Mi hermano Rodrigo tiene unos amigos que se llaman Michel y Lidia. De vez en cuando se los tomo prestados. Sobre todo cuando vienen a San Francisco. Michel viene cada año a trabajar e investigar en la Universidad de Stanford y aprovechamos para vernos. El otro día mientras alucinábamos viendo a nuestros hijos hablar inglés entre ellos, él me comentaba cómo funciona el cerebro para almacenar la información y poder aprender cosas. Resulta que el idioma materno está registrado en una parte del cerebro distinta a la del segundo idioma. Algo así como el disco duro, frente a una memoria externa. Pero cuando los chavales lo aprenden muy pronto, consiguen meterlo todo en esa memoria RAM y así es como consiguen ser bilingües y pensar en ambos idiomas. También explicaba que a partir de la adolescencia y la pubertad pasa a ser más difícil aprender, por una cuestión hormonal. Se ve que las neuronas se cansan de estudiar y deciden bajarse de fiesta a los órganos genitales.
Mis neuronas, ni siquiera eso, creo que ya están durmiendo la siesta o simplemente la han palmado. Que no es lo mismo que empalmado. El caso es que después de todo este año, me doy cuenta de que apenas he aprendido nada. Todos los objetivos vitales que me había planteado, se han quedado en eso, en objetivos, eso sí algo desenfocados. No he cambiado el swing, claro está, porque no he jugado al golf. No he aprendido a tocar la guitarra porque mis dedos están atrofiados. No he aprendido árabe porque era una sonada gilipollez venir a Estados Unidos a aprender árabe. A la CIA no le iba a gustar. He aprendido, eso sí, algo de cocina y de otras labores del hogar. Marujo que es uno. He leído poco y he escrito bastante.
En cuanto al inglés, me voy muy contento por el aprendizaje de los niños que pasan a ser mi escudo ante cualquier mostrador, vendedor ambulante, encuestador o viejecita perdida. Antes era yo el que me ponía al frente de la familia, ahora me escondo detrás de Lucito y dejo que ellos se apañen. Yo he mejorado un poquito en comprensión y hablando, lo justo para que me hablen más rápido y no me entere de nada. Montse también aprueba el curso porque además de mejorar mucho el inglés, la hemos recuperado para las nuevas tecnologías. está hecha toda una frikie del I-Pad, ordenador y demás juguetes.
Yo, por no aprender, no he aprendido ni siquiera a atarme los cordones de los zapatos y ya voy teniendo edad ¿verdad?
10.250 Kilómetros. Es la distancia que separa San Francisco de Madrid. Nueve horas de diferencia. Larga distancia en el espacio y en el tiempo. Estas notas recogen las vivencias y anécdotas de una familia que vivió en California durante un año y volvió para contarlo.
jueves, 30 de junio de 2011
miércoles, 29 de junio de 2011
PREGUNTAS Y RESPUESTAS (FAQ)
Cuando veníamos para acá todo el mundo nos hacía las mismas preguntas y ahora que volvemos, nos encontramos de nuevo con el disco rallado. Cada día repito tres o cuatro veces las mismas cosas así que para evitar que a nuestra llegada vosotros os pongáis también pesaditos, he decidido escribir las respuestas en esta entrada como hacen en la sección de FAQ de las más reputadas webs. "Faq reputadas web", suena todo muy obsceno, pero no lo es, se trata de las preguntas más habituales (Frecuent Asked Questions). Yo también me creía que lo del FAQ era una especie de "¡Qué te follen!" pero va a ser que no.
A lo que íbamos, las preguntas:
-¿Tenéis ganas de volver?
-R. Por un lado sí, por volver a ver a los amigos y a la familia, pero por otro no, nos da mucha pena irnos.
-¿Ha merecido la pena la experiencia?
-R. Sí estamos totalmente convencidos y siempre lo volveríamos a hacer. Sobre todo por los chicos...Bueno y por nosotros, ¡qué coño!
-¿Qué es lo mejor del año?
-R. Ver a los chicos hablar inglés que no hay dios que les entienda.
¿Y lo peor?
-R. Obviando las desgracias y la lejanía de los nuestros, lo peor es tener que decir adiós.
-¿Qué vais a echar de menos?
-R. Los parquímetros con Visa, los agujeros de los donuts, las cervezas con chapa de rosca, los pasos de cebra, el triturador de la pila de la cocina, el SF Chronicle, la sirena de la niebla, el billete de dólar, el Garage Sale, el civismo, el colegio, la libertad, la niebla, la tolerancia, el Golden Gate, las vistas, la naturaleza, las cuestas, Dolores Park, el Océano y un puñado de buenos amigos.
-¿Y que os alegráis de dejar en San Francisco?
-R. El ruido del trolebús por la noche, la ventana sin persiana, las sirenas de las ambulancias, los perros invasivos, las obras del vecino, la pena de muerte, las armas, los homeless, el egoísmo...
-¿Volveréis?
-R. Sí. Seguro. ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Cuánto?... Volveremos
-¿Y el blog, que vais a hacer con él?
R. Todavía no nos ha dado tiempo a plantearlo y no vamos a tomar una decisión forzada. Nació de forma natural y si tiene que morir, lo hará de forma natural cuando no tenga sentido. De momento hay algunas cosas guardadas en la nevera y no nos gusta tirar la comida, así que mientras nos apetezca escribir y a alguien le queden ganas de leer, aquí seguiremos. Ya os contaremos...
A lo que íbamos, las preguntas:
-¿Tenéis ganas de volver?
-R. Por un lado sí, por volver a ver a los amigos y a la familia, pero por otro no, nos da mucha pena irnos.
-¿Ha merecido la pena la experiencia?
-R. Sí estamos totalmente convencidos y siempre lo volveríamos a hacer. Sobre todo por los chicos...Bueno y por nosotros, ¡qué coño!
-¿Qué es lo mejor del año?
-R. Ver a los chicos hablar inglés que no hay dios que les entienda.
¿Y lo peor?
-R. Obviando las desgracias y la lejanía de los nuestros, lo peor es tener que decir adiós.
-¿Qué vais a echar de menos?
-R. Los parquímetros con Visa, los agujeros de los donuts, las cervezas con chapa de rosca, los pasos de cebra, el triturador de la pila de la cocina, el SF Chronicle, la sirena de la niebla, el billete de dólar, el Garage Sale, el civismo, el colegio, la libertad, la niebla, la tolerancia, el Golden Gate, las vistas, la naturaleza, las cuestas, Dolores Park, el Océano y un puñado de buenos amigos.
-¿Y que os alegráis de dejar en San Francisco?
-R. El ruido del trolebús por la noche, la ventana sin persiana, las sirenas de las ambulancias, los perros invasivos, las obras del vecino, la pena de muerte, las armas, los homeless, el egoísmo...
-¿Volveréis?
-R. Sí. Seguro. ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Cuánto?... Volveremos
-¿Y el blog, que vais a hacer con él?
R. Todavía no nos ha dado tiempo a plantearlo y no vamos a tomar una decisión forzada. Nació de forma natural y si tiene que morir, lo hará de forma natural cuando no tenga sentido. De momento hay algunas cosas guardadas en la nevera y no nos gusta tirar la comida, así que mientras nos apetezca escribir y a alguien le queden ganas de leer, aquí seguiremos. Ya os contaremos...
martes, 28 de junio de 2011
SEREMOS LOS MISMOS
En el proceso de vaciado de armarios y llenado de maletas, me he reencontrado con una lata de sardinas en tomate, Cuca, por supuesto. La traje tras mi último y triste viaje a España y hoy después de acudir a todas las celebraciones de la Pride, me ha parecido un buen motivo. Esta vez no voy con lo de la carne y el pescado. Simplemente me ha apetecido, porque un año fuera de tu tierra te hace siempre añorar sus sardinas. He abierto el "abrefácil" como si estuviera en la sierra madrileña, he estado a punto de cortarme como si estuviera en Santamera, me he manchado de aceite como si fuera el aperitivo del domingo en Madrid y he disfrutado saboreándola como en el descanso del partido del Espanyol. De golpe y porrazo me ha parecido oír a Francino en la radio, a mis sobrinos corriendo por el jardín, a Rubalcaba en la televisión, a Rajoy seseando, a mis cuñados diciendo burradas, a mis amigos riendo a carcajadas, a mis compañeros de trabajo estresados de un lado para otro y a los saharauis, como siempre, puteados.
Un año se pasa volando. Nos lo dijo mucha gente y tenían razón. Y eso que no hemos parado, que hemos vivido cada segundo y que hemos disfrutado y aprendido todo lo que se puede y más. Pero es verdad, parece que fue ayer cuando me volvía loco para conseguir una casa, un colegio y una vida en esta mi ciudad soñada, y ahora ya está todo ese círculo que decía Montse deshecho y preparado todo para volver a nuestra querida tierra.
El otro día Ramón me pedía que no me cortara el pelo para ser un poco distinto de lo que era antes, para que se note algo el cambio y creo que le voy a hacer caso. Después de esta maravillosa experiencia me resisto a que nuestra vida vuelva a ser igual que era antes de volver. No. Cuando hablo con alguien del trabajo me dicen que todo está parecido y que en una semana ya me habré puesto al día. Eso es lo que no quiero y no porque mi vida fuera mala, que ya sé que no lo era, sino todo lo contrario, pero uno quiere que se note de alguna forma la inversión de este año. Puedo tatuarme el escudo de los Giants en el pecho o gritar cada vez que cruzo el puente de la M-30 como lo hago aquí en el Golden Gate. El caso es romper con algunas cosas de la rutina anterior para que la vida no sea un "copy-paste", cambiar de lado en la cama, mover los muebles, hacer obras, sonreír más, coger el metro, andar, pasear, olvidarme el móvil, escribir cartas, tirar a la basura las corbatas, eliminar los prejuicios e intentar trasladar las cosas buenas de aquí a nuestro país, pero dejando las malas para siempre aquí. Pero tranquilos que vosotros no notaréis demasiado, seremos los mismos de antes ¿o no?
Un año se pasa volando. Nos lo dijo mucha gente y tenían razón. Y eso que no hemos parado, que hemos vivido cada segundo y que hemos disfrutado y aprendido todo lo que se puede y más. Pero es verdad, parece que fue ayer cuando me volvía loco para conseguir una casa, un colegio y una vida en esta mi ciudad soñada, y ahora ya está todo ese círculo que decía Montse deshecho y preparado todo para volver a nuestra querida tierra.
El otro día Ramón me pedía que no me cortara el pelo para ser un poco distinto de lo que era antes, para que se note algo el cambio y creo que le voy a hacer caso. Después de esta maravillosa experiencia me resisto a que nuestra vida vuelva a ser igual que era antes de volver. No. Cuando hablo con alguien del trabajo me dicen que todo está parecido y que en una semana ya me habré puesto al día. Eso es lo que no quiero y no porque mi vida fuera mala, que ya sé que no lo era, sino todo lo contrario, pero uno quiere que se note de alguna forma la inversión de este año. Puedo tatuarme el escudo de los Giants en el pecho o gritar cada vez que cruzo el puente de la M-30 como lo hago aquí en el Golden Gate. El caso es romper con algunas cosas de la rutina anterior para que la vida no sea un "copy-paste", cambiar de lado en la cama, mover los muebles, hacer obras, sonreír más, coger el metro, andar, pasear, olvidarme el móvil, escribir cartas, tirar a la basura las corbatas, eliminar los prejuicios e intentar trasladar las cosas buenas de aquí a nuestro país, pero dejando las malas para siempre aquí. Pero tranquilos que vosotros no notaréis demasiado, seremos los mismos de antes ¿o no?
lunes, 27 de junio de 2011
LA PRIDE Y LA NASCAR
Me llama un amigo. Otro más que quiere invitarnos a cenar. Ya no nos quedan días. Me pregunta que dónde hemos ido hoy, le digo que a la Pride y se sorprende: "¿Pero qué se os ha perdido allí, estáis locos?"
Llama otra madre del cole que quiere vernos. Le digo que nos vamos a la Nascar. Pone mala cara, puedo verlo por el teléfono, y dice: "¿A la Nascar, las carreras de coches, tú sabes que tipo de gente va allí, sólo camioneros?"
Dos curiosos acontecimientos que nos han tenido bastante entretenidos durante este último fin de semana en SF. El día y la noche, pero muy parecidos. Uno lleno de gays medio desnudos bailando alocadamente y lesbianas besándose por las esquinas. El otro lleno de barrigas cerveceras, gorras macarras, escotes achicharrados, bigotes y muchos tatuajes. En el primero, en pleno centro de la ciudad, junto al Civic Center, la música disco suena a todo volumen y apenas se puede hablar. Hay siete u ocho escenarios y se llegan a mezclar los sonidos y las voces de los distintos comentaristas. En el otro, en el circuito de Infineon, en una colina junto al precioso valle de Sonoma, el espectacular estruendo de cerca de 50 cacharros dando vueltas a la pista se funde con los gritos de un insoportable comentarista que no para de hablar en toda la mañana. Cuando se van a enterar los comentaristas de los eventos que ellos son un complemento o una pieza del espectáculo y no el espectáculo en sí. En el momento estelar de cada evento quiero oír el ruido de los coches, las motos, las bicis, los homosexuales o los aplausos del público y sólo oigo al speaker chillar.
En los dos hace calor y la gente se quita algo de ropa, en la Pride un poco más. Todos sudan, pero los de la Pride huelen algo mejor. En la Nascar las gradas repletas dan alaridos en cada adelantamiento o en cada accidente; en la Pride los gritos son cada vez que aparece algún elemento con un disfraz estrafalario o lo contrario, es decir, sin disfraz de ningún tipo.
