Llevo unos días trabajando para mis herederos. Como hace poco he pasado por el duro trance de limpieza de armarios de un ser querido, me ha entrado un enorme agobio, mezclado con pena y con vergüenza cuando he visto el estado de mis mesas, armarios, estanterías y guarda-cosas en general. Por un momento me despegué de mi cuerpo, imaginé que la había cascado y veía a mi mujer, mis hermanos y mis hijos, alrededor de un gigantesco cubo de basura, tirando cachibaches entre sonoras carcajadas: "Pero como se puede ser tan cerdo, ¿Para qué querría guardar tantas revistas?, ¿Qué coño hacemos con tanto disco?, ¿A alguno os interesa una entrevista manuscrita con Sito Pons?, ¿Y un extracto del banco del 93?, ¿Y la radiografía de su codo lleno de alambres?" Y mientras tanto todos con mocos y lágrimas en los ojos, pero no de tristeza sino de la alergia provocada por tanto polvo amontonado de años. Ya lo sabéis, cuando la palme comprad Ebastel.
También estoy haciendo lo propio en la oficina. Con eso de que hay un montón de gente que no conozco y que estoy bastante desconectado de los proyectos, de momento he optado por facilitar las cosas a mi futuro sucesor. Llevo ya sacadas varias cajas de mierda y a todo el que pasa cerca le encasqueto algún regalito, desde una alfombra saharaui carcomida, a un libro de Motos del 99, a un montón de cintas de vídeo Betacam, sí ese que era mejor que el VHS.
Cansado de limpiar basura, he decidido proseguir con el ciberespacio que tanta inquietud le causaba a Montse y he compactado no-sé-cuántos-mil e-mails y después he decidido morirme para el noventa por ciento de las direcciones de e-mail que a diario me envían newsletter y ofertas. Un gimnasio al que iba Montse, la Opera de San Francisco; el circuito de Laguna Seca; el calendario de conciertos en California; Air France, Last Minute, SF Weekly, Tripadvisor, el huerto en casa, Best deals... y muchísimas más. Sólo me he quedado con las del Sáhara, las de mis hobbies y alguna política que me hace gracia, como el Partido Radical, Revolution Books o el mismísimo Obama, que cada semana me manda un mail informándome de sus actos y campañas, lo cual me provoca cierto morbo. Al margen de eso no creáis que recibo muchos más e-mails ni tampoco llamadas. Es cierto que en un año el nivel de desconexión es enorme; vamos, que para muchos ya la he palmado.
Antes de irme leí un libro bastante simplón llamado "Los lunes al golf", que hablaba de los problemas psicológicos de gente que se retira temporal o definitivamente y no puede superar la ausencia de estrés, de poder, de protagonismo... A mí, tengo que reconocer que me gustó cuando llegué a la oficina y la nueva recepcionista no me conocía (me hice pasar por una visita) y de momento me encuentro muy a gusto en un despacho sin carreras, gritos y tensiones. Eso sí, lo más reconfortante ha sido encontrarme las plantas de la entrada secas, ha sido todo un reconocimiento a mi trabajo de alta responsabilidad durante tantos años, recordando cada día a la chica de la entrada: "No se te olvide regar las plantas". Me he ido unos meses y se han secado. Ya veis, no puede uno morirse tranquilo.
A mi me han dicho, que los que juegan al golf, no limpian el "polvo" y es ahí, cuando empiezan los problemas y las depresiones.
ResponderEliminarVaya las únicas que te han echado de menos en el trabajo han sido las plantas de la entrada. De todas formas no te molestes en hacer demasiado orden, cuando la palmes seguiremos echando pestes de tus camisetas color indefinido, la ingente montaña de fotos y diapositivas, y los discos de todo tipo de grupos emergentes de esos que sólo editan uno y gracias. Eso sí cuando yo la palme a alguien le hago un favor con todas las mis herramientas puede montar una ferretería, con los libros que hay en casa de todas las edades una biblioteca pública, con los muebles un super mega garage sale, con los cuadritos y esculturas montar la mayor hoguera de San Juan de toda la provincia de Alicante, y con la ropa creo que no da ni para el mercadillo, es del estilo de la tuya...
ResponderEliminarLuego la que se envenena si se muerde la lengua soy yo ¿¿no??.
ResponderEliminarBueno familia os dejo hasta el 8 de Agosto, porque dentro de una horita estoy de "vacas" y no pienso estas conectada a nada, solo a mi cervecita y a todos esos libros que no he podido leer durante el curso escolar.
¡¡¡¡¡ hasta la vuelta¡¡¡¡¡ os echare de menos ¡¡¡¡ o de mas ¡¡¡¡¡
Si te parece hacemos una pila funeraria con todas tus cosas y tus cenizas (no te vamos a llevar muerto) en Santamera, u otro sitio que digas, la encendemos, ponemos música indie, sacamos unos vinos y unos puros y nos ddicamos a hablar de tí alrededor de la hoguera...¿es buena idea no?
ResponderEliminarAnónimo, me parece una idéa genial, si desde luego en Santamera donde no se si sabes este invierno ha aumentado la población. Tenemos veinte cabras, treinta gallinas, una cerda que pesa 150 kg, cuatro cerditos, un burro, dos letones.......además de muchíiiiiiisimos buitres, de los que vuelan.
ResponderEliminar