IKEA REDECORA TU MANO

Dos meses para encontrar colegio, un mes y medio para tener visado, más de un mes buscando casa, una semana en un cutre-hotel (incluido el alemán mamado gritando a las cuatro de la mañana) y al fin en casa, pero sin muebles. Y en eso llegó lo más duro: Ikea, redecorando nuestra vida. Dos días enteros recorriendo pasillos en busca del somier Sprinkel y la silla Parsalkva y más de diez días de "screwdriver party"; al final ya está todo montado, incluidas varias ampollas en los nudillos de los dedos. La casa es grande y parece muy vacía pero hemos hecho un juramento para no volver a Ikea en todo el año. Si falta algo tiraremos de barrio chino o de "garage sale", aunque somos partidarios de probar a pasar una temporada sin tostador, televisor, perchero, PlayStation, cortinas, manteles, hieleras y tantos otros utensilios a los que no reconocemos sus enormes "virtudes" hasta que no están ausentes... Como a algunas personas.

EL TAMAÑO IMPORTA

San Francisco es una ciudad llena de muséos maravillosos de todo tipo, ópera, auditorio y miles de actividades culturales interesantes. Yo he tenido la suerte de visitar muchos de ellos, el resto lo haré este año. Sin embargo, el otro día tuve una experiencia "cultural" diferente. Tan interesante o más que las anteriores. Entré en "Costco", un supermercado tipo Makro.
Me encontré con un bote de mayonesa de 5kg, una bolsa de Doritos del tamaño de un saco de patatas, un yogourt de 1'5 kg, un paquete de pan para perritos de 50 unidades, unos muffin del tamaño de la cabeza de Lucio............y como consecuencia (digo yo), imaginaos el tamaño de los rollos de papel higiénico..........¡GIGANTE!
¿Quien dijo que el tamaño no importa,y que el arte sólo está en los muséos?

LA PRIMERA MULTA

Hemos tardado poco en conseguir la primera multa. Un poli en motocarro ha detectado que me había pasado 5 minutos en el parquímetro y ¡zas! 55 dólares para el Gallardón de "Sanfran". Conducir en esta ciudad no es fácil. Las cuestas asustan para arriba y para abajo. El coche hay que aparcarlo con las ruedas giradas hacia el bordillo para que no se caiga cuesta abajo ni te multen. Además hay que mirar la señal que indica el día del mes y la hora a la que limpian cada calle para no dejarlo aparcado justo en ese momento y que te lo "limpie" la grua. Pero lo peor de todo son los stops. La mayoría de los cruces tienen señal de stop en las cuatro esquinas. Algo que en España se traduciría en un "marica el último", aquí se convierte en un concurso de buenas maneras: tu llegas al stop te paras y te fijas en que orden han llegado los otros coches y en ese mismo orden reinicias la marcha. Si dudas, sonríes al otro conductor y le cedes el paso. Si te equivocas....Uy, como te equivoques, en ese caso sale lo peor de este país, el winchester, la bomba atómica, la guerra de Irak, el imperialismo...

SUNNY SAN FRANCISCO

Lo que más hemos echado de menos en estos primeros veinte días en San Francisco, además de los amigos y la familia, es el sol. La niebla suele ser una constante en verano y el clima es más bien frío. Sin embargo, a finales de agosto y durante todo septiembre, el tiempo es buenísimo. Llevamos cuatro días con sol y mucho calor. Perfecto para ver las vistas. San Francisco es la ciudad de las panorámicas, desde el Golden Gate, Treassure Island, Twin Peaks, Bernal Heights, Alamo Square, Sausalito... y la niebla no te deja verlas. Por eso cuando sale el sol hay que correr a ver las vistas (de ahí el entusiasmo de estos dos turistas en la colina de Twin Peaks) o irte a la playa a surfear y tomar el sol. Nosotros hemos hecho todo eso y, como buenos turistas, alguno se ha quemado como un cangrejo diciendo aquello de "si el sol de San Francisco no quema".

CAMBIAR DE VIDA

No es la ciudad, ni la casa, ni el coche, ni los vecinos lo que te recuerda que has cambiado de vida. Son otros pequeños detalles los que día a día te hacen romper con costumbres y manías de muchos años. Cambias de pasta de dientes, de champú, de papel higiénico o incluso de lado de la cama. Duermes sin persianas, te levantas sin Francino, paras en los stop, convives con el mar... Muchos cambios anecdóticos que al principio te hacen sentir extraño. Eso sí, ninguno como la sensación de vacío cuando se acerca el domingo y no hay Digital Plus para ver al Espanyol.

