jueves, 10 de marzo de 2011

LA MALA EDUCACIÓN (II)


No es que Almodóvar haya venido a San Francisco, donde supongo que se encontraría muy a gusto, sino que los modales de algunos de los compis de los chicos empiezan a preocuparme (por decirlo en términos de buena educación). Ya os hemos contado algunos de sus descaros y del poco respeto que a veces tienen hacia respetables adultos que peinan canas. Muchas.
Pero como el tema va a más, hemos empezado a indagar en las causas sociales y culturales que provocan estos problemas de "behavior". En España, en el círculo que frecuentamos nosotros, hay niños malos y getas, pero no llegan a tu casa, abren la nevera sin preguntar, cogen lo que les da la gana, tiran la basura en cualquier sitio, eruptan, dicen tacos, te piden dinero o se tiran un pedo encima de tu cama mientras ven la tele. No me malinterpretéis, son chavales muy majos y buenos amigos de los chicos, pero quizás han sido educados con un estilo un poco distinto.
En nuestro estudio hemos comprobado en primer lugar que en la mayoría de los casos hay detrás algo de desarraigo familiar. Padres separados, madres solteras u otros casos que desconciertan a los chavales que no tienen ni una familia ni un hogar de referencia fija. Pero también hemos llegado a la conclusión de que otra causa es el exceso de protección a los niños. Esa tendencia ahora creciente en España, de que el niño es intocable, aquí se ha llevado a extremos y ya no sólo no se les levanta la mano, sino que tampoco la voz. El resultado no es bueno. Hoy, sin ir más lejos, en mi retorno al parque de Alta Plaza, he presenciado como un niño de 5 años insultaba a su madre, le daba patadas, le arrancaba las gafas, le vaciaba el bolso y esparcía todo por el suelo, mientras la madre se limitaba a decir: "Ian, esto no me está gustando nada".
Es algo parecido a lo que hacen con lo perros, que tienen más derechos que los propios homeless. Un perro puede meterse en el parque, chupar el bocadillo del niño, entrar en un restaurante, lamerte la cara mientras tomas el sol o embestirte bravamente, que nadie le dirá nada. Así están de felices, que ni siquiera ladran. Los que ladran son los niños.

2 comentarios:

  1. La foto de Montse dándole a la birra no me gusta nada, se la ve un poco triste y además no está nada guapa, cámbiala right now, please.
    Besos

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  2. Es verdad que parezco triste pero me gusto en esta foto........a mi esposo le encanta hacerme fotos en las barras de los bares, no os penseis que estoy todo el dia con la cerveza en la mano,.aunque bien pensado es uno de los sitios donde mejor me encuentro..........

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