lunes, 7 de marzo de 2011

LA VIDA EN DOS DÍAS


Dicen que cuando te mueres ves pasar las imágenes de tu vida en unos segundos. No lo sé, nunca me he muerto. Lo que sí sé es que mis dos días en Madrid, después del Sahara Maratón y antes de coger el avión para San Francisco, han sido un intenso recorrido por mi vida. Tengo que reconocer que estoy algo trastornado y desconcertado porque el trayecto que he hecho en la última semana es cuando menos impactante. Pasar de San Francisco al Sahara y a Madrid, supone un enorme salto geográfico, pero también cultural y social. Digamos que ahora no sé muy bien dónde estoy. Quizás mi cuerpo esté en Madrid, pero mi cabeza está en San Francisco y mi corazón en el Sahara.
Llegué de madrugada, como siempre, en el avión de los olores, con otros 159 pasajeros que tampoco se habían duchado en una semana. Abrazos de despedida tras una experiencia única. Unas horas de sueño. Despertar en mi casa sin mí. Un sitio extraño, entrañable pero frío y sin vida; sin mi familia, sin mis cosas, sin coche, sin comida, sin televisión, sin teléfono, sin internet, sin ropa… Abrazo a mi madre, está muy débil, pero aun me reconoce; le tomo prestado el coche y corro al centro a la Galería Marlborough para ver la exposición de mi padre; el escaparate me da un subidón, LUCIO MUÑOZ en letras gigantes y Pablo Picasso, debajo, en pequeño: telonero de lujo, pienso. Me encuentro con mis primos, abrazos. Vuelvo a casa a comer con mis hermanos, abrazos. Veo a los sobrinos. Deshago la maleta. Cojo el coche y voy a ver a Paloma, mi brazo derecho en el Sahara, que ha tenido una niña, abrazo. Compro jamón, chorizo y algunas conservas para llevarme a California. Salgo escopetado al centro para tomar algo con los amigos, abrazos: Fonso, mi amigo de la infancia, Víctor y Victoria me traen aires de Santamera, Bea nunca falla y Luis y Olga, son Luis y Olga, nuestros mejores amigos. Cañas, tortilla, cañas, pulpo, cañas, morcillo, cañas, chorizo, cañas, Gelocatil…
Domingo de dolor de cabeza y gafas de sol, carretera de El Escorial con el arcén nevado, el viejo Polo de mi madre se defiende. Aparco frente a la casa de los León, como tantas otras veces, pero esta es distinta; me mentalizo para ser fuerte; David me ve y llora, Mari Carmen me abraza, están machacados pero se desahogan hablando, recordando juntos al mejor Alberto. Pasan las horas. Regreso a Madrid y me uno a mis hermanos para visitar a mi tía y mis primas, abrazos; mientras estaba en el Sahara murió mi tío Hilario. Regreso a casa, ni siquiera he visto perder a mi equipo. Preparo la maleta. Me llaman más amigos, esta vez Ramón, Berta, Belén y Jose, abrazos,  me invitan a cenar mejillones, pulpo, empanada, Albariño… Termina el sprint de amistad, familia, vida y muerte. Lo siento pero no me ha dado tiempo a más. Me voy a dormir que mañana temprano cojo el avión. Hasta el mes de julio madriles.

6 comentarios:

  1. Puffff, que feo, ¿¿y no has visitado a la suegri??.................. ¡¡¡¡ que feo¡¡¡¡.



    La mujer del hermano mayor

    ResponderEliminar
  2. Gracias.


    (Yo también tenía dolor de cabeza)

    ResponderEliminar
  3. Lo de la suegra pero que muy feo si señor Marta, tienes razón. La Carmen estará toda triste sin que hayas ido a comerte un cocidito y de postre polvorones con ella... Todavía no te has comprado Melatonina para el Jet Lag? No se en los USAS pero en Canadá lo vendían en el Super sin receta ni nada, va de lujo.

    ResponderEliminar
  4. Diego que alegria verte y poder hablar por teléfono con Montse, que alegria ver tambien a Olga, Luis y Bea.
    A ti y a tu family esperaremos para veros tres meses y veinticuatro días, pero a los otros, chicos¡¡ VENIRSE A SANTAMERA !!

    ResponderEliminar
  5. Lo de la melatonina Diego no lo necesita siempre pasa el jet lag sin problemas. Yo si que me lo pienso comprar, lo paso fatal. El verano pasado estuve casi dos semanas con un descontrol horario tremendo. Me levantaba a las cuatro de la madrugado y me encontraba a la mitad de la familia durmiendo y a la otra....uno desayunando, otro cenando......de locos. Menos mal que en julio, cuando volvamos ya no hay cole, ni horario para nada.

    ResponderEliminar
  6. Anda Diego que ya llegaste a Casa..¿Con el jamón?

    ResponderEliminar