domingo, 6 de marzo de 2011

POR QUÉ DISCUTIR, SI LO PUEDES ARREGLAR A TORTAS

Ahora que está a punto de terminar esta prueba de supervivencia en la que me he visto envuelta, la de sobrevivir quince días aquí en solitario, rebobino y pienso en todo lo que ha pasado, en como han ido las cosas. La verdad los cuatro Miuras como Diego los llama no han estado tan bravos como me temía, se han portado bastante mejor de lo habitual. Lo que más temo son sus continuas peleas que me desquician muchas veces. Martín y Diego tienen una habilidad increíble para no soportarse. Hay días que se levantan y en vez de darse los buenos días o guardar silencio se sueltan una especie de gruñido mientras se miran de reojo. No se el significado exacto de este gruñido pero me lo imagino. Debe ser algo así como, ya está aquí el petardo este con sus tonterías desde tan temprano...... En los momentos milagrosos que deciden tolerarse pueden ocurrir varias cosas. Que sean capaces de charlar, jugar y hasta reírse juntos, cosa que me produce una gran alegría, que no se hablen pero tampoco se desprecien y entonces disfrutamos de momentos de paz y tranquilidad tan buenos como efímeros. Y la última opción sería que se repartieran los papeles pero en distinto orden. Y entonces en vez de Diego y Martín a la gresca tenemos a Martín y Lucio enredados. Aunque se llevan seis años no tienen ningún problema para encontrar algo por lo que discutir. Finalmente, algunas veces Diego Jr se cansa de lo que esta haciendo en un momento dado, los deberes, por ejemplo y se levanta a estirar las piernas y picar algo de la nevera, no sin antes soltar una “cariñosa" colleja al pequeño Lucio si se lo encuentra en su camino y sin venir a cuento. Lucio es pequeño pero no tonto, no entiende la situación y se indigna, con toda la razón, sacando todo su genio, que no es poco, y reproduciendo el mismo comportamiento de sus hermanos. Los niños aprenden lo que ven.
Recuerdo a mis hermanos cuando tenía entre seis y doce años. Tampoco paraban de pelearse por lo que sea. Recuerdo como empezaban siempre discutiendo por algún juego y en unos minutos la bronca iba ganando intensidad y volumen y casi siempre terminaban sacudiéndose. Creo sinceramente que necesitan pelearse. Debe ser algo que va con la edad. Se desahogan con el que tienen más a mano unas veces y otras sospecho que lo hacen para llamar nuestra atención. Prueba de ello es que ahora que se quedan solos cuando nosotros salimos, apenas discuten. Así que muchos días me hago la loca y cuando empieza la función les digo con mucha calma; chicos mamá tiene que trabajar un rato así que si os vais a pelear que sea en voz baja y si os pegáis no vale gritar. Y me encierro en mi habitación y me abstraigo del resto del mundo. Los niños cuando nacen, además del cordón umbilical deberían traer unos tapones de oídos especiales para los padres, para poder dejar de oírles en cualquier momento.

4 comentarios:

  1. Los míos hacían lo mismo,como es lógico,debe venir con los genes masculinos, o al menos yo no recuerdo que nosotras nos cascáramos de esa manera, y ya harta opté por encerrarles en le garaje y no dejarles salir hasta que se hartaron de pegarse, por supuesto acabé con el problema. El motivo final de pegarse era únicamente verme histérica a mi, y al estar encerrados ya no tenía gracia, así que dejaron de hacerlo. En cualquier caso, con la edad se pasa, ya ves a estos ahora, ya sólo discuten por cuestiones marujiles de limpieza e higiene del hogar, jajajaja

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  2. Bueno, yo si recuerdo haberme pegado con vosotras alguna vez. Pero tengo unas amigas que sabiendo que su madre les castigaba si se pegaban, se encerraban en una habitación las tres y se tiraban de los pelos.........en silencio.
    Jajaja, que brutas!

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  3. Cuñaaaaas, vuestras sobrinas tambien se cascan, pero como digo yo, sin hacer ruido. Se tiran pataditas por debajo de la mesa, se ponen zancadillas con un posterior ""upppssss no sabia que ibas a pasar"""............ Puffffff, a mi es un tema que me agota bastante.
    Mati ¿¿ que años tenian cuando les encerraste??


    la mujer del hermano mayor.

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  4. Da igual Marta, tu enciérralas ya y eso que ganas........

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