Son públicos muy distintos, me imagino hacer un intercambio por unos minutos. Las lesbianas revolcándose en la hierba de la pelouse con los oídos tapados para no oír los coches y los camioneros eruptando y tirándole cosas a los bailarines gays del escenario del Ayuntamiento.
El caso es que yo me lo he pasado muy bien en los dos sitios, porque siento simpatía por el movimiento gay y porque llevo gasolina en la sangre, y eso que no soy camionero, ni pierdo aceite.
Llama otra madre del cole que quiere vernos. Le digo que nos vamos a la Nascar. Pone mala cara, puedo verlo por el teléfono, y dice: "¿A la Nascar, las carreras de coches, tú sabes que tipo de gente va allí, sólo camioneros?"
Dos curiosos acontecimientos que nos han tenido bastante entretenidos durante este último fin de semana en SF. El día y la noche, pero muy parecidos. Uno lleno de gays medio desnudos bailando alocadamente y lesbianas besándose por las esquinas. El otro lleno de barrigas cerveceras, gorras macarras, escotes achicharrados, bigotes y muchos tatuajes. En el primero, en pleno centro de la ciudad, junto al Civic Center, la música disco suena a todo volumen y apenas se puede hablar. Hay siete u ocho escenarios y se llegan a mezclar los sonidos y las voces de los distintos comentaristas. En el otro, en el circuito de Infineon, en una colina junto al precioso valle de Sonoma, el espectacular estruendo de cerca de 50 cacharros dando vueltas a la pista se funde con los gritos de un insoportable comentarista que no para de hablar en toda la mañana. Cuando se van a enterar los comentaristas de los eventos que ellos son un complemento o una pieza del espectáculo y no el espectáculo en sí. En el momento estelar de cada evento quiero oír el ruido de los coches, las motos, las bicis, los homosexuales o los aplausos del público y sólo oigo al speaker chillar.
En los dos hace calor y la gente se quita algo de ropa, en la Pride un poco más. Todos sudan, pero los de la Pride huelen algo mejor. En la Nascar las gradas repletas dan alaridos en cada adelantamiento o en cada accidente; en la Pride los gritos son cada vez que aparece algún elemento con un disfraz estrafalario o lo contrario, es decir, sin disfraz de ningún tipo.
Son públicos muy distintos, me imagino hacer un intercambio por unos minutos. Las lesbianas revolcándose en la hierba de la pelouse con los oídos tapados para no oír los coches y los camioneros eruptando y tirándole cosas a los bailarines gays del escenario del Ayuntamiento.
El caso es que yo me lo he pasado muy bien en los dos sitios, porque siento simpatía por el movimiento gay y porque llevo gasolina en la sangre, y eso que no soy camionero, ni pierdo aceite.
domingo, 26 de junio de 2011
EL CÍRCULO SE CIERRA
Desde que empecé a ser consciente del paso del tiempo en mi vida, debía tener unos diez años, a saber que la vida en realidad es una sucesión de ciclos de tiempo más o menos organizados que se repiten, que te dan seguridad y estabilidad, tan importante cuando eres pequeño, pero también esa sensación de ser arrastrado sin saber por qué ni hacia dónde. Yo recuerdo tener esas sensaciones muy pequeña. Un día al cerrar los ojos al acostarme, apareció por primera vez una visión concreta y casi física del tiempo en mi vida. Para mí, como para cualquier niño, la consciencia del tiempo y sus ritmos empezó relacionada al curso escolar. A final de verano apareció en mi mente una imagen muy real de un círculo grande que se dibuja sobre una superficie blanca y vacía. En el extremo del principio está el mes de septiembre, ¿cómo no?, y el principio de las clases. Cada día al acostarme y cerrar los ojos aparece en mi mente la imagen de este círculo que se va completando con el paso del tiempo. Así en navidades la circunferencia es un trozo de arco del tamaño de la parte exterior de un quesito. Pasadas la vacaciones, durante días y días parece obstinarse en no avanzar, provocándome un aburrimiento infinito. A finales de febrero repentinamente el círculo avanza a mayor ritmo y sin darme cuenta veo media circunferencia. Transcurren los meses y el círculo se va cerrando hasta que una mañana de agosto, tumbada al sol, con los ojos cerrados, veo que sólo queda un pequeño hueco para completarse. Otras cosas además del tiempo tienen una imagen en mi mente. Supongo que porque soy pintora y necesito representar lo que siento. Nunca le he preguntado a nadie si le sucede lo mismo.
Ahora, casi a punto de volver a Madrid, veo otra vez que el círculo se cierra. La sensación de novedad, desconocimiento y curiosidad va dejando paso a la idea de estar tumbada otra vez en mi sofá favorito, las caras de mis amigos o el sabor de un trozo de melón.
Tengo mala memoria y mucha facilidad para sustituir en mi cabeza unas cosas por otras. Sé que cuando abra el armario me voy ha encontrar con cosas que ahora, por mucho que me esfuerzo no recuerdo, porque de verdad las he eliminado. Mientras vaya recuperando mis cosas y sensaciones supongo que seré otra vez la misma de siempre y hasta puede que sienta que nunca me he ido. Pero en ese momento sé que me daré cuenta de que no hay duda, ya no soy la misma.
Y el círculo de este año se cierra y dentro de él hay una luz maravillosa, la de esta ciudad y cinco buenos amigos.
Ahora, casi a punto de volver a Madrid, veo otra vez que el círculo se cierra. La sensación de novedad, desconocimiento y curiosidad va dejando paso a la idea de estar tumbada otra vez en mi sofá favorito, las caras de mis amigos o el sabor de un trozo de melón.
Tengo mala memoria y mucha facilidad para sustituir en mi cabeza unas cosas por otras. Sé que cuando abra el armario me voy ha encontrar con cosas que ahora, por mucho que me esfuerzo no recuerdo, porque de verdad las he eliminado. Mientras vaya recuperando mis cosas y sensaciones supongo que seré otra vez la misma de siempre y hasta puede que sienta que nunca me he ido. Pero en ese momento sé que me daré cuenta de que no hay duda, ya no soy la misma.
Y el círculo de este año se cierra y dentro de él hay una luz maravillosa, la de esta ciudad y cinco buenos amigos.
sábado, 25 de junio de 2011
QUÉ GENTE MÁS RARA
Cuando trabajaba en la revista Motociclismo, cada mañana bajaba con mi amigo Miguel Rojo a desayunar un Donut y una Coca Cola, nos sentábamos en un banco y durante media hora veíamos pasar a la gente y adivinábamos como podía ser su vida. Es un divertido ejercicio que pienso seguir haciendo en mi vejez, sentadito en mi banco con la garrota y el transistor.
En este año de ritmo más relajado y en una ciudad tan curiosa como esta, hemos jugado a ese juego muchas veces. Ayer, sin ir más lejos, sentados en el Starbucks de la calle Powell intentamos distinguir algo del perfil de cada paseante sólo por su aspecto, pero no era nada fácil. Qué panda de gente rara, no había forma de encontrar a nadie de lo que podemos considerar como normal y cuando lo veíamos, era un turista. De verdad que cada uno que pasaba era un personaje misterioso, por su aspecto o su indumentaria o sus tatuajes o su corte de pelo o sus andares o incluso su olor. Esa sensación sólo la había tenido en Amsterdam hace un par de décadas cuando Montse y yo alucinábamos viendo las pintas de la gente por la calle. Claro que Amsterdam y Berlín son las ciudades que más me recuerdan a San Francisco, no por sus cuestas sino por esa atmósfera libertaria atufada de marihuana y llena de colorido.
Pero estos días, ese colorido es mucho más vivo y los personajes "curiosos" más numerosos y es que estamos en el fin de semana de la Pride, del orgullo gay, y la ciudad se ha llenado de reivindicativos homosexuales que pasean y compran los últimos modelitos para el desfile del domingo. Este fin de semana Castro rompe fronteras e invade la ciudad con toda la euforia provocada por la noticia llegada de Nueva York que permite las bodas homosexuales en aquel estado. Aquí se autorizaron hace tres años pero luego entraron en un confuso proceso legal de recursos y contrarecursos que aun no ha dejado claro el panorama. Pero eso no impide que Frisco sea la ciudad gay por excelencia y eso le da un toque muy especial.
En el cristal oscuro de la franquicia cafetera se refleja la gente que pasa y muchos de ellos aprovechan para retocarse el peinado, subirse las tetas o ajustarse los pantalones ante el espejo, sin percatarse de que al otro lado hay una familia de españoles tomando capuccinos, partiéndose el bolo con el desfile. Una gorda inmensa embutida en leguins, una pareja de lesbianas besándose, un ejecutivo del sector publicitario con pañuelo de colores en el cuello, un rapero colocado con el "loro" a tope, una viejecita argentina con cuatro maletas, dos culturistas revienta camisas cogidos de la mano, un chino recogiendo latas de las basuras, un loco hablando solo, un homeless en silla de ruedas, un policía en bicicleta, un teenager vestido de rosa y con zapatos de tacón... Al rato hemos salido a la calle, he mirado a la cristalera y he visto a un tipo extraño con melena canosa, algo amarillenta, vestido con un polo naranja, bermudas verdes, calcetines grises y zapatillas Nike de diseño. Qué gente más rara hay en esta ciudad.
En este año de ritmo más relajado y en una ciudad tan curiosa como esta, hemos jugado a ese juego muchas veces. Ayer, sin ir más lejos, sentados en el Starbucks de la calle Powell intentamos distinguir algo del perfil de cada paseante sólo por su aspecto, pero no era nada fácil. Qué panda de gente rara, no había forma de encontrar a nadie de lo que podemos considerar como normal y cuando lo veíamos, era un turista. De verdad que cada uno que pasaba era un personaje misterioso, por su aspecto o su indumentaria o sus tatuajes o su corte de pelo o sus andares o incluso su olor. Esa sensación sólo la había tenido en Amsterdam hace un par de décadas cuando Montse y yo alucinábamos viendo las pintas de la gente por la calle. Claro que Amsterdam y Berlín son las ciudades que más me recuerdan a San Francisco, no por sus cuestas sino por esa atmósfera libertaria atufada de marihuana y llena de colorido.
Pero estos días, ese colorido es mucho más vivo y los personajes "curiosos" más numerosos y es que estamos en el fin de semana de la Pride, del orgullo gay, y la ciudad se ha llenado de reivindicativos homosexuales que pasean y compran los últimos modelitos para el desfile del domingo. Este fin de semana Castro rompe fronteras e invade la ciudad con toda la euforia provocada por la noticia llegada de Nueva York que permite las bodas homosexuales en aquel estado. Aquí se autorizaron hace tres años pero luego entraron en un confuso proceso legal de recursos y contrarecursos que aun no ha dejado claro el panorama. Pero eso no impide que Frisco sea la ciudad gay por excelencia y eso le da un toque muy especial.
En el cristal oscuro de la franquicia cafetera se refleja la gente que pasa y muchos de ellos aprovechan para retocarse el peinado, subirse las tetas o ajustarse los pantalones ante el espejo, sin percatarse de que al otro lado hay una familia de españoles tomando capuccinos, partiéndose el bolo con el desfile. Una gorda inmensa embutida en leguins, una pareja de lesbianas besándose, un ejecutivo del sector publicitario con pañuelo de colores en el cuello, un rapero colocado con el "loro" a tope, una viejecita argentina con cuatro maletas, dos culturistas revienta camisas cogidos de la mano, un chino recogiendo latas de las basuras, un loco hablando solo, un homeless en silla de ruedas, un policía en bicicleta, un teenager vestido de rosa y con zapatos de tacón... Al rato hemos salido a la calle, he mirado a la cristalera y he visto a un tipo extraño con melena canosa, algo amarillenta, vestido con un polo naranja, bermudas verdes, calcetines grises y zapatillas Nike de diseño. Qué gente más rara hay en esta ciudad.
viernes, 24 de junio de 2011
EL PARQUE DE INSTRUCCIONES
El mocosillo nos tiene locos con su inglés. Sigue mejorando porque sigue practicando y su pronunciación es buenísima. Como no sabe leer ni escribir, aprende sonidos y lo hace con gran precisión. Tanta que ahora somos nosotros los que muchas veces no le entendemos o que incluso recurrimos a semejante mindundi para que nos traduzca algo que no entendemos. La gente se parte de risa oyéndole y dicen que parece un auténtico californiano. Eso sí, de vez en cuando suelta unos palabros bastante curiosos: a la luna la llama "Muna" y a la granja, "farma". Durante los últimos días se levantaba siempre pidiendo ir al parque de instrucciones, hasta que hoy, apoyado por sus hermanos mayores, ha conseguido el objetivo.
Hemos bajado hasta San José para pasar el día en el "maravilloso" Great América, un parque de atracciones con todo lo bueno y lo malo de estos sitios. Lo bueno, la sonrisa de los niños, o más bien sus carcajadas; lo malo... Uf me da pereza hasta escribirlo. El precio, el timo, la estafa, esta atracción no está incluida en el precio, quiero una Coca, hot dog, pizza, nachos, sushi, globos, algodón de azúcar, palomitas, niño no te cueles, tiro al blanco, por tres dólares hágase una foto con Snoopy, os lo juro por Snoopy (vaya, eso es lo que decían los pijos, a ver si voy a ser un hippijo), pop corn, palomitas en inglés, burguer, souvenir, foto con cara de susto, señora gorda sudando, chicanos, niños gruesos, manzana cubierta de caramelo, niño perdido llorando, ketchup, horteras a tutti plen, guiri con camiseta del Madrid, falsa pero del Madrid, niñas vestidas de cheerleaders subidas en los caballitos, música mezclada con otra música que se mezcla con la siguiente música, sirena de atracción que termina, vigilante que regaña, papi una más porfa... Inolvidable. Ya os dije que la profesión de padre era muy dura. El sacrificio que llega uno a hacer por ver y oír la risa de sus hijos. Os tengo que confesar que hasta me he subido dos veces en la montaña rusa infantil (aquí se llama roller coaster, a los rusos ni agua) con Lucito y me ha tenido que animar y consolar del miedo que he pasado.
