lunes, 31 de enero de 2011

DESEOS IMPOSIBLES

Si pudiera hacer algo imposible, si pudiera tener una cualidad sobrenatural de la que pudiera disfrutar toda la vida, sólo una, no se cuál sería. Dudo entre varias.
Teletransportarse estaría bien. Cuando te vas a algún sitio que te apetece mucho, se hace larga la espera hasta que llegas. No sólo en distancias largas. A mi por ejemplo, cada viernes que me voy a Santamera, me gustaría que cuando me siento en el coche, ya cargado con todas las maletas , los niños con el cinturón abrochado, pudiera apretar un botón y.......¡zas!, aparecer en la puerta de casa.
No digamos si estás al otro lado del planeta. Me imagino la pereza que le debe dar a Diego el vuelo que tiene que hacer para ir al Sahara. Veinte horas de viaje contando escalas esperas y demás, eso si no hay retrasos. Que sensación de pérdida de tiempo. Sin mencionar el cague que le entra en el cuerpo cada vez que se sube a un avión. Tengo una amiga a la que le encantan los aeropuertos, disfruta de estar en ellos igual que si ya estuviera en el lugar de destino, para ella el disfrute del viaje empieza en el momento que pone el pie en la terminal. Le gusta ver a la gente variopinta que anda por los pasillos. Yo en cambio, sueño con entrar por la puerta de la casa, hotel, o lo que sea donde vaya.
Estar en dos sitios a la vez también estaría bien. Una de la leyes de Murphi es la que hace que cada vez que tienes un plan interesante y especial, cosa que no ocurre todos los días, te coincide con otro. Una reunión escolar por ejemplo. Es que no falla cada vez que hay una, inaugura exposición un amigo. Da mucha rabia. Más todavía cuando te coinciden dos planes buenos de verdad. Y ¿qué haces entonces?
Ver por un agujero como eran algunos sitios en el pasado. Tu pueblo, por ejemplo, cuando todavía vivía allí mucha gente, con todos los huertos sembrados, la escuela funcionando.
Creo que me quedo con poder seguir por la calle a mis abuelos cuando eran jóvenes, ver como era su vida y como llegan mis tíos y mis propios padres antes de que yo existiera.

5 comentarios:

  1. A mi me encantaria tener un freno y un acelerador del tiempo. Poder controlar el tiempo a tu antojo..........pufffff eso seria la leche. Aunque estoy de acuerdo contigo cuñaaaaa, la version "Regreso al futuro" tambien estaria genial.

    La mujer del hermano mayor.

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  2. Y que tal un lector de pensamientos ajenos? o un viaje pero al futuro, no al pasado? o hacerse invisible a tu antojo? no se con cual quedarme, creo que mejor con ninguna, bastante tiene una con el afán de cada día... Dale ánimos a Diego con sus aviones, la vuelta de Canadá supuso para nosotros casi 22 horas de aviones y aeropuertos y menudo coñazo, con perdón.

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  3. Yo me quedaría con un "trasladador de la modorra", que movería el sueño del madrugón mañanero de turno a la noche, cuando estás como un buho. Aunque la teletransportación mola ;)

    Ánimos también a Diego! Si le sirve de consuelo Antoñito y yo ganamos a todos con nuestra vuelta de Canadá, fueron 43h desde las rocosas a Moralzarzal...

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  4. JAJAJAJA Mario es cierto se me había olvidado la marranadita de meteros chopocientas horas de coche antes de coger 3 aviones... Seguro que pocos pueden decir que tardaron 43 horas en llegar a casa alguna vez... Claro que también hay pocos que puedan decir que su Papucho les llevó a esquiar a las Rocosas OSEA!!!!

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  5. Yo por esquiar en las Rocosas también aguantaría 43 horas.

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