Aunque ya os conté que no creo mucho en la suerte, ni en las supersticiones, ni en las religiones, sí hay algo que marca el destino de cada uno, la casualidad. La mayoría de los movimientos que uno realiza u omite en su vida son decisiones tomadas, pensadas o no, por uno mismo. Otros muchos dependen de los seres que nos rodean. Sin embargo, la casualidad tiene un papel dominante en el devenir de cada uno, no podemos negarlo. Quizás es a eso a lo que muchos llaman suerte. Yo lo llamo casualidad porque es una circunstancia ajena que se te presenta pero que tú tienes que saber aplicar para convertirla en algo positivo o negativo. Como decía Picasso, que cuando la inspiración llegue, te encuentre en el estudio trabajando.
En mi vida fue una casualidad que el hermano de mi mejor amigo fuese piloto de motos. También era casualidad que mi padre tuviera una Canon AE1 o que mi amigo Jorge tuviera una cuñada bastante maja y algo cegata, o que en Marca no tuvieran ni idea de motos cuando llamé a la puerta, o que mi socio Fernando viviera cerca de la tienda de bicis, o que Jesús tuviera un hueco en una nave o que Montse oyera una noticia sobre el Sáhara... Con todos estos mimbres, bastante trabajo y mucha ayuda de familia y amigos, uno va y se construye una vida. Y no está mal, no me quejo. Eso sí, a veces me paro a pensar que hubiera pasado si alguno, cualquiera, de esos momentos casuales no hubiera existido. Habría sido todo distinto, no digo mejor ni peor, pero sí totalmente distinto porque además, posiblemente hubiera evitado las siguientes casualidades llegadas en cascada. Juguemos a "Regreso al futuro". Imaginad: si mi amigo Carlos hubiera sido dermatólogo, yo habría acudido a su consulta a verle curar enfermos y me hubiera hecho taxidermista o algo así y tras vagar por el mundo buscando animaluchos... ¡Qué cojones! si Carlos no hubiera sido piloto le habría mandado a la mierda y me hubiera buscado algún otro amigo piloto, no iba yo a hipotecar un futuro tan entretenido como el que me esperaba.
Bueno, que se me va la olla y no es por casualidad. Que en la nevera ya no quedan entradas y las circunstancias van poco a poco condenando al blog a una situación de aletargamiento o hivernación veraniega; esta va a ser la última semana y después estaremos pendientes de todo tipo de casualidades.
Nooooooooooo, la última semana del blog, nooo, por favor, y que vamos a hacer ahora? como vamos a rellenar ese espacio de nuestras vidas? nooooooo, por favor, reconsideradlo, meditadlo, maduradlo, y unos cuantos radlos mas y luego me decis algo.
ResponderEliminarHola que tal!! voy encontrando su blog y a pesar de que mi historia es un poco diferente a la suya me identifico. Yo soy Mexicana madre de dos pequenos recien llegada al Norte de California por trabajo y pues se anora bastante la patria, familia y amigos...
ResponderEliminarUn saludo y un placer leerles.
elvia
Hola Elvia, encantados de que te guste. Nosotros ya no estamos por allí, pero disfrutamos muchísimo de la experiencia y contarla en el blog nos sirvió para estar en contacto con nuestro mundo y mantener ahora un recuerdo. Que te vaya muy bien por California. Un saludo.
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