Y lo que no puedo entender es la gente que programa sus vacaciones y largos viajes para meterse durante una semana en uno o varios parques de estos, por muchas "instrucciones" que tengan.
Menos mal que hemos podido desengrasar un poco visitando el estupendo museo egipcio de San José. Qué placer y qué alegría verse rodeado de tanto sarcófago, tumbas y momias.
Hemos bajado hasta San José para pasar el día en el "maravilloso" Great América, un parque de atracciones con todo lo bueno y lo malo de estos sitios. Lo bueno, la sonrisa de los niños, o más bien sus carcajadas; lo malo... Uf me da pereza hasta escribirlo. El precio, el timo, la estafa, esta atracción no está incluida en el precio, quiero una Coca, hot dog, pizza, nachos, sushi, globos, algodón de azúcar, palomitas, niño no te cueles, tiro al blanco, por tres dólares hágase una foto con Snoopy, os lo juro por Snoopy (vaya, eso es lo que decían los pijos, a ver si voy a ser un hippijo), pop corn, palomitas en inglés, burguer, souvenir, foto con cara de susto, señora gorda sudando, chicanos, niños gruesos, manzana cubierta de caramelo, niño perdido llorando, ketchup, horteras a tutti plen, guiri con camiseta del Madrid, falsa pero del Madrid, niñas vestidas de cheerleaders subidas en los caballitos, música mezclada con otra música que se mezcla con la siguiente música, sirena de atracción que termina, vigilante que regaña, papi una más porfa... Inolvidable. Ya os dije que la profesión de padre era muy dura. El sacrificio que llega uno a hacer por ver y oír la risa de sus hijos. Os tengo que confesar que hasta me he subido dos veces en la montaña rusa infantil (aquí se llama roller coaster, a los rusos ni agua) con Lucito y me ha tenido que animar y consolar del miedo que he pasado.
Y lo que no puedo entender es la gente que programa sus vacaciones y largos viajes para meterse durante una semana en uno o varios parques de estos, por muchas "instrucciones" que tengan.
Menos mal que hemos podido desengrasar un poco visitando el estupendo museo egipcio de San José. Qué placer y qué alegría verse rodeado de tanto sarcófago, tumbas y momias.
jueves, 23 de junio de 2011
PIJIPPIES
Qué difícil es ser padre. No me refiero a dejar embarazada a la parienta, sino a ejercer de tutor y educador de tus hijos en el día a día. Dicen que es la profesión más dura, pero no es cierto porque no te pagan por ello, así que no es una profesión. Tampoco es verdad que sea más dura que la de profesor, que cuenta con los mismos sinsabores que el padre, pero sin serlo.
Puedes considerar que has triunfado cuando notas que tu hijo es el yerno deseado por la mayoría de las madres. Como no pudimos elegir a nuestros suegros, nos empeñamos en elegir a nuestros yernos o nueras. Pero todas esas manipulaciones suelen fallar y conseguir el efecto contrario de rechazo.
Si en esta fase de conclusiones tenemos que destacar la parte más positiva de este "Peazoviaje", sin duda coincidimos que es la enorme inversión realizada en la educación de nuestros tres hijos y el "prestao". Los chicos vuelven a casa siendo prácticamente bilingües y con la enriquecedora experiencia de haber vivido en una sociedad distinta y en una ciudad tan encantadora. Por eso nunca nos arrepentiremos de haber dado este paso. Siempre sentí sana envidia de quienes habían podido vivir un tiempo fuera, por el motivo que fuera, y ahora creo que los niños nos lo van a agradecer de por vida.
Pero la educación no es sólo que hablen inglés y saquen buenas notas, eso es lo de menos. A mi me gustaría que aprendieran a ser buenas personas, algo que se enseña poco y cuando se hace los papás se lo toman a cachondeo por motivos políticos. Sí, por ejemplo creo que Educación para la Ciudadanía debería ser una de las asignaturas más importantes para conseguir chavales cívicos, respetuosos y tolerantes. No basta con lo que se enseña en casa, porque además hay muchas casas en las que los propios padres deberían asistir a esas clases. Pero vamos, que tampoco soy yo nadie para impartir ahora clases.
Lo que sí os digo es cómo me gustaría que fuesen mis hijos. Ahora que les veo comprarse ropa para volver a casa, (Diego, sobre todo) me doy cuenta de cuál es el prototipo de hijo que casi todos queremos: el Pijippie. Se trata del equilibrio perfecto entre pijo y hippie, entre empollón y yonkie, entre friki y lerdo. Si me aparece en casa vestido de Fumarel, lo mato, pero que tampoco se marque un tatuaje del ying y el yang en el cuello; que estudie, lea y tenga inquietudes, pero que también se divierta. Que haga Snow, Kite, Surf, Skate y todo eso que le gusta pero sin hacerse un vago integral...Eso es ser un pijippie, que no es lo mismo que un hippijo, eso ni de coña, a ver si se van a hacer de derechas o del Madrid. Que hagan lo que quieran, pero con respeto a la memoria de su padre ¿no?
Puedes considerar que has triunfado cuando notas que tu hijo es el yerno deseado por la mayoría de las madres. Como no pudimos elegir a nuestros suegros, nos empeñamos en elegir a nuestros yernos o nueras. Pero todas esas manipulaciones suelen fallar y conseguir el efecto contrario de rechazo.
Si en esta fase de conclusiones tenemos que destacar la parte más positiva de este "Peazoviaje", sin duda coincidimos que es la enorme inversión realizada en la educación de nuestros tres hijos y el "prestao". Los chicos vuelven a casa siendo prácticamente bilingües y con la enriquecedora experiencia de haber vivido en una sociedad distinta y en una ciudad tan encantadora. Por eso nunca nos arrepentiremos de haber dado este paso. Siempre sentí sana envidia de quienes habían podido vivir un tiempo fuera, por el motivo que fuera, y ahora creo que los niños nos lo van a agradecer de por vida.
Pero la educación no es sólo que hablen inglés y saquen buenas notas, eso es lo de menos. A mi me gustaría que aprendieran a ser buenas personas, algo que se enseña poco y cuando se hace los papás se lo toman a cachondeo por motivos políticos. Sí, por ejemplo creo que Educación para la Ciudadanía debería ser una de las asignaturas más importantes para conseguir chavales cívicos, respetuosos y tolerantes. No basta con lo que se enseña en casa, porque además hay muchas casas en las que los propios padres deberían asistir a esas clases. Pero vamos, que tampoco soy yo nadie para impartir ahora clases.
Lo que sí os digo es cómo me gustaría que fuesen mis hijos. Ahora que les veo comprarse ropa para volver a casa, (Diego, sobre todo) me doy cuenta de cuál es el prototipo de hijo que casi todos queremos: el Pijippie. Se trata del equilibrio perfecto entre pijo y hippie, entre empollón y yonkie, entre friki y lerdo. Si me aparece en casa vestido de Fumarel, lo mato, pero que tampoco se marque un tatuaje del ying y el yang en el cuello; que estudie, lea y tenga inquietudes, pero que también se divierta. Que haga Snow, Kite, Surf, Skate y todo eso que le gusta pero sin hacerse un vago integral...Eso es ser un pijippie, que no es lo mismo que un hippijo, eso ni de coña, a ver si se van a hacer de derechas o del Madrid. Que hagan lo que quieran, pero con respeto a la memoria de su padre ¿no?
miércoles, 22 de junio de 2011
EUROPA Y AMÉRICA
Nuestro amigo Duncan se quiere venir a vivir a España. Está cautivado por las cosas buenas que le hemos contado de nuestro país y de la vieja Europa y ha decidido que ya es hora de dar un giro a sus vidas, romper con sus raíces americanas y saltar el charco. Nosotros le hemos contado que las cosas no están bien ahora en España para emigrar allí, aunque claro está que no es lo mismo ser un inmigrante sudamericano que un estadounidense. Todavía hay clases y razas.
Lo mismo pasa aquí, nosotros hemos sido siempre muy bien recibidos porque hablamos esa lengua latina que tanto les gusta pero además hemos venido en avión desde el viejo continente, sin pasar a escondidas la frontera mexicana. Ser español está muy bien visto en esta ciudad. De hecho los americanos siempre han tenido especial debilidad por lo europeo, les gusta viajar a Europa y los productos alemanes, franceses o italianos son aspiracionales. Tener una BMW o un Volkswagen es lo más cool y si ya te puedes dar el lujo de tener una Ducati o un Ferrari, ni te cuento. Por eso en este estado hay el mayor número de Ferraris por metro cuadrado.
Se meten con la vieja Europa cuando esta les cuestiona su política, pero en el fondo sienten un enorme respeto por nuestro continente y toda su historia y se deslumbran cuando ven o escuchan hablar de monumentos con muchos siglos de historia. Digamos que el americano puede ser chulo o prepotente pero no chauvinista, para eso ya están los franceses ¿no? A los españoles nos tienen como gente divertida y progresista. No es verdad ese tópico de que no saben dónde está España y los que no han estado ya, quieren hacerlo en breve.
Uno de los anuncios que más repiten en los descansos de los partidos de los Giants (llevamos cuatro derrotas seguidas) es de unas peluquerías y los protagonizan un padre y un hijo que van al peluquero y tras cortarse el pelo dicen: "Ya estamos listos para viajar a España" y a continuación se les ve corriendo un encierro de San Fermín. Todavía no he conseguido entender por qué conviene cortarse el pelo para correr delante del toro. Yo no pienso correr delante de ningún toro, pero eso sí me voy a cortar el pelo para volver a España por una cuestión estética y por ser bien recibido.
Duncan, si se decide a dar el salto, sería bien recibido pero no sé a qué podría dedicarse. Igual que en su día pensamos que sería bueno un restaurante de paellas en San Francisco, quizás no estaba mal uno de "Clam Chowder" (crema de berberechos) y crabs (centollos) en el centro de Madrid. Se llamaría Golden Gate, claro. Es verdad que la hostelería es muy esclava, pero él lleva muchos años trabajando por cuenta ajena, desde las ocho de la mañana a las ocho de la tarde y con sólo dos semanas de vacaciones al año. Es verdad que los sueldos son mejores aquí, pero la vida también es más cara. Bueno, que yo no pretendía hacer en una entrada toda una comparación de las cosas buenas y malas de cada continente; ese ha sido uno de los cometidos del blog durante todo el año y si ahora hubiese que sacar una conclusión, sería muy confusa. En algunas cosas son mejores ellos y en otras, nosotros y en ambos sitios estamos llenos de contradicciones. Ahora que lo conocemos, lo mejor será quedarse con lo bueno de cada país. Listo que soy ¿eh?
Lo mismo pasa aquí, nosotros hemos sido siempre muy bien recibidos porque hablamos esa lengua latina que tanto les gusta pero además hemos venido en avión desde el viejo continente, sin pasar a escondidas la frontera mexicana. Ser español está muy bien visto en esta ciudad. De hecho los americanos siempre han tenido especial debilidad por lo europeo, les gusta viajar a Europa y los productos alemanes, franceses o italianos son aspiracionales. Tener una BMW o un Volkswagen es lo más cool y si ya te puedes dar el lujo de tener una Ducati o un Ferrari, ni te cuento. Por eso en este estado hay el mayor número de Ferraris por metro cuadrado.
Se meten con la vieja Europa cuando esta les cuestiona su política, pero en el fondo sienten un enorme respeto por nuestro continente y toda su historia y se deslumbran cuando ven o escuchan hablar de monumentos con muchos siglos de historia. Digamos que el americano puede ser chulo o prepotente pero no chauvinista, para eso ya están los franceses ¿no? A los españoles nos tienen como gente divertida y progresista. No es verdad ese tópico de que no saben dónde está España y los que no han estado ya, quieren hacerlo en breve.
Uno de los anuncios que más repiten en los descansos de los partidos de los Giants (llevamos cuatro derrotas seguidas) es de unas peluquerías y los protagonizan un padre y un hijo que van al peluquero y tras cortarse el pelo dicen: "Ya estamos listos para viajar a España" y a continuación se les ve corriendo un encierro de San Fermín. Todavía no he conseguido entender por qué conviene cortarse el pelo para correr delante del toro. Yo no pienso correr delante de ningún toro, pero eso sí me voy a cortar el pelo para volver a España por una cuestión estética y por ser bien recibido.
Duncan, si se decide a dar el salto, sería bien recibido pero no sé a qué podría dedicarse. Igual que en su día pensamos que sería bueno un restaurante de paellas en San Francisco, quizás no estaba mal uno de "Clam Chowder" (crema de berberechos) y crabs (centollos) en el centro de Madrid. Se llamaría Golden Gate, claro. Es verdad que la hostelería es muy esclava, pero él lleva muchos años trabajando por cuenta ajena, desde las ocho de la mañana a las ocho de la tarde y con sólo dos semanas de vacaciones al año. Es verdad que los sueldos son mejores aquí, pero la vida también es más cara. Bueno, que yo no pretendía hacer en una entrada toda una comparación de las cosas buenas y malas de cada continente; ese ha sido uno de los cometidos del blog durante todo el año y si ahora hubiese que sacar una conclusión, sería muy confusa. En algunas cosas son mejores ellos y en otras, nosotros y en ambos sitios estamos llenos de contradicciones. Ahora que lo conocemos, lo mejor será quedarse con lo bueno de cada país. Listo que soy ¿eh?
martes, 21 de junio de 2011
LA MUERTE DE MARTA
San Francisco es una ciudad muy segura. Realmente creo que es la más peligrosa de Estados Unidos. No me entendéis ¿verdad? En el día a día es una ciudad muy tranquila, en la que puedes pasear sin problemas, no tienes que agobiarte por tu cámara o tu cartera o los pasos que llevas detrás. Cada vez que hemos perdido algo en la calle (muuuuchas veces) siempre lo hemos encontrado. En general es un lugar tranquilo, cívico y hospitalario. Sólamente hay dos zonas un pelín delicadas, el Tenderloin, algo así como la calle Ballesta y el marginado barrio de Bayshore. En el centro, la presencia de homeless le confiere un toque un tanto inquietante, pero en su mayoría son inofensivos y lo máximo que pueden hacer es pedirte un quarter u ofrecerte marihuana. El otro día vi uno con un cartel que pedía para comprarse marihuana; me hice el padre progresista y le di un dólar a Diego para que se lo diera, al rato regresó Dieguillo avergonzado de ser mi hijo: "Papá, ese chico no está pidiendo, está vendiendo y con un dólar no me llega para nada...."
