Anoche cenamos en el Radio Havana Social Club, un curioso y transgresor restaurante cubano en la calle Valencia. Entre disparatadas y aterradoras esculturas y fotos de todos los escritores habidos y por haber, disfrutamos de la comida caribeña y de un delicioso arroz con leche al que nos invitó un veterano de guerra para celebrar el Memorial Day. Le caímos bien, se encontraba muy solo y decidió que nosotros eramos la familia con la que compartir una noche tan especial. A Simón le quiso dar una propina y le aconsejó sabiamente: "Tú estudia mucho y si la cosa no te va bien, alístate al ejercito y vete allí a matar terroristas de Al Qaeda, cuantos más mejor". Nos dio mucha pena, no ya por el comentario sino porque el pobre hombre volvía de la guerra de Iraq con esa típica locura aderezada con alcohol bastante habitual en gente que ha visto y vivido lo que no debía ver ni vivir.
10.250 Kilómetros. Es la distancia que separa San Francisco de Madrid. Nueve horas de diferencia. Larga distancia en el espacio y en el tiempo. Estas notas recogen las vivencias y anécdotas de una familia que vivió en California durante un año y volvió para contarlo.
martes, 31 de mayo de 2011
VIENTO EN POPA A TODA VELA
Anoche cenamos en el Radio Havana Social Club, un curioso y transgresor restaurante cubano en la calle Valencia. Entre disparatadas y aterradoras esculturas y fotos de todos los escritores habidos y por haber, disfrutamos de la comida caribeña y de un delicioso arroz con leche al que nos invitó un veterano de guerra para celebrar el Memorial Day. Le caímos bien, se encontraba muy solo y decidió que nosotros eramos la familia con la que compartir una noche tan especial. A Simón le quiso dar una propina y le aconsejó sabiamente: "Tú estudia mucho y si la cosa no te va bien, alístate al ejercito y vete allí a matar terroristas de Al Qaeda, cuantos más mejor". Nos dio mucha pena, no ya por el comentario sino porque el pobre hombre volvía de la guerra de Iraq con esa típica locura aderezada con alcohol bastante habitual en gente que ha visto y vivido lo que no debía ver ni vivir.
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Dios le da pan a quien no tiene dientes... si es que no puede ser, pero como se puede ir con esas pintas en un barco? Pero vosotros no sois "fashion"?
ResponderEliminarSolo con ver la foto de tincho ya he empezado a mosquearme, pero ahora después de leer la entrada, en fin, os salva que os quiero mucho.
Por cierto Diego con elolfato que tienes para la noticia, me extraña que no encontraras el Bar Lovento, busca alguna "cuerda" y tuercec a la derecha y ya veras como lo encuentras. A pesar de todo OS ECHO DE MENOOOOOOOOSSSSSSS
Es todo pura envidia.
Desde otra costa, la Mediterránea, a más de uno le va a matar de envidia esta entrada. Me alegra saber que no os mareáis, aquí os esperamos.
ResponderEliminarYa casi empieza junio...
ResponderEliminarComo mola navegar, nunca lo había hecho y me encantó. No me mareé nada pero pasamos un frío de narices. Las vistas impresionantes. Ramón, como que qué pintas llevamos en el barco? Me puedes decir cómo se viste la gente para navegar, es que no soy de ese mundillo. Ya me puedes llevar en tu velero cuando quieras. Soy Montse
ResponderEliminarY hoy ¿qué pasa?, ¿que no hay entradas?, ¿se agotaron?, aprovechar que queda un mes...
ResponderEliminarJoder Luis, si es que madrugas mucho. La acabo de colgar, es que hemos salido a cenar y se me había olvidado. Tranquilo que todavía hay suficiente material almacenado.
ResponderEliminarMontse, estais toda la familia invitada, previamente te pasaré unas nociones mínimas de pijo/marinero para que tu look sea perfecto, Es verdad que la bahia de San Francisco es espectacular, pero ver el cabo de peñas desde la mar tampoco es mala idea.
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