lunes, 25 de abril de 2011

MI SANTUARIO

Muy al principio de este viaje os hablé de mi mirador, este maravilloso espacio soleado y luminoso desde el que contemplo la ciudad mientras escribo o buceo en el ordenador. Hoy, mientras miraba hacia el sur siguiendo a los helicópteros que sobrevuelan el estadio de los Giants, me he dado cuenta de que mi escritorio está presidido por un auténtico santuario. Sin quererlo, sin prepararlo, he ido dejando poco a poco las cosas que me gustan sobre la repisa de la ventana y ahora parece un altar.
No soy creyente. Bueno eso ya lo sabéis, pero sí soy sentimental y me gusta almacenar recuerdos. Quizás porque con una memoria tan frágil, necesitas reforzar con soportes gráficos y todo tipo de elementos con un especial significado. En Madrid tengo un enorme maletón de los recuerdos digno de Karina. Mis objetos de culto o más bien de inculto.
Insisto en que no está preparado a propósito pero lo parece, porque este trocito de repisa resume buena parte de mi vida, de mis inquietudes. En mi santuario hay símbolos de mi identidad como la bandera saharaui o el escudo del Espanyol; hay referencias a mis tres hijos: un azulejo pintado por Lucio en el colegio, una lata de Coca Cola con el escudo de los Giants que Diego quiere guardar y un diente de Martín que el Ratoncito Pérez se olvidó llevarse. También está parte del regalo que Montse me hizo por mi cumpleaños, unas miniaturas japonesas de todo tipo de comidas, hamburguesas, pizzas, pasteles... Junto a ellas, un corcho de vino y unas cuantas monedas; eso es más normal porque todas las habitaciones están llenas de monedas y corchos de vino. Las primeras porque cuando llego a casa me gusta vaciarme los bolsillos y voy dejando centavos por doquier y los corchos, porque me da pena tirarlos y se los doy a Lucio para que juegue, así que está toda la casa llena de corchos, porque ya sabéis que pimplo bastante. Yo creo que hasta hay menos resonancia ahora. También tengo un billete de un Leu que me regaló un corredor rumano del Sahara Marathon. Por último en el santuario hay varias cajitas de caramelos de menta porque cada vez que voy a la calle Haight compro una; en una sale la última cena y la leyenda "After dinner Mints"; en otra sale George Bush y pone "National embarrissMints"; la tercera es de Obama y dice "Yes we candy"; y la última lleva la hoz y el martillo sobre la cara de Lenin... Me hizo mucha ilusión comprar eso en este país.
Vaaaaaaaaaaaaale, también hay un sagrado corazón, pero está de paso. Es un regalo que le he comprado a mi suegra que viene dentro de unos días (también de paso) y que le gustan este tipo de personajes. Además de "Sacre Coeur" es llavero y linterna. En el anuncio ponía "para que nunca te falte la luz" y la empresa que lo fabrica se llama "Divinity innovations"... ¡Total!

4 comentarios:

  1. Que no se te olvide, Diego, que existe un Banco del spirtu Santo donde la Iglesia organizó una especie de Gürtel pero que se cubrió por intereses "divinos"; además la Iglesia está ocupadisima ahora con la beatificación de Juan Pablo II. Pero vamos a lo que interesa, tu repisa, la repisa de tú mirador; conociendote no entiendo como no tienes una sevillana y un torero o por lo menos una mantelito de ganchillo hecho por tú suegra, a la que verás y se quedará. cuidadín amigo se empieza por unas pijadas y terminas con un santuario mayor que el de los toreros, aunque creo que tus estampitas serian otras. (esas no mal pensado)

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  2. Ramòn Ayer por la noche, paseando por las Vegas le dieron a Diego un montón de estampitas. Lucio cogió una del suelo y mirando los luminisos de los cabarets nos dijo.... Creo que hoy voy a ver muchos culos.

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  3. Vamos que ha Lucio lo del chiste del Buho no le vale, que grande es el pequeño de los Muñoz. Por cierto fotón espectacular el de la familia en el Grand Canyon.
    Os sigo echando de menooooooooooooossssssssssss

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  4. Sobra la "h" en el "ha Lucio", hasta el mejor excibiente echa un borrón. Disculpas.

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