Sin embargo, en esta ciudad sin carteristas, hay bastante asesinato. El periódico lleva cada día un buen manojo de noticias truculentas. La mayoría son ajustes de cuentas y turbios asuntos entre bandas rivales. Muchos son en la zona marginal de Oakland y algunos otros en el sur de San Francisco. Es lo malo de vender armas a diestro y siniestro, que siempre hay algún descerebrado dispuesto a usarlas. Por eso el periódico, que tanto me gusta, tiene una muy buena parte parecida a El Caso. Ayer, sin ir más lejos, estuve leyendo una espantosa noticia de un crimen horrible muy cerca de casa, en el lago del Palace of Fine Arts, donde está el museo Exploratorium que tanto les gusta a los niños. Venía en portada y seguía después en otras dos páginas interiores con todo tipo de detalles: Marta, de sólo tres semanas, había desaparecido en un momento de despiste de sus padres, que no le quitaban ojo en todo el día. Poco después y tras un dispositivo de búsqueda compuesto por todos los vecinos del barrio, apareció muerta con parte del cuerpo devorado. Es la tercera vez que pasa en los dos últimos años. Ahora sospechan de un halcón. Lo del halcón es lo que me ha hecho a mi sospechar que Swan family, aunque estuviera en mayúscula, no era un apellido sino una familia de cisnes y la pobre Marta su pollito. Estoy tonto, pero es que nunca pensé que le iban a dar tanta importancia a este asunto.
Ahora que lo pienso, creo que tengo una cuñada que también se llama Marta y que de vez en cuando aparece por aquí y hasta se ha permitido el lujo de mancharme el blog con el escudo del Real Madrid... Tranquila, que no iba por ti la entrada, no te enfades, encima que te he dedicado el post número 301.
Sin embargo, en esta ciudad sin carteristas, hay bastante asesinato. El periódico lleva cada día un buen manojo de noticias truculentas. La mayoría son ajustes de cuentas y turbios asuntos entre bandas rivales. Muchos son en la zona marginal de Oakland y algunos otros en el sur de San Francisco. Es lo malo de vender armas a diestro y siniestro, que siempre hay algún descerebrado dispuesto a usarlas. Por eso el periódico, que tanto me gusta, tiene una muy buena parte parecida a El Caso. Ayer, sin ir más lejos, estuve leyendo una espantosa noticia de un crimen horrible muy cerca de casa, en el lago del Palace of Fine Arts, donde está el museo Exploratorium que tanto les gusta a los niños. Venía en portada y seguía después en otras dos páginas interiores con todo tipo de detalles: Marta, de sólo tres semanas, había desaparecido en un momento de despiste de sus padres, que no le quitaban ojo en todo el día. Poco después y tras un dispositivo de búsqueda compuesto por todos los vecinos del barrio, apareció muerta con parte del cuerpo devorado. Es la tercera vez que pasa en los dos últimos años. Ahora sospechan de un halcón. Lo del halcón es lo que me ha hecho a mi sospechar que Swan family, aunque estuviera en mayúscula, no era un apellido sino una familia de cisnes y la pobre Marta su pollito. Estoy tonto, pero es que nunca pensé que le iban a dar tanta importancia a este asunto.
Ahora que lo pienso, creo que tengo una cuñada que también se llama Marta y que de vez en cuando aparece por aquí y hasta se ha permitido el lujo de mancharme el blog con el escudo del Real Madrid... Tranquila, que no iba por ti la entrada, no te enfades, encima que te he dedicado el post número 301.
lunes, 20 de junio de 2011
LOS LUNES AL SOL
Queridos seguidores de este humilde blog, os pido perdón de antemano por lo que voy a escribir, cosa que hago con total sinceridad y sin ánimo de dar envidia a nadie o si acaso envidia sana, esa sí me gusta.
Una de las cosas que más me ha gustado de este año es como lo llamamos desde hace tiempo, los lunes al sol. Osea perder el tiempo cualquier día de la semana y a cualquier hora mientras el resto de los mortales trabaja, estudia o hace lo que sea. Hemos hecho muchas cosas interesantes, hemos viajado todo lo que hemos podido, pero si me paro a pensar que es lo que voy a echar más de menos y de qué me voy a acordar el año que viene es precisamente de esto, los lunes o jueves al sol y el "doing nothing". Sobre todo cuando estemos metidos en el ritmo frenético que impone la vida laboral y cotidiana del día a día en Madrid.
Así que estas últimas dos semanas nos dedicamos a visitar algunos de nuestros sitios favoritos en la ciudad, que son muchos. Dolores Park, por ejemplo, siempre hasta arriba de gente joven y con unos columpios muy chulos, con barco pirata incluido, que a Lucio le encanta.
Cruzar una vez más el Golden Gate, cosa que aunque hayas hecho cuatrocientas veces es para no creerselo, ayer mismo con la niebla tapando la parte de arriba de los pilares y la ciudad asomando misteriosamente entre las nubes. O bebiendo capuccinos en vaso de papel compulsivamente aunque no me apetezca, con una buena dosis de cacao amargo por encima. O el viento que se levanta todos los días en esta época del año a las cuatro y media de la tarde (no encuentro ninguna explicación lógica a este fenómeno, pero es así) y que anuncia que la niebla en un par de horas hará acto de presencia en la ciudad.....y una bola gigante de algodón empezará a rodar desde Ocean beach por las avenidas hasta llegar a nuestro barrio y seguir camino de downtown. Me pongo pesada pero llevo unos días haciendo grandes esfuerzos de memoria visual (esta la tengo buena, la otra desastrosa) para acordarme de la luz, la luz increíble y maravillosa de esta ciudad que no se parece a la de ninguna otra. También estoy haciendo esfuerzos físicos para desacostumbrar mi cuerpo a la humedad y el viento. Al principio estaba todo el día congelada y ahora mi cuerpo es sanfranciscano y puedo ir en chancletas con un frío de pelotas. Lo sé porque la semana pasada vino la madre de Simón y no entendía cómo podía ir por la calle con tan poca ropa mientras ella tiritaba. Lo que os digo, que me estoy mentalizando para no desmayarme de calor al bajar la escalera del avión en Barajas. Me parece que lo llevo claro y no tengo nada que hacer. Para el jet lag ya me he comprado una droga. ¿Alguien sabe de alguna para combatir el calor español?
Una de las cosas que más me ha gustado de este año es como lo llamamos desde hace tiempo, los lunes al sol. Osea perder el tiempo cualquier día de la semana y a cualquier hora mientras el resto de los mortales trabaja, estudia o hace lo que sea. Hemos hecho muchas cosas interesantes, hemos viajado todo lo que hemos podido, pero si me paro a pensar que es lo que voy a echar más de menos y de qué me voy a acordar el año que viene es precisamente de esto, los lunes o jueves al sol y el "doing nothing". Sobre todo cuando estemos metidos en el ritmo frenético que impone la vida laboral y cotidiana del día a día en Madrid.
Así que estas últimas dos semanas nos dedicamos a visitar algunos de nuestros sitios favoritos en la ciudad, que son muchos. Dolores Park, por ejemplo, siempre hasta arriba de gente joven y con unos columpios muy chulos, con barco pirata incluido, que a Lucio le encanta.
Cruzar una vez más el Golden Gate, cosa que aunque hayas hecho cuatrocientas veces es para no creerselo, ayer mismo con la niebla tapando la parte de arriba de los pilares y la ciudad asomando misteriosamente entre las nubes. O bebiendo capuccinos en vaso de papel compulsivamente aunque no me apetezca, con una buena dosis de cacao amargo por encima. O el viento que se levanta todos los días en esta época del año a las cuatro y media de la tarde (no encuentro ninguna explicación lógica a este fenómeno, pero es así) y que anuncia que la niebla en un par de horas hará acto de presencia en la ciudad.....y una bola gigante de algodón empezará a rodar desde Ocean beach por las avenidas hasta llegar a nuestro barrio y seguir camino de downtown. Me pongo pesada pero llevo unos días haciendo grandes esfuerzos de memoria visual (esta la tengo buena, la otra desastrosa) para acordarme de la luz, la luz increíble y maravillosa de esta ciudad que no se parece a la de ninguna otra. También estoy haciendo esfuerzos físicos para desacostumbrar mi cuerpo a la humedad y el viento. Al principio estaba todo el día congelada y ahora mi cuerpo es sanfranciscano y puedo ir en chancletas con un frío de pelotas. Lo sé porque la semana pasada vino la madre de Simón y no entendía cómo podía ir por la calle con tan poca ropa mientras ella tiritaba. Lo que os digo, que me estoy mentalizando para no desmayarme de calor al bajar la escalera del avión en Barajas. Me parece que lo llevo claro y no tengo nada que hacer. Para el jet lag ya me he comprado una droga. ¿Alguien sabe de alguna para combatir el calor español?
domingo, 19 de junio de 2011
ESTO SE VA ACABANDO
Un viejo amigo que trabaja en la competencia me ha mandado un mail que me ha dejado jodido. El contenido del correo es irrelevante, pero la despedida es demoledora: "A ver si nos vemos, que esto se va acabando". Os juro que llevo un par de días inquieto pensando en el significado real de la frase. Será que está por aquí también y se marcha ahora a España y quiere que nos veamos antes. No me cuadra. Espero que no esté enfermo el bueno de Joan. Tampoco cuadra, es una forma muy frívola de decirlo. Me temo que es lo que me temo. Joan que es otro como yo, que lleva casi treinta años currando, se ha dado cuenta de que su jubilación está ya más cerca que su jura de bandera y le ha dado ese toque depresivo a la despedida. Es lo que ocurre cuando pasas el medio maratón y sabes que la meta está ahora más cerca que la salida.
Joan también tuvo la suerte de trabajar en lo que era su pasión y lo ha disfrutado al máximo, como yo. Lo que pasa es que hasta la mejor de las pasiones termina por saturar y llega un momento en el que necesitas un parón y disfrutar, aunque sea durante un tiempo, de esta jubilación anticipada y del placer de sentarte en la puerta de casa a ver como avanzan las obras del vecino. Pero no es mi intención despedirme de nadie, todavía tengo cuerda para un ratito. Simplemente estamos despidiéndonos estos días de algunos amigos, de la segunda ciudad más maravillosa del mundo y de nuestros excesos de "stuff".
Ahora estamos inmersos en el proceso de dosificación que supone subsistir con lo que tenemos, sin tener que comprar nada nuevo que no vayamos a llevarnos. Es bastante difícil. Casi todos los frascos están casi vacíos y tenemos que dosificar su contenido de aquí a final de mes. Champú, Fairy, aceite, jabón de lavadora, dentrífico, papel higiénico... No pienso comprar nada más para que encima se lo quede nuestro casero. Lo que sí es posible es que en los últimos días lavemos la ropa con Colgate, el pelo con Fairy y el culo con Mr Propper, pero nos habremos ahorrado una pasta.
Joan también tuvo la suerte de trabajar en lo que era su pasión y lo ha disfrutado al máximo, como yo. Lo que pasa es que hasta la mejor de las pasiones termina por saturar y llega un momento en el que necesitas un parón y disfrutar, aunque sea durante un tiempo, de esta jubilación anticipada y del placer de sentarte en la puerta de casa a ver como avanzan las obras del vecino. Pero no es mi intención despedirme de nadie, todavía tengo cuerda para un ratito. Simplemente estamos despidiéndonos estos días de algunos amigos, de la segunda ciudad más maravillosa del mundo y de nuestros excesos de "stuff".
Ahora estamos inmersos en el proceso de dosificación que supone subsistir con lo que tenemos, sin tener que comprar nada nuevo que no vayamos a llevarnos. Es bastante difícil. Casi todos los frascos están casi vacíos y tenemos que dosificar su contenido de aquí a final de mes. Champú, Fairy, aceite, jabón de lavadora, dentrífico, papel higiénico... No pienso comprar nada más para que encima se lo quede nuestro casero. Lo que sí es posible es que en los últimos días lavemos la ropa con Colgate, el pelo con Fairy y el culo con Mr Propper, pero nos habremos ahorrado una pasta.
viernes, 17 de junio de 2011
NO ME ECHEN, QUE YA ME VOY
Nuestros amigos no quieren que nos vayamos y llevamos unos días de mucho ojo brillante. Los chicos también van de despedida en despedida y el mensaje es siempre el mismo: ¡Volved! Diego tiene siempre alguna amiga colgada del cuello diciéndole lo mucho que le van a echar de menos; Martín tiene plan todos los días y a Lucio no descarto que nos lo secuestren. Hoy he pasado por el cole a recoger unos papeles y han salido profesores y empleados a ofrecerme todo tipo de opciones para que regresemos: un master, un intercambio, una beca... No lo descartemos.
