domingo, 20 de marzo de 2011

PREPARADOS PARA EL TERREMOTO

Los españoles no estamos acostumbrados a hablar de terremotos ni estamos preparados para su posible llegada. Aquí hay que estarlo, por narices. Ya os conté en una de las primeras entradas como se respira ese permanente riesgo por todas partes; la ciudad vive preparada para el Big One. Después de lo ocurrido en Japón, más todavía. Yo no soy muy maniático con esta cuestiones pero reconozco que el otro día me bajé en internet el manual de supervivencia japonés. Aun no sé si es por la traducción o por qué, pero no me enteré de lo que hay que hacer. Sólo saqué en claro que hay que apagar el fuego, si lo tienes encendido, y que hay que ponerse los zapatos, si los tienes quitados. Pero sobre la gran cuestión existencial de las puertas, ni una palabra. Hay una tendencia conservadora que dice desde hace muchos años que lo mejor es ponerse debajo del quicio de una puerta, pero ahora han surgido los renovadores que abogan por huir de las puertas. Que gran dilema. Yo estoy tranquilo porque a casa no puede llegar el Tsunami, pero en caso de terremoto supongo que haré lo que todo el mundo, gritar mucho y correr de un lado para otro sin rumbo fijo, eso sí con los zapatos puestos.
Me río, pero no tiene ni puñetera gracia. Ayer, cuando estábamos cenando apareció el hijo de una amiga con un colega y todo nervioso nos dijo: "Esta mañana ha habido un tornado en Ocean Beach, algo totalmente inusual en esta zona y mañana hay luna llena". Yo le contesté, algo angustiado:
-"¿Qué quieres decir?"
-"Que hay un estudio científico que dice que en estos días va a ocurrir un gran terremoto en la Falla de San Andrés y posiblemente nos pille aquí en San Francisco"-él nos dijo-.
-"¿Y qué tenemos que hacer?" -volví a preguntar con risa de pánico-.
-"No sé vosotros, pero yo me voy ahora mismo con mi amigo Mike a su casa para seguir empaquetando todo con su familia, ya tenemos el equipaje preparado para salir por piernas".
La verdad es que el chico ha conseguido angustiarme algo, a pesar de que nunca he creído en los Nostradamus. Por si las moscas, hoy dormiré con los fogones apagados y los zapatos puestos.

3 comentarios:

  1. jajaja, di que sí Diego, hay que estar preparado.

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  2. Querido “Big One" ya sabemos que estás ansioso por llegar pero ¿Te importaría esperar al uno de julio para hacer acto de presencia? Gracias.

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  3. Por cierto , a principios de enero hubo un pequeño temblor en San Francisco. Yo estaba tumbada en la cama y lo sentí. Cuando se lo conté a Diego y los niños se rieron de mi y me dieron por loca. Era verdad. La cama se movió como un flán y tuve una sensación muy extraña de que algo estaba pasando.

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