Llevo varios días dando vueltas por la casa buscando cosas perdidas, cosas que sé que están pero no dónde. No sé por dónde empezar porque muchas deben estar en su lugar habitual y no recuerdo cuál era y otras porque están fuera de su sitio por desordenados que somos o porque nunca han tenido sitio fijo. Las llaves de casa, por ejemplo. Tenemos una caja llena de llaves en un armario. Algunas son de casas donde hemos vivido o de casa de mis padres cuando todavía estaban en Madrid y otras no tengo ni remota idea de dónde son y por eso no me atrevo a tirarlas. En ese amasijo de llaves busco las de casa pero no recuerdo cómo eran exactamente ni cuántas había. Se que hay una llave más gorda que las demás, la de la puerta principal pero ninguna de las que encuentro parecidas abre la puerta de casa. También tengo desaparecido el mando a distancia del garaje y tengo que aparcar en la calle. No es muy grave el tema pero se pone a sesenta grados el coche y se está llenando de cagadas de paloma. El móvil español apareció al tercer día como Jesucristo, con las prisas de la recogida lo había metido en una bolsa de aseo con las medicinas. El cargador de mi móvil al cuarto, me empeñaba en buscarlo por los armarios entre las cosas que no me llevé. Tengo la misma sensación que después de una mudanza donde siempre desaparecen cosas misteriosamente. No todo es malo, como paso horas buscando algo perdido me encuentro otras que no buscaba pero que son importantes. Como mi carnet de conducir que desapareció en SF. Lo tuve que utilizar para engañar al del alquiler de Harley. Nuestro amigo Jesús que vino a visitarnos y que es casi peor que yo, también tenía extraviado el suyo y se habría quedado sin hacer una excursión estupenda si no llega a ser por el mío.
Sigo padeciendo jet lag y me está pasando lo mismo que al coche de Diego, me estoy desprogramando. Como siga así me van a tener que llevar al taller y enchufarme en una máquina de esas que resetéan todo. Se me han olvidado muchos números de teléfono que utilizaba habitualmente y tengo que echar mano de la agenda de teléfono continuamente. Menos mal que soy antigua y los tengo apuntados. Pero lo más alucinante me pasó el otro día cuando llamé a mi amigo Manuel, al que conozco hace veinte años, y toda chula marqué el número sin mirar el listín. Me contestó su madre. Había llamado al número que tenía cuando estábamos en la facultad. Mi mente hizo lo mismo que la de un enfermo de alzheimer, recordar algo que gravé hace mil años. La verdad no me importó porque pude saludar a Pilar, su madre, que ha sido una de nuestras fieles seguidoras.
Por favor, dadme tiempo.
No te preocupes por perder las cosas en casa, yo tuve perdidas las fotos de la Comunión de Mario durante algo así como 6 años, desaparecieron al mudarme a Manza y reaparecieron al mudarme a Moral. Lo de que te acuerdes de los teléfonos de hace 20 años y no de los de ahora digo yo que también es lógico, los de antes los aprendíamos para marcarlos, los de ahora los buscas en la agenda del móvil y listo. Tomatelo con calma que te veo estresada con volver a la normalidad y eso me temo que ya no será posible, tu normalidad de antes nunca volverá.
ResponderEliminarEs verdead que mi normalidad Sanfranciscana no va a vovlver pero necesito tiempo para recuperar la de aquí y me resisto a que sea la de siempre........ya veremos. Os echamos de menos en la fiesta y mucha gente preguntó por ti.
ResponderEliminarHola
ResponderEliminarMi nombre es Paulina y soy administradora de un directorio y buscador de webs/blogs. Me ha gustado mucho http://peazoviaje.blogspot.com. Quisiera intercambiar enlaces. Puedo agregar tu pagina en nuestro directorio para que así mis visitantes puedan visitarla tambien.
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Saludos
Pau
¿¿ como que no se preocupe ?? seamos realistas cuñaaaaaaaaaaaaa, lo tuyo ya es grave. Despiertate ya por Dios, que ya esta bien.
ResponderEliminarY a ver si ahora el que no encontreis algo en esa familia va a ser culpa de SF, venga hombre...........
.............Un poquito de cañita es lo mejor para que te despierte de una vez por todas.