
Lo más edificante de aquellos trece meses fue que aprendí a marcar el paso al grito de “¡Eh! Gafitas, que pareces cojo de las dos piernas”. Pero también aprendí a fregar perolas del tamaño de la marmita de Obelix (todavía tengo grasa entre las uñas); a barrer un patio más grande que la Plaza Mayor; a ayudar al teniente a robar comida de la cocina y meterla en su coche; a comer bocatas de calamares en su tinta metido en una garita a las cuatro de la mañana; a arrestar a una escalera porque se había tropezado un soldado, con lo cual ya no podíamos usarla; a acompañar a la mujer del sargento a hacer la compra y subirle las bolsas a casa; a estar todo el día de retén, refuerzo y no se qué tonterías más para defender a la patria… Y lo que realmente te enseñan allí, que es a matar, no lo aprendí y la verdad es que casi lo prefiero.
 Me hice bastante amigo de un chaval que luego se hizo cantante de “La década prodigiosa” (¡qué gran grupo!) y no le volví a ver el pelo. Por suerte, para mí y para vosotros, no me acuerdo de mucho más.
Bueno, lo dicho, a partir de ahora pasáis a ser mis amigos, aunque igual hubierais preferido quedaros como conocidos a secas ¿no?

8 comentarios:

  1. No voy a hacer ningún comentario de esa foto porque yo tengo una casi igual.....

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  2. Jo, eso de que nos hagas regresar a la época en que los romanos todavía iban con sandalias, nos hace sentir un poco más viejunos si cabe. Ya recuerdo al chaval cantante en cuestión, moreno y flacucho, pantalones pitillo... las pintas que llevábamos... Y también recuerdo tus bolsillos llenos de tigretones o bonys para las guardias. Estamos ya de batallitas, que mal rollo, será la pito/menopausia?

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  3. ¿¿¿ no me jodais que el de la foto es Diego??? Bastaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa , no me lo digais, prefiero vivir en la mayor de las ignorancias. Eso sí, con los ojos llenos de lagrimas del ataque de risa que tengo o por pena, no lo sé.


    la mujer del hermano mayor

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  4. Yo ya le conocía cuando hizo la mili. Recuerdo haber ido a verle a Colmenar donde estuvo un mes sin poder salir. Lo que no recordaba es la pinta que tenía con la gorra, el uniforme y las gafitas.............no se como no salí corriendo. Jajajaja.....

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  5. Hola Diego! Me doy por aludida y paso de "conocida" a "amiga" ;-) pero eso si, te agradezco no hayas optado por el video de la boda para dicho trámite! Me alegro que ya estés de vuelta!

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  6. No te preocupes Beatriz no tenemos vídeo de nuestra boda, ni siquiera tenemos fotos......ahora que lo pienso tampoco sabemos en que año nos casamos, y no es coña.... Quedas aceptada.

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  7. La verdad Diego,creía que lo había visto todo ,pero tu capacidad para sorprenderme es infinita.Montse lo tuyo fué una autentica apuesta a futuro.Para que luego digan que lo primero en que te fijas es en el fisico.

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