sábado, 25 de diciembre de 2010

AIRE, SOY COMO EL AIRE

Hoy Lucio le ha robado el protagonismo a Martín con sus ocurrentes y a veces inquietantes preguntas. Aunque lo del enano no ha sido interrogación sino contundente afirmación: "Papi, yo no quiero tener profe porque aprendo mucho más del aire...cojo aire con la boca y aprendo las cosas". Razón no le falta porque para lo canijo que es, sabe latín y no hace caso ni a su padre ni a su madre. Es un cabezón, un caprichoso y un llorica pero encandila a cualquiera para conseguir lo que quiere y como es tan salado todo el mundo pica o picamos.
 Y como no quería dar clases de esquí, ha decidido que aprendía del aire y que se subía con su padre al telesilla. Y como el padre es gilipollas, como bien sabéis, ha hecho caso al mocoso. Allí subíamos los dos en el telesilla que sale desde el hotel, sin saber cuál era nuestro destino. Eso sí, bien equipados, crema del sol en bolsillo derecho, donut de chocolate en el izquierdo, cherry Coke a un lado de la chupa y todo tipo de cámaras al otro lado. A mitad de viaje, el mico ha amenazado con tirarse desde la silla convencido de que podía parar el golpe con un bastón, lo que el papá ha conseguido evitar con una filosófica reflexión sobre la muerte. El pobrecito todavía cree que "la muerte es que te haces daño".
Y arriba hemos llegado, a la cima más alta de la estación, donde empezaba una pista con un cartelito naranja que decía "Experts only". Dado que estamos en Navidad, me hubiera santiguado, pero no sé. He cogido a Lucio, le he metido entre mis esquís y allá nos hemos tirado los dos por la pista negra gritando, el de inconsciente emoción, yo de inconsciente terror. En cuña, con un dolor espantoso de caderas y espalda, hemos conseguido superar las zonas más empinadas hasta llegar a la pista más sencilla y allí, el papá se ha relajado, ha dejado que Lucio llevara el control haciendo su "indian house" con los esquís hasta verse envuelto en una más que dudosa jugada al borde del area y del precipicio, que ha terminado con un amasijo de esquís, bastones, piernas, guantes, donut, gorros, niños, papás y cherry Cokes, en medio de la pista. Por suerte nos ha dado por reírnos, mientras poníamos en orden semejante puzzle. A partir de entonces he intentado convencer a Lucio de que es mejor aprender con un profe que con el aire, sobre todo si el aire soy yo. Hemos seguido esquiando tarareando el inconfundible Aire de Pedro Marín. ¡Grandísimo!

1 comentario:

  1. Si es que eres un padre muy blando....

    ¿pero esto no era un blog para reducir la lejanía y todas esas cosas?

    Pues dejar de darnos envidia.....

    Y Feliz Navidad a vosotros y a todos los seguidores del blog.

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