sábado, 16 de julio de 2011

PUBLICIDAD INVASIVA

Suena el teléfono. Sí dígame. No, lo siento no acepto publicidad por teléfono. No me importa pagar más por mi factura de teléfono, lo que quiero es que no me molesten para venderme nada cuando estoy en casa. Leches, que ya le he dicho que no quiero publicidad por teléfono y que no quiero que usted me regale nada, simplemente quiero que me borre de su base de datos. Puede que el pobre hombre que llama desde Sudamérica o Marruecos para ahorrar pasta al operador, no tenga la culpa, pero yo tampoco la tengo de que su cuenta de resultados no vaya bien. Hay que negarse a ese tipo de ventas y publicidad invasiva o cualquier día tendremos a un tipo en la ducha o en la cama dándonos folletos. He dicho folletos.
Hoy no he tenido buen día con el teléfono y por eso lo ha pagado este último e inoportuno molestador. Primero me he vuelto loco para hacer una transferencia bancaria por culpa de los malditos e insoportables nuevos sistemas que ellos llaman de seguridad pero que seguro que encierran un buen negocio, por lo menos para la compañía de teléfono. Ahora resulta que después de hacer algo por internet y dar todas las claves posibles te tienen que mandar al móvil un mensajito con otra clave para que lo confirmes. Estoy cansado de que miren tanto por mi supuesta seguridad y tan poco por mi comodidad. Después he tenido una considerable trifulca con los señores de HNA. Se trata de una compañía de seguros de salud con quién contratamos nuestra póliza de asistencia en el extranjero. Tardaron varios meses en pagar la única factura de Simón por una atención médica; me hicieron ir tres veces a cambiar la factura al hospital por pijadas. Pues bien, ahora resulta que no me quieren pagar el billete de avión que compré cuando falleció mi madre, a pesar de que esta es la primera causa cubierta y estipulada en el contrato. Vaya sinvergüenzas, que si el procedimiento no fue correcto, que tenía que haberles llamado desde allí, que me tenía que esperar a sus instrucciones... La situación personal es lo de menos si se pueden rascar unos euros para cumplir los objetivos. Ya sabéis HNA, ni se os ocurra...
Je, je, je, ya he hecho lo que tanto critico de internet que es que sólo nos acordamos de escribir de alguien en los blogs y los chats cuando es para hablar mal. Para que no digáis también puedo hablar bien de varias compañías: Bar Las Bravas, en Espoz y Mina; helados Palazzo, en la Puerta del Sol; puesto de quesos del Mercado de Chamartín; ferretería de Sigüenza; estanco de puros de la calle Silvano; Kiosko de prensa de Mari Carmen; pastelería Saul, en Arturo Soria...Ummmm, qué ricos croassancitos y encima no te llaman por teléfono a darte la barrila.

2 comentarios:

  1. Vete con el contrato ese y el billete de avión a la oficina del consumidor a ver que te dicen. También puedes dejarle el tema a Mario, ha conseguido que Telefónica, si la misma super empresa inaccesible y sinvergüenza, nos pague 70 pavos por incumplimiento de contrato porque en casa no nos llegaban los megas de internet contratados. Si es que tengo unos hijos más salaos...

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  2. Lo de la oficina del consumidor es lo que teníamos que hacer todos para que esa panda de ladrones sinvergüenzas no se salgan con la suya pero......da una pereza meterse en líos durante meses......

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