Sin embargo en casa las cosas son distintas. El casero debe estar deseando que salgamos por la puerta y nos está haciendo la vida imposible durante estas últimas semanas. Todos los días tenemos un par de visitas de posibles compradores o nuevos inquilinos. Ya nos hemos acostumbrado y seguimos friendo huevos, lavando calcetines o vistiendo niños como si tal cosa, mientras una señora mide el salón o hace una foto del retrete. Las obras ya no están localizadas en ninguno de los pisos vecinos, están all around, en el de debajo, el de la izquierda, el de la derecha, en las escaleras... Seguimos sin poder descansar, sin intimidad y con todo tipo de putadas. Cada semana cortan una vez el agua sin avisar; la última vez me pillaron con el pelo enjabonado en la ducha (debieron leer la entrada de "¿Dónde estabas tú?") y tuve que bajar dando gritos en spanglish. La casa es la ONU, los albañiles son todos hispanos, los fontaneros son rusos y los de los andamios chinos. Ayer me asomé por la ventana en calzones y había dos tipos subidos en la cornisa de mi ventana poniendo un cable. Las puertas de las duchas se han vencido porque de tanto golpe han cedido los suelos, ya veo que el edificio está preparado para terremotos. La basura lleva varios días en la cocina porque no podemos bajarla porque se ha inundado el pasillo exterior que lleva a los cubos. Pero hoy ya han pasado todos los límites y han arrancado en cable de internet y hemos tenido que salir despavoridos para poder inyectarnos unos cuantos bytes en vena. Y aquí estoy en un bareto de Little Italy viendo pasar el barco del Oracle entrenando en la Bahía y llenando el teclado de ensalada de atún y migas del hot dog de Lucio.
Sin embargo en casa las cosas son distintas. El casero debe estar deseando que salgamos por la puerta y nos está haciendo la vida imposible durante estas últimas semanas. Todos los días tenemos un par de visitas de posibles compradores o nuevos inquilinos. Ya nos hemos acostumbrado y seguimos friendo huevos, lavando calcetines o vistiendo niños como si tal cosa, mientras una señora mide el salón o hace una foto del retrete. Las obras ya no están localizadas en ninguno de los pisos vecinos, están all around, en el de debajo, el de la izquierda, el de la derecha, en las escaleras... Seguimos sin poder descansar, sin intimidad y con todo tipo de putadas. Cada semana cortan una vez el agua sin avisar; la última vez me pillaron con el pelo enjabonado en la ducha (debieron leer la entrada de "¿Dónde estabas tú?") y tuve que bajar dando gritos en spanglish. La casa es la ONU, los albañiles son todos hispanos, los fontaneros son rusos y los de los andamios chinos. Ayer me asomé por la ventana en calzones y había dos tipos subidos en la cornisa de mi ventana poniendo un cable. Las puertas de las duchas se han vencido porque de tanto golpe han cedido los suelos, ya veo que el edificio está preparado para terremotos. La basura lleva varios días en la cocina porque no podemos bajarla porque se ha inundado el pasillo exterior que lleva a los cubos. Pero hoy ya han pasado todos los límites y han arrancado en cable de internet y hemos tenido que salir despavoridos para poder inyectarnos unos cuantos bytes en vena. Y aquí estoy en un bareto de Little Italy viendo pasar el barco del Oracle entrenando en la Bahía y llenando el teclado de ensalada de atún y migas del hot dog de Lucio.
CHILLIDA Y LAS GALLINAS
Coño, no paramos. Llevamos un año aquí y ahora han decidido todos hacerse amigos nuestros. Ni un segundo en casa, comida allí, fiesta acá, cena allá y nosotros disfrutando de la vida, engordando y sin saber muy bien dónde estamos. La venta de enseres y los papeleos están en marcha, así que estamos aprovechando lo que queda. Eso sí, estamos teniendo nuevas experiencias como para escribir otro año entero de blog, igual nos lo planteamos.
Ayer fuimos a Oakland con una amiga que nos quería presentar a varios amigos artistas y conocimos a gente muy maja. Louise es pintora, buena, y además ha montado con su marido nueve restaurantes. Jeff nació en San Francisco y presume de ello porque, como pasa en las grandes capitales cosmopolitas, poca gente ha nacido aquí. Yo sí soy de Chamberí, ¡eh! Pero además el buen hombre es escultor, pintor, fotógrafo, cineasta y profesionalmente se dedica a la solidaridad, enseñando a jóvenes sin recursos a hacer cine. Un tipo peculiar. Su último trabajo es un documental sobre la prostitución juvenil y sus mafias en Oakland que espero que no le cueste la vida. Cuando hemos llegado a su casa, lo primero que nos ha dicho es que su escultor preferido es "Chuleda", lo cual nos ha llenado de orgullo porque se trataba del gran Eduardo Chillida. Jeff trabaja con la madera y su estudio nos ha recordado mucho al de mi padre, el gran Lucio Muñoz, con lo cual estábamos como en casa. Con ellos comimos en un restaurante ítalo-iraní, una curiosa mezcla entre Berlusconi y Ahmadineyad, osea bastante asqueroso.
Y de ahí a casa de nuestros amigos Larry y Robin, que yo creo que nos quieren conocer un poco mejor antes de que les "secuestremos" a su hijo Aydan durante el verano. Robin es diseñadora de jardines y Larry desarrollador de software y músico. Viven en una bonita casa victoriana con un pequeño jardín con gallinas. ¡Pachasco!, es el sueño de Montse, tener un jardín con gallinas, así que ahora tendré que convencerla de que en nuestra casa de Madrid no va a estar muy bien visto. Por cierto, Robin no se ha quedado muy tranquila porque cuando he visto a las gallinas he hecho gala de mi pathetic english y le he preguntado algo así como "¿Las gallinas acosan a los chavales?". Luego lo hemos arreglado viendo a su marido cantar en un concierto y bailando música cubana hasta las tantas. Qué estrés, me voy a dormir que reboso margaritas.
Ayer fuimos a Oakland con una amiga que nos quería presentar a varios amigos artistas y conocimos a gente muy maja. Louise es pintora, buena, y además ha montado con su marido nueve restaurantes. Jeff nació en San Francisco y presume de ello porque, como pasa en las grandes capitales cosmopolitas, poca gente ha nacido aquí. Yo sí soy de Chamberí, ¡eh! Pero además el buen hombre es escultor, pintor, fotógrafo, cineasta y profesionalmente se dedica a la solidaridad, enseñando a jóvenes sin recursos a hacer cine. Un tipo peculiar. Su último trabajo es un documental sobre la prostitución juvenil y sus mafias en Oakland que espero que no le cueste la vida. Cuando hemos llegado a su casa, lo primero que nos ha dicho es que su escultor preferido es "Chuleda", lo cual nos ha llenado de orgullo porque se trataba del gran Eduardo Chillida. Jeff trabaja con la madera y su estudio nos ha recordado mucho al de mi padre, el gran Lucio Muñoz, con lo cual estábamos como en casa. Con ellos comimos en un restaurante ítalo-iraní, una curiosa mezcla entre Berlusconi y Ahmadineyad, osea bastante asqueroso.
Y de ahí a casa de nuestros amigos Larry y Robin, que yo creo que nos quieren conocer un poco mejor antes de que les "secuestremos" a su hijo Aydan durante el verano. Robin es diseñadora de jardines y Larry desarrollador de software y músico. Viven en una bonita casa victoriana con un pequeño jardín con gallinas. ¡Pachasco!, es el sueño de Montse, tener un jardín con gallinas, así que ahora tendré que convencerla de que en nuestra casa de Madrid no va a estar muy bien visto. Por cierto, Robin no se ha quedado muy tranquila porque cuando he visto a las gallinas he hecho gala de mi pathetic english y le he preguntado algo así como "¿Las gallinas acosan a los chavales?". Luego lo hemos arreglado viendo a su marido cantar en un concierto y bailando música cubana hasta las tantas. Qué estrés, me voy a dormir que reboso margaritas.
jueves, 16 de junio de 2011
NO ES AIXO COMPANYS, NO ES AIXO
Con el permiso de Lluis Llach. Con la comodidad que da la distancia, desde el momento de su convocatoria apoyé el movimiento 15-M, con su indignado mensaje y sus justas reivindicaciones. Todos vivimos un precioso momento de esperanza y de reacción de la sociedad española ante una clase política demasiado distante del pueblo y en ocasiones corrupta e ineficiente. Por eso triunfó la convocatoria "¡Democracia real ya!" y por eso todos fuimos un poco antisistema. Pero llegaron las elecciones y lo que nos temíamos que iba a pasar ocurrió y perdidos en una poco relevante polémica sobre la Jornada de reflexión, el movimiento no supo poner un buen broche final a tan exitosa movilización. Creo que con la embriaguez y el romanticismo que desprende siempre la protesta en la calle, la "Spanish Revolution" alargó demasiado sus acampadas, dejó que los más radicales cogieran fuerza, permitiendo que se diluyera parte de ese generalizado sentimiento popular.
Al otro lado, la clase política a lo suyo. Antes de las elecciones alguno intentó fallidamente sacar partido de las movilizaciones, pero una vez vaciadas las urnas, el PSOE volvió a encerrarse en su mundo, en Ferraz, en la sucesión del jefe, olvidándose de que los verdaderos jefes son los ciudadanos, los del "No nos falles" y ninguno analizó qué habían hecho mal. Qué ocasión perdida para tender la mano, escuchar las propuestas e intentar corregir el rumbo hacia donde pide el pueblo. La derecha, la catalana y la española, feliz con su ganancia en el río revuelto. Ellos son hasta el momento los ganadores de esta revuelta, primero en las urnas y después en la calle; en las urnas, porque su electorado es mucho más fiel, y en la calle, porque después de usar el siempre triste y deplorable discurso del porrazo, han conseguido agrietar la protesta y llevarla a un terreno que les conviene para así debilitarla.
Se equivoca el Gobierno sin escuchar, se equivoca CIU con el uso de la fuerza, pero también se equivocan los indignados que llevan la protesta más allá de la línea roja que marca el civismo, el respeto a las personas y la democracia, que tanto reclamamos todos. No estoy de acuerdo con muchas de las cosas que hace Gallardón, pero es un político democrático, elegido por la mayoría de los ciudadanos y tiene derecho a pasear por la ciudad como todos los demás vecinos. Qué pasaría si los votantes de Gallardón salieran a la calle a insultar a los que piensan y actúan distinto.
Quienes pasan de un movimiento pacífico a la presión violenta, no son demócratas. Es lo que siempre hemos criticado de la kale borroka que tanto daño ha hecho sobre todo a ellos mismos. A los hechos me remito, cuando Bildu ha rechazado la violencia y se ha presentado a unas elecciones sin violencia callejera, han tenido un enorme respaldo popular.
España es un país con una importante base democrática y hay vías para cambiar todo eso que no nos gusta dentro de las reglas del juego, incluso para cambiar las propias reglas del juego. Retomemos el mensaje del mayo español pero sin barricadas, porque sino les estaremos dando motivos para descalificarlo y eso es lo que ellos quieren. Perdón, me volvió a salir la vena política, mañana seguiré con las cosas importantes.
Al otro lado, la clase política a lo suyo. Antes de las elecciones alguno intentó fallidamente sacar partido de las movilizaciones, pero una vez vaciadas las urnas, el PSOE volvió a encerrarse en su mundo, en Ferraz, en la sucesión del jefe, olvidándose de que los verdaderos jefes son los ciudadanos, los del "No nos falles" y ninguno analizó qué habían hecho mal. Qué ocasión perdida para tender la mano, escuchar las propuestas e intentar corregir el rumbo hacia donde pide el pueblo. La derecha, la catalana y la española, feliz con su ganancia en el río revuelto. Ellos son hasta el momento los ganadores de esta revuelta, primero en las urnas y después en la calle; en las urnas, porque su electorado es mucho más fiel, y en la calle, porque después de usar el siempre triste y deplorable discurso del porrazo, han conseguido agrietar la protesta y llevarla a un terreno que les conviene para así debilitarla.
Se equivoca el Gobierno sin escuchar, se equivoca CIU con el uso de la fuerza, pero también se equivocan los indignados que llevan la protesta más allá de la línea roja que marca el civismo, el respeto a las personas y la democracia, que tanto reclamamos todos. No estoy de acuerdo con muchas de las cosas que hace Gallardón, pero es un político democrático, elegido por la mayoría de los ciudadanos y tiene derecho a pasear por la ciudad como todos los demás vecinos. Qué pasaría si los votantes de Gallardón salieran a la calle a insultar a los que piensan y actúan distinto.
Quienes pasan de un movimiento pacífico a la presión violenta, no son demócratas. Es lo que siempre hemos criticado de la kale borroka que tanto daño ha hecho sobre todo a ellos mismos. A los hechos me remito, cuando Bildu ha rechazado la violencia y se ha presentado a unas elecciones sin violencia callejera, han tenido un enorme respaldo popular.
España es un país con una importante base democrática y hay vías para cambiar todo eso que no nos gusta dentro de las reglas del juego, incluso para cambiar las propias reglas del juego. Retomemos el mensaje del mayo español pero sin barricadas, porque sino les estaremos dando motivos para descalificarlo y eso es lo que ellos quieren. Perdón, me volvió a salir la vena política, mañana seguiré con las cosas importantes.
miércoles, 15 de junio de 2011
LA BOTELLA DE AGUA
Lo prometido es deuda: la botella de plástico. Ayer quedamos con nuestra amiga Linda para ir a cenar a Oakland. Linda no tiene nada que ver con esta. Nada más subirnos al coche nos entregó dos botellas de agua mientras nos pedía disculpas: "Os he traído agua pero está en botellas de plástico, lo siento mucho; ya sé que no es lo más apropiado y a mí no me gusta usar el plástico pero no tenía otra cosa". Nosotros la perdonamos, ¿qué íbamos a hacer? Eso sí, a mi me rompió bastante los esquemas porque me pareció un ecologismo exagerado o forzado. Primero pensé que era cierto que son bastante feas y que cuando las arrugas, ya vacías, hacen un ruido muy desagradable, pero luego me acordé de las 8.000 botellas de agua mineral que compramos cada año en Tinduf para el Sahara Marathon de las cuales un buen número acaban volando por el desierto en dirección a Egipto. Un día le pediré a Martín que me calcule cuánto tardan en llegar al Mar Rojo. Ya sé que no tiene gracia el tema y estamos haciendo lo posible por concienciar a la población local en cuestiones medioambientales, pero nunca es fácil pedirle a quien apenas tiene para comer que recicle su basura, porque su orden de prioridades es más básico. De hecho el desarrollo de un país está marcado en buena medida por el nivel de implicación y preocupación medioambiental.
