
Hoy, ordenando una mesa, le he ganado una apuesta a Martín. Cuando nos íbamos a San Francisco le encontré un día con cara de haber pisado una mierda y me reconoció que no le apetecía irse porque le daba pena dejar a su gente en Madrid. Yo le contesté: "Ya verás como luego no te quieres volver de allí" y le hice firmar un papelito a modo de apuesta. Y así ha sido, Martín fue el que más pegas puso para ir y el que más ha puesto para volver. El chico es muy sentimental y le daba mucha pena dejar tan lejos a tantos buenos amigos. Esa fue la razón para invitar a su amigo Aidan a venir a España y lo cierto es que ha sido una buena fórmula para suavizar nuestro aterrizaje en casa y para facilitar la transición de los chicos. De hecho llevamos casi 20 días en Madrid y estamos hablando más ingles que durante todo el año en California. Con eso de que el primer día al chaval le dio un bajón y se agobió al verse rodeado de gente hablando en español, nos hemos puesto las batteries y hemos estado toda la familia hablando en inglés durante un montón de días. Los vecinos deben pensar que nos hemos vuelto gilipollas.
Mañana, Aidan se marcha y me temo que por un tiempo el inglés saldrá de casa. Será otro paso hacia la normalización. Está siendo una transición lenta y a veces dura porque ha sido una experiencia muy bonita y todo lo que suponga ir dejándola atrás nos entristece. El siguiente paso posiblemente afecte al blog; será también difícil, pero al final resurgiremos con fuerza... ¿Qué os apostáis?
¿Unas cañas y unas bravas?, el que pierda paga..
ResponderEliminarYo me apuesto la rasta de mi hijo, jijijiji
ResponderEliminarLuis, yo unas nécoras en Luarca.....
ResponderEliminar