LAS BRECAS DEL COCHE

Jesse es un Mexicano de origen que llegó a Estados unidos hace más de 60 años y que se siente norteamericano como el que más. Es un gran comercial, nos cuenta su vida entera, los nombres de sus bisnietos, las manías de su perrita, cuya foto decora su mesa, y hasta la guerra de Vietnam ("Compadre, o matabas o te mataban"). A un tipo así no es fácil decirle que no, así que nos ha vendido el primer coche por el que hemos preguntado. Es una minivan Ford Freestar del 2006 de segunda mano y nos la ha dejado bastante baratita. Su último mensaje nos ha tranquilizado bastante: "Con este carro pueden hartarse a manejar que no tendrán problemas ni con el enyin, ni con las brecas, ni con nada y además cuando ustedes quieran me lo traen aquí y yo se lo compro patrás".

LA WASHING MACHINE

Como soy la única fémina en la expedición, empezaré, por contaros algún chascarrillo doméstico,
sin importancia, de esos que te recuerdan la cantidad de cosas con las que estamos acostumbrados a vivir y no echamos de menos hasta que no podemos usarlas:
Lavadora: aquí conocida como washing machine. Como sabeis llegamos a SF sin casa y pasamos los 6 primeros dias en un hotel, sin lavar ropa. Por fin encontramos casa, pero la lavadora y la secadora todavía no estaban instaladas. Otros 9 dias sin lavar , lo que nos ha llevado a vivir una situación mas parecida al Sahara Maratón, que a la vida en una gran ciudad; los niños, (y algunos mayores), se han visto obligados a ponerse los calzoncillos del derecho y del revés, por delante y por detrás , lo mismo con los calcetines. Menos mal que llevamos bastantes camisetas y solo las hemos usado un par de dias , cada una. .....Salvados. Lo mas sucio queda debajo de la ropa,(underwear) y no se ve.
Esto demuestra que somos unos exageredos con la colada, y se puede ir decente, ahorrando mucha agua y mas electricidad. Desde hoy soy mas ecologista, ¡Viva!

TERREMOTO O TSUNAMI

Nuestra casa está situada en la cima de una de las colinas que conforman la ciudad de San Francisco, en el cruce de las calles Divisadero y Washington, en Pacific Heights. Estamos a 50 metros del cole de los niños. Al alquilar la casa nos han entregado el plan de acción en caso de terremoto y en el cole, lo primero que nos han dado es una tarjeta amarilla fosforito para que llevemos siempre encima; contiene las instrucciones y pasos a dar en caso de terremoto. Los turistas se hacen fotos delante de las señales de "vía de evacuación en caso de tsunami" y la ciudad vive con naturalidad esa permanente amenaza. Lo único que nos tranquiliza es que si hay tsunami, el agua no llegará hasta nuestra casa, un tercer piso en lo alto de una colina.

AXE: ARMA DE DESTRUCCIÓN MASIVA

La seguridad en los aeropuertos es algo que va mejorando día a día. Volar a Estados Unidos es tranquilizador porque tienes la certeza de que todos los ocupantes del avión han rellenado un formulario declarando que no son terroristas, ni han participado en ningún genocidio. No contentos con eso, en Philadelphia asistimos a una demostración de la eficiencia del sistema antiterrorista. Un sistema aleatorio de seguridad designó que el pasajero Martín Muñoz debía pasar un estricto y meticuloso control en el que fue cacheado, casi desnudado y su mochila fue vaciada por completo hasta dar con el arma del delito. Dos botes de desodorante Axe que el bueno de Tincho acababa de comprar en el "tutifruti" del aeropuerto. Estaba entusiasmado porque era el primer desodorante que compraba en su vida. Qué ingenuo, mira que desconocer las atrocidades que se pueden llegar a hacer con un bote de Axe. Eso sí de Philadelphia a San Francisco volamos con una sensación de seguridad mucho mayor.

SIN COMER PERO CON MANDO A DISTANCIA

Viajar en avión va siendo cada vez más insufrible. A los miedos e incomodidades habituales, ahora se han sumado las histerias de la seguridad global y las tretas de las compañías para hacer más dinero. Las maletas te las cobran, la comida escasa o de pago y los aviones cada vez más apretados de espacio para poder meter unos cuantos pasajeros más en la "lata". Eso sí ahora han puesto una tele en cada asiento y un mando personal para cada viajero. Qué vista tienen estos de Airbus, que bien saben que al ser humano se le puede exprimir, humillar, engañar...pero nunca jamás quitarle el mando a distancia. No en vano es la primera causa de las discusiones familiares.