Aquí se usa poco agua embotellada, pero es porque el agua del grifo de San Francisco es buenísima, creo que viene de Yosemite. Ya sé que la de Madrid es excepcional, pero no es lo mismo el embalse de Santillana que Yosemite con sus cascadas, entenderlo. Además ahora hay una campaña del ayuntamiento promocionando el agua del grifo como si fuera un artículo de lujo, para que se beba del grifo y para que no se malgaste. Ese es el gran problema del agua, que es barata. Sé que lo que voy a decir no es muy popular, pero una de las soluciones medioambientales y sociales para el planeta sería que el agua se pagase muy cara en los países ricos y con ese dinero se facilitara el acceso al agua a los países subdesarrollados. La tasa del agua, algo parecido a la ingeniosa pero fallida tasa Tobin. Por tocaros un poco el hígado os diré que hay 900 millones de personas sin acceso a agua en sus hogares y que la mitad de los africanos sufre alguna enfermedad relacionada con el estado del agua. Por eso no me preocupó en exceso que la buena de Linda nos trajese el agua en envases de plástico.
Lo que es ver la botella medio llena o medio vacía.
Aquí se usa poco agua embotellada, pero es porque el agua del grifo de San Francisco es buenísima, creo que viene de Yosemite. Ya sé que la de Madrid es excepcional, pero no es lo mismo el embalse de Santillana que Yosemite con sus cascadas, entenderlo. Además ahora hay una campaña del ayuntamiento promocionando el agua del grifo como si fuera un artículo de lujo, para que se beba del grifo y para que no se malgaste. Ese es el gran problema del agua, que es barata. Sé que lo que voy a decir no es muy popular, pero una de las soluciones medioambientales y sociales para el planeta sería que el agua se pagase muy cara en los países ricos y con ese dinero se facilitara el acceso al agua a los países subdesarrollados. La tasa del agua, algo parecido a la ingeniosa pero fallida tasa Tobin. Por tocaros un poco el hígado os diré que hay 900 millones de personas sin acceso a agua en sus hogares y que la mitad de los africanos sufre alguna enfermedad relacionada con el estado del agua. Por eso no me preocupó en exceso que la buena de Linda nos trajese el agua en envases de plástico.
Lo que es ver la botella medio llena o medio vacía.
martes, 14 de junio de 2011
SED DE MAL
El manual del buen periodista dice que a falta de noticias hay que crearlas. O exagerarlas. Recuerdo mi época de periodista, como a veces hinchábamos algún pequeño incidente para poder llenar una portada. Cuando no hace daño a nadie, no pasa nada, pero muchas veces se hace eso por intereses ocultos y pobre del que hayan pillado en medio, le pueden destrozar la vida con algún escándalo sin constatar, con tal de vender unos cuantos periódicos más. También me ha ocurrido que cada vez que he estado cerca de algún acontecimiento de amplia repercusión en la prensa he comprobado que de la realidad a lo publicado, hay un inmenso trecho, lo cual me ha hecho dudar del resto de las informaciones.
Pero no he venido aquí para meterme con los periodistas, eso también es un tópico. Como el de los políticos, lo más fácil es siempre poner a parir a los políticos y sino a los periodistas que han transmitido el mensaje. En el fondo lo que hacen los periodistas es echar carnaza a la masa, darnos lo que pedimos. Si hablan de Belén Esteban, de Cristiano Ronaldo o se decantan abiertamente por una de las dos únicas e incuestionables tendencias políticas de nuestro país, es porque los lectores lo estamos pidiendo. Los medios de comunicación tienen estudios suficientes para saber qué tipo de información les da más o menos audiencia y hacia ella que se lanzan.
Y los lectores, en el fondo, tenemos sed de mal. Nos gusta abrir el periódico y que haya pasado algo. Si nos van a hablar del Estatut, del Supremo o el Constitucional, de los trajes de Camps o de Grecia, damos un vistazo a la portada y no lo compramos. Y si estamos en internet, nos vamos directos a ver los últimos fichajes del Espanyol. Os habéis dado cuenta cómo nos gusta dar malas noticias. Bueno, en el fondo nos gusta dar noticias importantes, sonoras, pero esas siempre son malas. Otro de los lugares comunes del periodismo dice que no es noticia que un perro muerda a un hombre, pero sí que un hombre muerda a un perro. Por eso todo el mundo está esperando que maten a Gadafi o que se muera Ortega Cano o que dimita Zapatero o que haya palos en la Puerta del Sol o que haya un terremoto en San Francisco ¡Cabronazos, mala gente!. Es verdad, eso vende periódicos y cuando ya han pasado unos días después del epicentro de la noticia, esta desaparece para siempre. Por eso Forges ha estado tanto tiempo firmando sus chistes con "Y no te olvides de Haití", porque a los cinco días las noticias se pudren y nuestra sed de mal demanda otro acontecimiento. Un político corrupto le decía a otro, "Tú no te preocupes, aguanta dos o tres días hasta que desaparezca de la portada"...Así es.
¿Qué tal está Ariel Sharon? ¿Se ha muerto o sigue en el purgatorio dando explicaciones por todos los que se cargó?, ¿quién sabe dónde está Antonio Anglés?, ¿Y Paesa, se murió Paesa o sigue por ahí?, ¿qué han hecho con todas las vacunas que se compraron para la gripe A?, ¿Qué tal Aminetu Haidar, come?, ¿Sigue habiendo piratas en el Índico?, ¿Y en Galicia, hay petroleros?, ¿siguen vivos Fraga y Carrillo?, ¿Y el Madrid, qué, otra vez campeón de Europa?
Con lo bonito que sería: Hoy no ha pasado nada, disfrute de un día soleado con su familia y amigos, pero no vende, necesitamos carnaza porque somos unos buitres.
Pero no he venido aquí para meterme con los periodistas, eso también es un tópico. Como el de los políticos, lo más fácil es siempre poner a parir a los políticos y sino a los periodistas que han transmitido el mensaje. En el fondo lo que hacen los periodistas es echar carnaza a la masa, darnos lo que pedimos. Si hablan de Belén Esteban, de Cristiano Ronaldo o se decantan abiertamente por una de las dos únicas e incuestionables tendencias políticas de nuestro país, es porque los lectores lo estamos pidiendo. Los medios de comunicación tienen estudios suficientes para saber qué tipo de información les da más o menos audiencia y hacia ella que se lanzan.
Y los lectores, en el fondo, tenemos sed de mal. Nos gusta abrir el periódico y que haya pasado algo. Si nos van a hablar del Estatut, del Supremo o el Constitucional, de los trajes de Camps o de Grecia, damos un vistazo a la portada y no lo compramos. Y si estamos en internet, nos vamos directos a ver los últimos fichajes del Espanyol. Os habéis dado cuenta cómo nos gusta dar malas noticias. Bueno, en el fondo nos gusta dar noticias importantes, sonoras, pero esas siempre son malas. Otro de los lugares comunes del periodismo dice que no es noticia que un perro muerda a un hombre, pero sí que un hombre muerda a un perro. Por eso todo el mundo está esperando que maten a Gadafi o que se muera Ortega Cano o que dimita Zapatero o que haya palos en la Puerta del Sol o que haya un terremoto en San Francisco ¡Cabronazos, mala gente!. Es verdad, eso vende periódicos y cuando ya han pasado unos días después del epicentro de la noticia, esta desaparece para siempre. Por eso Forges ha estado tanto tiempo firmando sus chistes con "Y no te olvides de Haití", porque a los cinco días las noticias se pudren y nuestra sed de mal demanda otro acontecimiento. Un político corrupto le decía a otro, "Tú no te preocupes, aguanta dos o tres días hasta que desaparezca de la portada"...Así es.
¿Qué tal está Ariel Sharon? ¿Se ha muerto o sigue en el purgatorio dando explicaciones por todos los que se cargó?, ¿quién sabe dónde está Antonio Anglés?, ¿Y Paesa, se murió Paesa o sigue por ahí?, ¿qué han hecho con todas las vacunas que se compraron para la gripe A?, ¿Qué tal Aminetu Haidar, come?, ¿Sigue habiendo piratas en el Índico?, ¿Y en Galicia, hay petroleros?, ¿siguen vivos Fraga y Carrillo?, ¿Y el Madrid, qué, otra vez campeón de Europa?
Con lo bonito que sería: Hoy no ha pasado nada, disfrute de un día soleado con su familia y amigos, pero no vende, necesitamos carnaza porque somos unos buitres.
lunes, 13 de junio de 2011
HOY, EN LA CIUDAD
Se acabó el colegio. Tras una bonita y emocionante ceremonia de graduación de Diego y Simón, con fiestorro hasta las tantas, pusimos punto y final a la temporada. Hoy hemos ido a Baker Beach con todos los niños y sus padres para poner el último broche. Empieza el verano. Nos vamos quince días de vacaciones a San Francisco. Nos gusta esa ciudad. Siempre pasa algo. Hasta ayer era una ciudad triste; la semana pasada, en el incendio de una vivienda, murieron dos bomberos y aquí es la profesión más respetada, con lo cual han tenido unos funerales de auténticos héroes, con miles de personas en la calle y todo el centro paralizado. Hoy ya ha vuelto a su disparatada rutina: un gran grupo de ciclistas desnudos recorrían las calles principales reivindicando la ciudad para las bicis (y eso que aquí hay carril bici por todas partes); os pondría una foto del pelotón (me refiero al grupo), pero luego se llena el blog de noctámbulos salidorros. Y no con ello te estoy llamando noctámbulo. Mientras tanto jugaban y perdían los Giants en el AT&T Park; desde que les lesionaron a su rockie Posey, no son los mismos. En el centro seguía el "cachondeo" habitual con los raperos dando saltos delante de los turistas que esperan al tranvía, esquivando a los múltiples y plomizos embajadores de las distintas iglesias intentando ganar feligreses. A su vez, la calle Market se ha llenado de extraños vendedores con trajes de época en una curiosa performance de un grupo de artistas. En el Civic Center, la inmensa plaza del ayuntamiento, varios centenares de personas agitaban al viento las banderas de Yemen, Siria, Palestina y todos los países de oriente próximo que pasan por delicadas situaciones. Más al oeste en la hippie calle Haight se celebra el festival del barrio, con la calle cortada, todo lleno de puestos, tiendas y entretenimiento para todos. Las fiestas de los barrios son muy divertidas y totalmente integradas con los vecinos. No se lleva la fiesta a un parque para no molestar, todo lo contrario, se corta la calle principal del barrio y se llena de diversión, arte, comida, música y todo el mundo disfruta al máximo de ese día. Nosotros como no nos consideramos locales de ningún barrio, miramos cada semana dónde hay fiesta y allá que vamos.
En todas las grandes ciudades pasan muchas cosas y eso es lo que las hace grandes. A San Francisco, eso y su permanente olor a marihuana.
En todas las grandes ciudades pasan muchas cosas y eso es lo que las hace grandes. A San Francisco, eso y su permanente olor a marihuana.
domingo, 12 de junio de 2011
LA GRADUACIÓN DE DIEGO
El viernes fue la ceremonia de graduación de Diego y Simón. Fue muy emotiva y divertida. Aquí el primer ciclo escolar acaba en octavo grado, lo que corresponde a tercero de la ESO. Al año siguiente empiezan el High School donde tienen más asignaturas, más profesores y más exigencia académica. En este colegio los alumnos tienen la misma profesora principal desde que empezaron primero, así que llevan ocho años juntos. Los alumnos, la mayoría también son los mismos desde que empezaron, por eso más que una clase son una familia. Uno por uno fueron saliendo para hablar de su experiencia a lo largo de todos estos años, contar anécdotas, recuerdos, etc. Qué os voy a contar, el que más me gustó ya podéis imaginar quién fue. El Dieguillo, con una serenidad pasmosa y un inglés que ya nos cuesta entender, habló de las diferencias con el cole de España y de su vida en esta ciudad, de sus amigos y de su afición por nuevos deportes y nuevos equipos. Todo el público soltó una gran carcajada cuando comentó su principal preocupación para el año próximo: que tendrá que ver los partidos de los Giants de madrugada.
Me gustaron especialmente las palabras de una madre sobre su percepción de la vida en el colegio. Sobre la transformación de cada uno de los niños en casi ya adultos, de su calidad como seres humanos comprometidos de verdad con muchos valores. Yo sigo alucinando con lo estrictos que son con el respeto al medio ambiente, llegando por ejemplo al punto de pedir a la gente cuando hay una cena comunitaria en el colegio, que cada persona lleve su plato, vaso y cubiertos de casa para no utilizar platos de plástico, no malgastar, ni generar basura. Hablaba de una comunidad más que de un grupo de padres y es verdad que es increíble lo que los padres llegan a hacer cada año por el colegio y el bien de todos los chavales. Se emocionó hasta llorar y casi lo hacemos todos porque saben que a partir del próximo curso los niños se dispersarán en distintos institutos y los padres poco a poco también irán perdiendo contacto, aunque algunos tienen amistad ya para toda la vida. Nosotros sólo en unos meses hemos hecho amistad con algunos y es lo que nos va a resultar más duro a la hora de volver y lo que menos nos gusta de que esto se acabe. Algunos ayer nos decían que no era posible que nos fuéramos, que nos hemos integrado muy bien en su particular escuela y todos insistían en cómo sería posible que nos quedáramos o que volviéramos en el futuro. Yo hubo un par de momentos que me tuve que escabullir de algún corrillo porque los ojos se me empezaban a llenar de lágrimas. Sinceramente cuando esto empezó no podía sospechar que me encontraría ahora en esta situación. Pero bueno, algunos nos han prometido venir a visitarnos, de hecho una familia viene en agosto.
