jueves, 28 de abril de 2011

LAS VEGAS Y EL POLLO DEL RÚBER

Simplemente cocido y sin nada de sal. Ni siquiera le habían quitado la piel blanquezina y repugnante, ni le habían depilado sus asquerosos "peluchos" del muslo. Frío y solitario sobre el plato de plástico, al pollo del Rúber sólo le faltaba un pedacito de pechuga. Le bastó probarlo para decirle a la enfermera con exquisita educación: "Señorita, es imposible cocinar peor el pollo, esto sólo se puede hacer a propósito". La enfermera, ofendida se disculpó y contraatacó "es por su salud, sin grasa y sin sal", a lo que mi padre respondió con su característica ironía que ni siquiera perdió en sus últimos días: "No se preocupe mujer, si para mí es toda una experiencia probar algo tan malo. Hay que conocerlo para saber valorar los buenos sabores".
Así es Las Vegas. Aunque nos lo imaginábamos por las fotos y las películas, hasta que no lo vives no lo compruebas. Hay que verlo, oírlo, palparlo para detestarlo. Lo siento, porque sé que hay mucha gente a quien le encanta, pero para nosotros es uno de los sitios más siniestros del mundo. Si tu objetivo es emborracharte, jugarte la pasta e irte de putas, estás en el sitio correcto, si no, es interesante verlo, hacer unas fotos de su colorido y salir corriendo.
No penséis que me estoy volviendo puritano, pero es que esta ciudad está hecha sólo para eso; todos los hoteles son casinos y se juegan millones de dólares cada noche; la prostitución se anuncia libremente con revistas en todas las esquinas, latinos repartiéndote estampitas con estupendas señoritas en bolas y los luminosos rebosan desnudos femeninos. Lucio, según salió a la calle dijo: "Papi, me parece que hoy vamos a ver muchos culos", y no le faltaba razón porque iba cogiendo del suelo todos los "cromos" que se encontraba, para la colección de su padre.
De hecho, con la fuerza que tienen las distintas religiones, no entiendo como puede ir tanta gente a la capital del pecado. No creo que haya ni una sóla religión que permita ni una sóla de las cosas que en Las Vegas son el "pan nuestro..." Claro que tampoco el público es el más refinado y culto que se diga; sin caer en clasismos podríamos decir que Las Vegas es "el paraíso del hortera" desbancando a Salou y a Benidorm... Mucha chancla, mucho calceto hasta la rodilla, mucho chandal sin tilde, mucho alemán mamado y mucho gordo putero de la Minessota profunda.
Un homenaje a la ostentación, al consumismo, a la chulería, al machismo, al ruido y del que sólo salvo el espectacular colorido de los neones y las pantallas publicitarias. Montse, a quien todavía le gusta menos, según la vio me dijo: "Es como el pollo del Rúber".

2 comentarios:

  1. ¿Nada que ver con Oceans eleven?, ¿no están ni Brad Pitt ni George Clooney?, !no me jodas¡, la que acabas de liar. Has tirado por tierra las ilusiones de muchos teleadictos.
    No se como era es "pollo", pero "Las Vegas" tiene algo de color por lo menos, no?.
    En fin, he hablado con unos cuantos amigos y estaríamos encantados de que nos compraras el album para terminar la colección de los cromos que Lucio cogía del suelo.

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  2. No te ha gustado porque no has hecho lo único que se puede hacer allí y sólo allí, de todo lo demás tenemos en todas partes del occidente conocido, lo que pasa es que no queremos verlo. A saber: casarte en una pequeña Chapel con un oficiante (que no cura por favor) vestido de Elvis, Montse ataviada de Marilyn y tu de smoking azul clarito y camisa con chorreras. Eso si que hubiese pagado yo por verlo, y a demás me hubiese encargado de hacer estampitas con vuestra foto, jejejeje.

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