miércoles, 25 de mayo de 2011

MORRIÑA

Recuerdo las distintas etapas por las que yo personalmente he pasado a lo largo del año. Los dos primeros meses fueron los más divertidos y caóticos de mi vida, teniendo todo el tiempo una sensación de libertad infinita y de no saber qué pasará mañana, sin saber al principio cuál era nuestra casa, luego viviendo entre colchones con ropa por todas partes, muebles a medio montar y alucinando con la sensación de empezar de cero para todo. Después cuando ya nos instalamos y empezamos a tener sensación de normalidad sentí un vértigo muy extraño al ver que de verdad estaba muy lejos de todo, de repente aterricé y asimilé de golpe que todo lo que estaba viviendo era real y no un sueño. Recuerdo un día que me desperté sobresaltada por la mañana, me acerqué medio dormida a la ventana y estuve unos segundos alucinando viendo la antena de Twin Peaks asomar entre la niebla mientras pensaba "qué hago yo viendo esto desde mi ventana cuando debería tener delante la fachada del hortera del vecino de Madrid...". Por un lado sentí alivio por no tener la rutina de siempre, pero por otro, un vacío al ver que estábamos solos y no conocíamos a nadie. Pero en seguida te haces fuerte y te lanzas a llenar tu vida con todo lo nuevo que te rodea. Después vino la obsesión con la comida y estuve una temporada que hasta soñaba con ella; chorizos, morcillas, cañas y tapas de todo tipo etc. Luego se te pasa. Los seres humanos tenemos una capacidad increíble para adaptarnos, nos acostumbramos a todo por raro que nos parezca al principio. De verdad a todo. Ya os comenté que no entendía porqué la gente va andando por la calle con un vaso de café en la mano, y ahora soy yo la que lo hago, me compro un capuccino tamaño familiar y me siento o me paseo y el café se mantiene caliente mucho tiempo. Lo voy a echar de menos.
Luego empezamos a conocer gente y a hacer nuestras primeras amistades y salidas nocturnas por la ciudad. Nos hemos divertido mucho y aunque aquí mucha gente pone su trabajo por delante de todo y no encuentra tiempo para divertirse, también hay zonas donde cualquier día hay gente con ganas de pasarlo bien aunque sea martes . En esta etapa pensaba que no quería saber nada de volver a España y que teníamos que hacer lo que fuese para quedarnos más tiempo. Eso si, pasando el verano en España para reencontrarnos con nuestros amigos y familiares.
Ahora que vemos que es imposible quedarnos, sentimos pena de que se acabe pero, al mismo tiempo, reconozco que en mi mente poco a poco están apareciendo imágenes de mi vida en Madrid que echo de menos. Por supuesto la gente pero también cosas absurdas como una glicinia que hace unos años planté en casa y que este año no he perdido ver florecer, andar descalza por el césped los primeros días de calor en Madrid, tomarme una cerveza clandestina a cualquier hora y en cualquier lugar en una de las terrazas maravillosas que aparecen en Madrid en primavera, los primeros días que a la hora de acostar a Lucio todavía es de día y ya no necesitan jersey por las mañanas porque llegó el calor, el polen de los plátanos flotando por todas partes........creo que esto se llama morriña, y la tenemos.
Cuando nos hayamos ido echaremos de menos muchas cosas. De las primeras, la luz tan especial que hay cada día, esté soleado, nublado o con niebla, el cielo tan limpio sin nada de contaminación, la suciedad y el barullo del barrio chino, las cuestas, la mala leche de los coreanos de la calle clement, el acento mejicano y el spanglish del barrio latino, el café donde leo y escribo muchos días, las vistas desde nuestra casa, los parques y sobre todo a Nora, Dan, Margaret, Duncan, Susan, Paul y Febe, nuestros nuevos amigos aquí. Puede que alguno de ellos se anime a venir a Madrid este verano.
Lo que de verdad echamos de menos.

3 comentarios:

  1. ¿y cómo se dice morriña en inglés?, que será lo que tengáis a partir de julio..

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  2. Pero ¿¿ como se puede vivir sin 1/3 de Mahou ***** bien fresquita?? .....pufffffffffffff. LLegar a casa, tirar los zapatos en la puerta de casa, soltar el bolso, ir a la cocina, abrir el federico, y pillar tu 1/3 bien bien frio, darle el primer trago sin ni siquiera cerrar la puerta del federico, puffffffffffffffffffffffffff.


    La mujer del hermno mayor

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  3. No encuentro morriña en el diccionario, nada parecido. Lo que tendré a partir de julio es una incógnita para mi. Supongo que se me va a hacer muy extraño ver que todo sigue igual despues de tanto tiempo, que la tele habla español, que no hay niebla, que no tengo dólares en el bolsillo.......diego ha estado dos veces en Madrid pero yo no, desde el siete de agosto del año pasado. Todo esto unido al jet lag......puede ser mortal
    Lo de la mahou lo soluciono con Coronas, Stela, Heineken. Pero es verdad que como Mahou no hay ninguna, sobre todo si viene acompañada de una tapa.
    Pero prometo ponerme al dia este verano.
    Sobre el blog, no se que pasará, supongo que morirá como empezó, en el aeropuerto. Aunque es algo que no hemos hablado todavía.....para que no nos entre morriña.

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