Después de la graduación nos fuimos todos a una casa que alquilaron para la fiesta. Una casa maravillosa, de principios de siglo con un jardín muy bonito. Lo pasamos muy bien, hasta el más serio de los padres se soltó la melena ayer y bebió y bailó hasta el apuntador. A nosotros sabéis que no nos hace falta que nos animen. El mejor momento para nosotros fue una acalorada discusión político filosófica con un grupo, alrededor de un cubo de sangría, un barril de cerveza y unos Cohibas que sacó Diego del bolsillo, primero un poco avergonzado, por si alguien se escandalizaba, ya sabéis que aquí no fuma nadie, y después casi tiene que salir corriendo de la avalancha de los que gritaban: yo también quiero uno. ¡Leches! Menos mal que no fumaban, se montó una camarilla de conspiradores de la que salía una gran fumata blanca, que discutían sobre esas estadísticas sobre los americanos que contaba Diego el otro día. Entre el alcohol y el puro, alguno hasta se atrevió a chapurrear unas palabras en español. Menos mal que uno de los conspiradores es el director del colegio, cosa que siempre nos salva cuando algún padre rancio nos mira con cara dudosa. Mientras tanto los chicos y los grandes bailan como locos. La mayoría de las jovencitas están descalzas y no me extraña, llevan unos tacones de vértigo.
Cada alumno se llevó de recuerdo un álbum precioso que el colegio ha hecho con fotografías de todos ellos en el cole, excursiones, partidos, fiestas, etc.
Como decía Martín el otro día, "qué raro mamá, es la primera vez en mi vida que no quiero que acabe el curso".
Me gustaron especialmente las palabras de una madre sobre su percepción de la vida en el colegio. Sobre la transformación de cada uno de los niños en casi ya adultos, de su calidad como seres humanos comprometidos de verdad con muchos valores. Yo sigo alucinando con lo estrictos que son con el respeto al medio ambiente, llegando por ejemplo al punto de pedir a la gente cuando hay una cena comunitaria en el colegio, que cada persona lleve su plato, vaso y cubiertos de casa para no utilizar platos de plástico, no malgastar, ni generar basura. Hablaba de una comunidad más que de un grupo de padres y es verdad que es increíble lo que los padres llegan a hacer cada año por el colegio y el bien de todos los chavales. Se emocionó hasta llorar y casi lo hacemos todos porque saben que a partir del próximo curso los niños se dispersarán en distintos institutos y los padres poco a poco también irán perdiendo contacto, aunque algunos tienen amistad ya para toda la vida. Nosotros sólo en unos meses hemos hecho amistad con algunos y es lo que nos va a resultar más duro a la hora de volver y lo que menos nos gusta de que esto se acabe. Algunos ayer nos decían que no era posible que nos fuéramos, que nos hemos integrado muy bien en su particular escuela y todos insistían en cómo sería posible que nos quedáramos o que volviéramos en el futuro. Yo hubo un par de momentos que me tuve que escabullir de algún corrillo porque los ojos se me empezaban a llenar de lágrimas. Sinceramente cuando esto empezó no podía sospechar que me encontraría ahora en esta situación. Pero bueno, algunos nos han prometido venir a visitarnos, de hecho una familia viene en agosto.
Después de la graduación nos fuimos todos a una casa que alquilaron para la fiesta. Una casa maravillosa, de principios de siglo con un jardín muy bonito. Lo pasamos muy bien, hasta el más serio de los padres se soltó la melena ayer y bebió y bailó hasta el apuntador. A nosotros sabéis que no nos hace falta que nos animen. El mejor momento para nosotros fue una acalorada discusión político filosófica con un grupo, alrededor de un cubo de sangría, un barril de cerveza y unos Cohibas que sacó Diego del bolsillo, primero un poco avergonzado, por si alguien se escandalizaba, ya sabéis que aquí no fuma nadie, y después casi tiene que salir corriendo de la avalancha de los que gritaban: yo también quiero uno. ¡Leches! Menos mal que no fumaban, se montó una camarilla de conspiradores de la que salía una gran fumata blanca, que discutían sobre esas estadísticas sobre los americanos que contaba Diego el otro día. Entre el alcohol y el puro, alguno hasta se atrevió a chapurrear unas palabras en español. Menos mal que uno de los conspiradores es el director del colegio, cosa que siempre nos salva cuando algún padre rancio nos mira con cara dudosa. Mientras tanto los chicos y los grandes bailan como locos. La mayoría de las jovencitas están descalzas y no me extraña, llevan unos tacones de vértigo.
Cada alumno se llevó de recuerdo un álbum precioso que el colegio ha hecho con fotografías de todos ellos en el cole, excursiones, partidos, fiestas, etc.
Como decía Martín el otro día, "qué raro mamá, es la primera vez en mi vida que no quiero que acabe el curso".
sábado, 11 de junio de 2011
MATAR... NI EN LA PLAY
Se han subastado los efectos personales de Ted Kaczynski. Es decir las cosas. Yo no tengo efectos personales, algún defecto sí, pero efecto nunca he conseguido darle ni a la bola en fútbol o en tenis. ¿Tenéis vosotros efectos? Este tipo sí que los tenía y eran todos personalmente suyos hasta que esta semana los han sacado a subasta para obtener fondos para mitigar parte del daño realizado en su alocada y sanguinaria carrera que mató a varias personas e hirió a muchas más. Bajo el grito de Rage against modern technology, este matemático e inteligente profesor de universidad conocido como "Unabomber" puso varias bombas, fue durante años el hombre más buscado de América y ahora tiene que vender sus cosillas para poder indemnizar a las víctimas. Él, por asesino, pasará el resto de sus días entre barrotes. La poli y los jueces no están demasiado contentos con la subasta porque creen que están idolatrando a un criminal.
Termino de leer el periódico, me levanto del banco y voy hacia el coche. Paso delante de una tienda de vídeo-juegos, el escaparate está lleno de anuncios de un nuevo jueguecito "Call of Juarez: The cartel". Me quedo boquiabierto, me froto los ojos, no lo puedo creer. Como padre implicado en la permanente pelea con mis hijos para que no vean ni jueguen con todos esos siniestros juegos bélicos, siento pena, rabia y repudio hacia quienes aprovechan el dolor ajeno para hacer negocio. Qué divertido, un juego que recrea con el máximo realismo, la triste realidad de México, sus mafias, los múltiples asesinatos y la guerra sucia en torno a la droga. En los últimos años han muerto 35.000 personas, pero como son de México nos podemos reír. Qué edificante para los chavales y qué lucrativo para la compañía que lo ha lanzado. En el fondo se trata de eso. Cualquier cosa vale por la pasta. Supongo que algún día veremos el nuevo: "Afghanistan, efectos colaterales" o el "Armas de destrucción masiva". Bueno de Iraq ya cancelaron una producción porque hería sensibilidades de ciudadanos de Estados Unidos que son mucho más valiosas que las sensibilidades de los mexicanos o los iraquies. Claro está.
Mira que llevo años trabajando desde la agencia para el sector, pero lo cortés no quita lo valiente y en los contenidos creo que deberían ser algo más educativos. Por eso me indigno y por eso mezclo estas dos informaciones, porque aunque rechazo de pleno la violencia para defender ideas, algunas cosas de las que decía el menda este en su manifiesto tenían razón y debería haber un poco más de eso que se llama auto control en todos los aparatejos nuevos que ponemos en manos de nuestros hijos. Auto control.
Decía Gandhi que podrá dar su vida por sus ideales, pero lo que nunca sería capaz de hacer por ellos es matar. Matar, ni en la Play.
Termino de leer el periódico, me levanto del banco y voy hacia el coche. Paso delante de una tienda de vídeo-juegos, el escaparate está lleno de anuncios de un nuevo jueguecito "Call of Juarez: The cartel". Me quedo boquiabierto, me froto los ojos, no lo puedo creer. Como padre implicado en la permanente pelea con mis hijos para que no vean ni jueguen con todos esos siniestros juegos bélicos, siento pena, rabia y repudio hacia quienes aprovechan el dolor ajeno para hacer negocio. Qué divertido, un juego que recrea con el máximo realismo, la triste realidad de México, sus mafias, los múltiples asesinatos y la guerra sucia en torno a la droga. En los últimos años han muerto 35.000 personas, pero como son de México nos podemos reír. Qué edificante para los chavales y qué lucrativo para la compañía que lo ha lanzado. En el fondo se trata de eso. Cualquier cosa vale por la pasta. Supongo que algún día veremos el nuevo: "Afghanistan, efectos colaterales" o el "Armas de destrucción masiva". Bueno de Iraq ya cancelaron una producción porque hería sensibilidades de ciudadanos de Estados Unidos que son mucho más valiosas que las sensibilidades de los mexicanos o los iraquies. Claro está.
Mira que llevo años trabajando desde la agencia para el sector, pero lo cortés no quita lo valiente y en los contenidos creo que deberían ser algo más educativos. Por eso me indigno y por eso mezclo estas dos informaciones, porque aunque rechazo de pleno la violencia para defender ideas, algunas cosas de las que decía el menda este en su manifiesto tenían razón y debería haber un poco más de eso que se llama auto control en todos los aparatejos nuevos que ponemos en manos de nuestros hijos. Auto control.
Decía Gandhi que podrá dar su vida por sus ideales, pero lo que nunca sería capaz de hacer por ellos es matar. Matar, ni en la Play.
viernes, 10 de junio de 2011
UNA VENTANA AL MUNDO
Pedro tiene 82 años y fue uno de nuestros últimos invitados en casa. No es el de la foto, idiota. Cuando hablas con él no se le notan los años, parece que estás hablando con alguien mucho más joven, totalmente informado sobre las nuevas tecnologías y con una enorme inquietud por seguir aprendiendo. Me pareció envidiable. Pero lo que más me gustó fue su descripción del ordenador e internet: "Es una gran ventana al mundo. Una ventana que te acerca a los más lejanos pero te aleja de los más cercanos". Qué gran verdad. Lo decía mientras tomábamos un capuccino en uno de esos múltiples cafés de esta ciudad, todos ellos con wi-fi y todos repletos de solitarios internautas. Nos sorprendíamos al ver a tanta gente en silencio, sin hablar entre ellos, pero riéndose, haciendo muecas y comunicándose con alguien lejano. Él matizaba: "Esta bien el invento, pero para un rato. También sería bueno para todos estos dejar de ver el mundo a través de una pantalla y salir a esa calle, pasear, charlar, vivir..."
Es evidente que la adicción al ordenador es una de las nuevas enfermedades del siglo XXI y que el sistema educativo y los padres tendrán que trabajar mucho para evitarla. En muchas ocasiones, por trabajo o por ocio, somos esclavos del aparatito y en el día a día empiezan a surgir rutinas que antes eran inimaginables. Hay gente que no puede siquiera desayunar si no ha visto antes este blog, otros tenemos la costumbre de abrir el periódico digital cada poco tiempo para saber de inmediato las noticias y hay quien pasa el día conectado a alguna red social. Nosotros hemos experimentado este año esa perfecta visión de Pedro, abrimos por la mañana nuestra ventana al mundo y nos enteramos de lo que pasa por allí y estamos en contacto con todos vosotros, pero luego cerramos la ventana y salimos a la calle a conocer otro país, otra ciudad, otras personas, para huir de esa soledad cercana que te provoca este cacharro. Hay que prevenir la adicción. Es algo parecido al viejo chiste de las pajas o las putas ¿qué es mejor?... Pues claro, las putas porque conoces gente.
¿Verdad que paso demasiadas horas delante del ordenador?
Es evidente que la adicción al ordenador es una de las nuevas enfermedades del siglo XXI y que el sistema educativo y los padres tendrán que trabajar mucho para evitarla. En muchas ocasiones, por trabajo o por ocio, somos esclavos del aparatito y en el día a día empiezan a surgir rutinas que antes eran inimaginables. Hay gente que no puede siquiera desayunar si no ha visto antes este blog, otros tenemos la costumbre de abrir el periódico digital cada poco tiempo para saber de inmediato las noticias y hay quien pasa el día conectado a alguna red social. Nosotros hemos experimentado este año esa perfecta visión de Pedro, abrimos por la mañana nuestra ventana al mundo y nos enteramos de lo que pasa por allí y estamos en contacto con todos vosotros, pero luego cerramos la ventana y salimos a la calle a conocer otro país, otra ciudad, otras personas, para huir de esa soledad cercana que te provoca este cacharro. Hay que prevenir la adicción. Es algo parecido al viejo chiste de las pajas o las putas ¿qué es mejor?... Pues claro, las putas porque conoces gente.
