martes, 19 de julio de 2011

EL COLECCIONISTA

Cuando era un chaval me gustaba coleccionar entradas de espectáculos. Conciertos, cine, teatro, carreras, partidos de fútbol... todavía guardo varias carpetas llenas. Ahora, aunque todavía estoy hecho un chaval, ya no lo hago, entre otras cosas porque la mayoría de las entradas son un papelucho con un código de barras impreso en casa y las demás suelen estar hechas con tinta térmica y al cabo de los meses desaparecen.
Por eso ahora no colecciono nada. Bueno, miento almaceno mierda, por lo visto en casa tras nuestro regreso de USA, y también colecciono multas. Sí, las tengo de todo tipo. La mayoría son de aparcamiento; sí, esa maldita reunión que se alarga más de la cuenta y te impide bajar a cambiarle el papelito al coche. Últimamente, desde que Gallardón se compró una cámara de fotos, tengo también alguna por ir a 74 en el túnel de la M-30 y recientemente me han llegado dos similares de la "trampa" de la calle Prado. Toda mi vida he subido a la Plaza de Santa Ana desde Neptuno por la calle Prado y cuando vine en marzo también lo hice para tomar unas cañas con los amigos, pero se ve que ahora hay alguna señal de prohibido durante ciertas horas del día y me han pillado y retratado.
No penséis que soy un mal conductor, que soy de esos que todavía tenemos todos los puntos intactos y que además nos dieron dos de propina. Eso sí, alguna vez he sido víctima de alguna injusticia y me he tenido que esmerar escribiendo contundentes recursos que casi siempre he ganado. No era difícil. El primero fue por una multa por aparcar mal mi moto en La Castellana el día que un Alfa Dorado me mandó inconsciente al hospital; el segundo fue por aparcar el coche en el carril izquierdo de la M-40 y dejarlo con todas las puertas abiertas, el motor reventado y un puente hecho en medio de la autopista; la denuncia de robo de un par de días antes también me ayudó. Y el tercero fue por otro multazo por llevar los faros de niebla encendidos durante una lluviosa noche de Reyes en Madrid. Mi estudio climatológico y psicológico sobre la interpretación de los niveles de visibilidad convenció o agotó al responsable de los recursos, que me lo concedió. Me encantaría encontrar los textos de los tres recursos y publicarlos como parte de mis obras completas, ahora incluso podría añadir fotos para hacer más ameno el libro.
Por cierto, Martín me ha pedido sugerencias porque quiere tener un hobby. No le voy a recomendar este pero sí el de las entradas. O mejor, que coleccione entradas de este blog, que ya se están acabando...

1 comentario:

  1. La próxima vez que pases por la calle-trampa del Prado, fíjate donde está la cámara y les haces un calvo........

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