jueves, 30 de diciembre de 2010

AQUÍ NO HAY QUIEN DUERMA

Anoche encontré a Martín tumbado en la cama pero con los ojos como platos. ¿Qué haces Tincho?: "Estoy intentando dormir con los ojos abiertos". Le apagué la luz y me marché refunfuñando: "Para uno que duerme bien en toda la casa..."
No es que seamos de mal dormir porque lo entrenamos bastante y no se nos da mal, pero es un dormir raro. En esta casa, con los muros de papel, he conseguido sacar por fin la escaleta exacta de cada noche. A eso de la una, Lucio se cae de la cama, es un golpe seco: "poc". A veces se hace daño y se despierta: "Poc, uaaaaahhhhh, papiiiiiii". Si no, sigue durmiendo en el suelo hecho un reguño con el edredón. A las dos o dos y media, Montse suelta un suspiro de placer, pero placer infantil: "AaaaaAAaaaaaAAAAhhhhaaaaAAaaai" y se rasca con fuerza el brazo izquierdo. A las tres, Simón se pelea a gritos con su hermano (que está en Madrid) le chilla entre amenazante y acobardado para después salir corriendo hasta el baño. Mea y vuelve sin su hermano. A las cuatro yo oigo un enorme rugido tal que: "Jjjjjjjjjjjjjjjjjjeeooooooouuuuujjjjj!" Tan profundo que suele despertarme, además suele venir acompañado por un fuerte codazo de Montse que termina de espabilarme y ahuyenta automáticamente al bicho que produce ese extraño alarido. Si Francesco se ha quedado a dormir, caso bastante habitual, a las cinco hay unos incomprensibles gritos que no voy a intentar entender; bastante tengo con aprender el inglés de los despiertos, como para descifrar también el de los sonámbulos. A las seis suele entrar Lucio en la habitación y si no lo hace, quien entra es el sol. Un buen momento para echar un "pisito" y volver al sobre a disfrutar de los mejores momentos de sueño antes de empezar la rutina.
A Diego no le he mencionado porque bastante tuvimos con las visitas nocturnas que nos hacía cuando tenía cuatro años, totalmente poseído. Desde entonces duerme con chaleco de fuerza. Total que si seguimos así planteo la posibilidad de hacer de esto un espectáculo y vender entradas para quienes quieran asistir al show nocturno: "El extraño sueño de los españoles".

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