martes, 3 de mayo de 2011

COLUMNISTA O CONFERENCIANTE

Es mi futuro. Lo tengo claro. Esto de escribir una columnita al día comentando la actualidad, me gusta. Abres el periódico, miras si hay noticias relevantes y sobre ellas escribes. Que no hay nada interesante, pues cuentas tu vida, que siempre hay algún despistado al otro lado que va y se lo lee. De mayor quiero ser columnista o tertuliano, opinar libremente de la actualidad y que además me paguen. Hoy, por poner un ejemplo, tendría muchas cosas de las que opinar, de la boda Real en el siglo XXI, de la beatificación de Juan Pablo II (ya puestos podían haber sacado el ataúd de su antecesor para ver de qué murió) o de los gemelos de Mariah Carey; me refiero a los hijos, no a sus piernas. Pero resulta que no es tan fácil la vida del columnista porque cuando ya estás orgulloso porque has escrito tu folio, va la OTAN y mata al hijo de Gadafi y lo tienes que cambiar todo. Entregas el nuevo texto y miras en Internet antes de irte a dormir, ¡Mierda! los de la CIA han matado a Bin Laden, con esto si que no contaba: a escribir de nuevo.
Cada vez que hay un acontecimiento mundial como este de Mariah Carey, se me despierta mi adormilado instinto periodista y siento ganas de estar en el foco de la noticia, de cogerme la cámara y salir a hacer periodismo de investigación. Ahora iría como un loco a conseguir la exclusiva mundial de hablar con el ginecólogo de la cantante para preguntarle por las contracciones y el proceso de dilatación; o buscaría al hombre que apretó el gatillo para que saliera la bala más celebrada de la historia reciente o rastrearía en el mar para buscar el cadáver de Bin Laden o fotografiar al tiburón que se lo ha zampado (perdón, me he puesto demasiado "gore") o sino iría al mismísimo domicilio de Esperanza Aguirre, en el centro de Madrid, para entrevistar a su portero y preguntarle si en el cuerpo a cuerpo, día a día, es tan metepatas. Había puesto un adjetivo algo más contundente pero no quiero herir sensibilidades de una parte de mis lectores.
El caso es que hasta que no reciba una oferta en firme para ser columnista, me quedaré como conferenciante, que últimamente no se me da mal. Tras mis dos charlas en el High School, hace unos días me convocaron para dar otra conferencia sobre el Sahara en el Waldorf School de los niños. Allí me planté yo con mi proyector y mis diapos a hablar ante tres cursos (más de 80 niños) sobre el conflicto del Sahara y nuestro proyecto del Sahara Marathon. En inglés... podéis imaginar. Por suerte, como la vida saharaui les pilla tan lejos en la distancia y en su forma de vida, estaban muy sorprendidos y conseguí mantenerlos durante una hora sin abrir la boca. Al final todo fueron felicitaciones e incluso la profesora les puso un examen para el día siguiente bajo el siguiente título "Diego Munoz and the Saharawi refugees"; 20 preguntas sobre los temas que yo había contado. Me hubiera encantado corregir el examen y hacer de profe malo, que todavía guardo algo de rencor de mi época de estudiante... Uf, cuánto tiempo ha pasado.

6 comentarios:

  1. Para ser un buen periodista no hay que evitar molestar a ningún lector. Di lo que piensas sin necesidad de que le guste o no a tus lectores.

    ResponderEliminar
  2. Tienes razón anónimo... Iba a poner idiota y lo dejé en metepatas.

    ResponderEliminar
  3. Se me ocurren otros adjetivos que califican perfectamente al personaje, pero idiota me parece bien.
    Mucho ánimo con tu blog, tienes buenos y fieles seguidores, y me permito asegurara que escribes bien; no he podido leer todas las entrades pero si algunas que son de mucha altura. Enhorabuena a tí y a tus seguidroes.

    ResponderEliminar
  4. Es curioso, en la foto todos tienen algo entre las manos.

    ResponderEliminar
  5. Feos no, porque no lo sois, pero rrrraro, rrrraro un montón. ¿No había otro banco donde sentaros?. ¿os está pudiendo la marea banderil de los yankies?
    De cualquier forma os sigo ECHANDO DE MENOOOOOOOOOOOOOOSSSSSSSSSSSSSSSSSS

    ResponderEliminar