miércoles, 24 de noviembre de 2010

HUEVOS ESTRELLADOS


Algunos piensan que estas entradas en el blog están concienzudamente pensadas y que nos quitan mucho tiempo. Nada más lejos de la realidad. Son totalmente “casual”, como mi indumentaria habitual. Hoy por ejemplo venía yo hacia el motorhome pensando en cambiar de inmediato el titular de aquella entrada de las ciclistas desnudas porque el asunto se nos ha ido de madre y todos los días entran a ver el famoso póster del disco de Queen varios intrusos de extraños países. No es que el blog esté reservado a ningún tipo de visitante, ni a ninguna nacionalidad específica, pero la verdad es que su objetivo principal no era la masturbación, por muchas pajas mentales que yo me haga.
Una vez cambiado el titular, os iba a hablar del viaje por el Big Sur en autocaravana, que mañana terminamos, de sus momentos estelares. De la tormenta que no nos dejó dormir en toda la primera noche; del olor que dejaron dentro de nuestra casita con ruedas los “autostopistas” de Alaska y su perro pegamoide, tras viajar con nosotros y comerse nuestros nachos; de los 20 pares de calcetines que compramos en Monterey y perdimos en el ciberespacio, a la media hora de pagarlos; del insípido cangrejo que nos hemos zampado como final de viaje y que nos han servido, como es habitual, con ketchup; o del paradisiaco cruce de autopistas en el que nos disponemos a dormir si los camiones, la lluvia y el frío nos dejan. Para que os hagáis una idea, es algo parecido a Bailén, pero en la gasolinera de al lado, en lugar de Repsol, pone Chevron, lo que le da un poco más de glamour a la situación.
Pero he abierto la puerta de la nevera para guardar los chicken fingers que le han sobrado a Lucio de la cena y la docena de huevos que venía de excursión con nosotros ha decidido aterrizar en el suelo. Sólo uno se ha salvado. Según los recogía uno a uno, con el mapa de Carmel y estos deditos, he pensado que tenía que contároslo, que debía compartir con vosotros esa pringosa y resbaladiza sensación que provoca el huevo frito cuando no esta frito y le da por buscar pelusas por debajo de la mesa. Me he acordado de los huevos estrellados de El Almendro y he pensado que del viaje, ya os hablaremos cuando volvamos.

3 comentarios:

  1. Si es que para todo hay una edad y no es que quiera ser una groserita, pero............""ya no hay edad"".
    Y eso esperamos que ""nos hableis cuando volvais"" a pesar de nuestros comentarios.

    La mujer del hermano mayor de Montse

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  2. Vaya, ¿no habrán más entradas hasta dentro de un tiempo? Diego tío, ¡no nos hagas esto!

    Por cierto Martín, muy buena la frase ;)


    El sobrino coñazo de los nuevos rednecks sureños (Marta, ¡vas creando tendencia!)

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  3. A mi que soy persona de rutinas lo que me gusta es que publiqueis con un ritmo,al que yo me he acostumbrado.Así que este viaje vuestro amén de pringosos lo encuentro jaleoso porque pierdo el ritmo de mis lecturas.
    Bea

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