¿Verdad que paso demasiadas horas delante del ordenador?
jueves, 9 de junio de 2011
EL POTLUCK Y EL ANDAMIO
Nuestra amiga Nora está haciendo obras en su casa y antes de arramblar con el comedor decidió pintar sus paredes con dibujos, frases o palabras escritas por sus amigos. Un divertido ejercicio que ha dado como resultado un bonito muro lleno de citas curiosas. Aaaaaah, ahora entiendo por qué se llama muro la página del Facebook dónde escribimos nuestras chorradas. Siempre me ha gustado este tipo de literatura, breve y concisa de citas breves y mensajes subliminales. Mis paredes favoritas son obviamente las del WC, repletas de desagradables, jugosos y hasta pringosos piropos. Aunque no recuerdo haber escrito nunca en ellas, sí soy un buen lector. También me encanta dejar mi huella tocapelotas en los museos o lugares turísticos en los que te invitan a pegar tu Post it. Aquí he dejado ya varios acordándome de Bush, de la Palin y de toda esa patraña y otro de "Palestina Libre" en el Museo Judío. Payaso que es uno.
En casa de un amigo no me pareció bien escribir nada provocador. Ella me pidió que pusiera una palabra en inglés que me hiciera gracia por su sonido. La primera que me vino a la mente fue kidnapper (secuestrador) pero me pareció feo ponerla y de inmediato me salió una de mis preferidas: scaffolding (andamio). Ella soltó una carcajada sorprendida de que conociese una palabra tan retorcida y le expliqué que es muy habitual en nuestro trabajo. Después me pidió que pusiera alguna en español y me pareció pretencioso poner "tolerancia" o "humildad" o incluso "libertad" y puse armario amarillo. Soy así de superficial.
Hoy me he acordado de aquello cuando volvía a casa jugando a "sitio primero" con Lucio y me he quedado pensando cuál es la palabra que menos me gusta y sin duda he llegado a la conclusión de que es potluck. Traducida textualmente sería algo así como comida compartida, que es lo que se hace aquí cada vez que hay una fiesta. A la pregunta de "¿Hay que llevar algo?" que en España contestamos con "Nada, sólamente hambre", aquí te dicen de inmediato, "Potluck" y ya sabes que tienes que ponerte a cocinar para no sé cuantos. Esta semana con las múltiples fiestas y eventos de fin de curso de los tres chicos, tenemos más de 6 ó 7 potlucks y estoy hasta la mismísima olla.
Dos apuntes finales: Uno, la foto es lo que mi queridísima señora esposa escribió en la pared de un bareto de la Route 66, ante mi cara de idiota.
Dos, a "sitio primero" se juega saltando de alcantarilla en alcantarilla, de tapa de registro a boca de riego... Cualquier recuadro o círculo que destaque en el suelo de la acera puntúa. Lucio siempre me gana.
En casa de un amigo no me pareció bien escribir nada provocador. Ella me pidió que pusiera una palabra en inglés que me hiciera gracia por su sonido. La primera que me vino a la mente fue kidnapper (secuestrador) pero me pareció feo ponerla y de inmediato me salió una de mis preferidas: scaffolding (andamio). Ella soltó una carcajada sorprendida de que conociese una palabra tan retorcida y le expliqué que es muy habitual en nuestro trabajo. Después me pidió que pusiera alguna en español y me pareció pretencioso poner "tolerancia" o "humildad" o incluso "libertad" y puse armario amarillo. Soy así de superficial.
Hoy me he acordado de aquello cuando volvía a casa jugando a "sitio primero" con Lucio y me he quedado pensando cuál es la palabra que menos me gusta y sin duda he llegado a la conclusión de que es potluck. Traducida textualmente sería algo así como comida compartida, que es lo que se hace aquí cada vez que hay una fiesta. A la pregunta de "¿Hay que llevar algo?" que en España contestamos con "Nada, sólamente hambre", aquí te dicen de inmediato, "Potluck" y ya sabes que tienes que ponerte a cocinar para no sé cuantos. Esta semana con las múltiples fiestas y eventos de fin de curso de los tres chicos, tenemos más de 6 ó 7 potlucks y estoy hasta la mismísima olla.
Dos apuntes finales: Uno, la foto es lo que mi queridísima señora esposa escribió en la pared de un bareto de la Route 66, ante mi cara de idiota.
Dos, a "sitio primero" se juega saltando de alcantarilla en alcantarilla, de tapa de registro a boca de riego... Cualquier recuadro o círculo que destaque en el suelo de la acera puntúa. Lucio siempre me gana.
miércoles, 8 de junio de 2011
DE LA VIDA Y LA MUERTE
Cuestiones morales. Este país no deja de asustarme cada vez que oigo estadísticas, encuestas o barómetros sobre el sentir de sus ciudadanos. Realmente lo que ocurre es que me suelen confirmar los prejuicios que traía y mi triste y preocupante visión de la América profunda. La última publicada dice que el 92% cree fervientemente en la existencia de Dios, lo cual me provoca una enorme inquietud porque a lo mejor soy yo el equivocado, pero, lo siento, sigo sin tener ninguna evidencia de su existencia y muchas de su ausencia o retirada temporal.
También resulta que el 58% de los estadounidenses consideran que no es moral dejar morir a un enfermo terminal y que se deben agotar todos los recursos y enchufes posibles para mantenerlo con vida. Sin en cambio, el 65% de los habitantes de este país creen que es moral la pena de muerte y se muestran partidarios de continuar usando la inyección letal y el enchufe para matar legalmente a asesinos. Cuestión moral y cuestión eléctrica: enchufar o desenchufar.
El debate surge en torno a otra polémica, la que plantea la posibilidad de poner una red o una mampara al Golden Gate para evitar los suicidios. Además del enorme gasto y compleja obra, la sociedad se plantea si servirá de algo o el suicida seguirá encontrando alguna fórmula y, por otro lado, se preguntan si una persona tiene o no derecho a quitarse la vida. Sobre el aborto no tengo datos pero puedo imaginármelos.
Como vivo en San Francisco, que es la ciudad más progresista del estado más progresista, me creo que esto pronto va a cambiar, pero mucho me temo que yo no lo veré y que todavía son muchos los reclusos que han de morir asesinados por su país y sus leyes (algunos inocentes). Si nadie tiene derecho a quitarle la vida a otra persona, mucho menos un estado amparado en una supuesta legalidad. Si justificamos una muerte, otros justificarán otra.
Es todo una hipócrita incongruencia en la que llaman asesino al que ayuda a morir a un enfermo terminal que quiere morir dignamente y justiciero al verdugo del penal. Creo que todavía tienen mucho que aprender de la que ellos llaman la "vieja Europa", aunque ya sé que por allí todavía tenemos personas que piensan así. Libres son de hacerlo, como yo de soltaros este rollo.
También resulta que el 58% de los estadounidenses consideran que no es moral dejar morir a un enfermo terminal y que se deben agotar todos los recursos y enchufes posibles para mantenerlo con vida. Sin en cambio, el 65% de los habitantes de este país creen que es moral la pena de muerte y se muestran partidarios de continuar usando la inyección letal y el enchufe para matar legalmente a asesinos. Cuestión moral y cuestión eléctrica: enchufar o desenchufar.
El debate surge en torno a otra polémica, la que plantea la posibilidad de poner una red o una mampara al Golden Gate para evitar los suicidios. Además del enorme gasto y compleja obra, la sociedad se plantea si servirá de algo o el suicida seguirá encontrando alguna fórmula y, por otro lado, se preguntan si una persona tiene o no derecho a quitarse la vida. Sobre el aborto no tengo datos pero puedo imaginármelos.
Como vivo en San Francisco, que es la ciudad más progresista del estado más progresista, me creo que esto pronto va a cambiar, pero mucho me temo que yo no lo veré y que todavía son muchos los reclusos que han de morir asesinados por su país y sus leyes (algunos inocentes). Si nadie tiene derecho a quitarle la vida a otra persona, mucho menos un estado amparado en una supuesta legalidad. Si justificamos una muerte, otros justificarán otra.
Es todo una hipócrita incongruencia en la que llaman asesino al que ayuda a morir a un enfermo terminal que quiere morir dignamente y justiciero al verdugo del penal. Creo que todavía tienen mucho que aprender de la que ellos llaman la "vieja Europa", aunque ya sé que por allí todavía tenemos personas que piensan así. Libres son de hacerlo, como yo de soltaros este rollo.
martes, 7 de junio de 2011
¿DÓNDE ESTABAS TÚ?
Yo volvía de Elche con Fernando y Jesús. Habíamos ido a comer con un cliente y este nos llamó a darnos la noticia. Yo iba conduciendo, esto no es noticia, porque soy el típico desconfiado que nunca dejo a nadie tocar el volante. A nadie. Siempre que oigo esos estúpidos pero entretenidos estudios sobre el consumo de nuestro tiempo hago una adaptación a mi persona y me quito un par de años de sexo para añadirlos conduciendo. Sí, os pongo al día, como siempre: una persona que vive unos noventa años, pasa un tercio de su vida durmiendo; otro tercio, sentado, y otros treinta años, de pie. De los treinta años sentado, cinco son viendo la televisión y otros cinco sentado en el retrete; bueno no, estos cinco son en el cuarto de baño y una parte es de pie en el lavabo o la ducha y otra, sentados en el trono. Tampoco hace falta entrar en más detalle ni dar las cifras del sexo porque siempre están basadas en la fantasmería de la gente y sólo sirven para deprimir al personal. Así que cerremos la estadística diciendo que unos cuatro o cinco años los pasamos estudiando y unos veinte añitos en el trabajo, que no trabajando.
Aquí quería yo llegar. Todos estos datos nos sirven de referencia para mi pregunta: ¿Dónde estabas tú? Cada uno sabemos dónde estábamos en el fatídico momento del once de septiembre del 2001, es un dato que tenemos perfectamente guardado en la memoria y siempre que surge el tema, lo comentamos en público. Ya verás como hay más de uno que nos lo cuenta en los comentarios. Pero nunca he oído a nadie decir: "Pues yo estaba plantando un pino, cuando lo oí en la radio", ni tampoco "estaba en el párking de un hipermercado dándome la paliza con mi vecina, cuando me llamó mi mujer a contármelo" o aquello de "me estaban haciendo un tacto rectal, cuando la enfermera llamó urgentemente al médico"... Ni otras muchas situaciones indecorosas en las que según las estadísticas, se encontraba un montón de gente. Sabemos que Bush estaba en un colegio asustando a unos niños, pero... Y Clinton, ¿dónde estaba Clinton?... ¡Ay, pillín!
Como en esta ciudad hay tal obsesión con el gran terremoto que está por llegar, siempre estás pensando que puede ocurrir en el momento más inoportuno. Yo, desde luego, siento pánico ante la posibilidad de sobrevivir y salir en la tele haciendo declaraciones en pelotas y con todo el pelo lleno de espuma. Por suerte nunca he estado en una circunstancia de catástrofe, ni espero estarlo, pero imagino que habrá mucha gente en situaciones un tanto comprometedoras... Yo por si las moscas me voy a duchar con bañador y sin champú ni nada.
Aquí quería yo llegar. Todos estos datos nos sirven de referencia para mi pregunta: ¿Dónde estabas tú? Cada uno sabemos dónde estábamos en el fatídico momento del once de septiembre del 2001, es un dato que tenemos perfectamente guardado en la memoria y siempre que surge el tema, lo comentamos en público. Ya verás como hay más de uno que nos lo cuenta en los comentarios. Pero nunca he oído a nadie decir: "Pues yo estaba plantando un pino, cuando lo oí en la radio", ni tampoco "estaba en el párking de un hipermercado dándome la paliza con mi vecina, cuando me llamó mi mujer a contármelo" o aquello de "me estaban haciendo un tacto rectal, cuando la enfermera llamó urgentemente al médico"... Ni otras muchas situaciones indecorosas en las que según las estadísticas, se encontraba un montón de gente. Sabemos que Bush estaba en un colegio asustando a unos niños, pero... Y Clinton, ¿dónde estaba Clinton?... ¡Ay, pillín!
Como en esta ciudad hay tal obsesión con el gran terremoto que está por llegar, siempre estás pensando que puede ocurrir en el momento más inoportuno. Yo, desde luego, siento pánico ante la posibilidad de sobrevivir y salir en la tele haciendo declaraciones en pelotas y con todo el pelo lleno de espuma. Por suerte nunca he estado en una circunstancia de catástrofe, ni espero estarlo, pero imagino que habrá mucha gente en situaciones un tanto comprometedoras... Yo por si las moscas me voy a duchar con bañador y sin champú ni nada.
lunes, 6 de junio de 2011
QUÉ QUIERO SER DE MAYOR
El otro día fuimos a ver una exposición en una de las escuelas de arte de San Francisco. Tienen muy buena fama pero estudiar en ellas cuesta como comprarse un piso. No llego a entender como los padres pueden pagar los precios disparatados de las universidades de aquí. En fin, ese es otro tema. En la exposición estaban los mejores trabajos de alumnos de todas las especialidades. Pintura, escultura, animación, vídeo, diseño industrial, moda, fotografía, arquitectura, cine, publicidad. Algunos trabajos eran realmente buenos y viéndolos pensamos que a Martín y Diego les gustaría verla para averiguar, tal vez, qué les gustaría hacer en el futuro. Todavía son muy jóvenes pero como a Diego el año que viene le toca ya empezar a elegir asignaturas, de vez en cuando le preguntamos si tiene idea de lo que le gusta o por lo menos de lo que no le gusta para ir descartando.
La verdad que lo que Diego acabará haciendo es una incógnita porque le gusta todo o casi todo. El año pasado estuvo una temporada diciendo que le gusta el diseño, el dibujo y en particular cualquier cosa relacionada con coches y motos. No sé a quién habrá salido. Incluso llegó a interesarse por la arquitectura. Este año tan especial y distinto para todos también lo ha sido para él. El último descubrimiento ha sido el escenario. Dice que la primera vez que se subió a uno se sintió muy bien, le gustó hablar sabiendo que le miraba mucha gente. La verdad que es lo único que nos falta en esta familia creativa que tenemos, con pintores, escritores, director de cine, fotógrafo......nos falta un actor. Mi sobrina Amalia también apunta maneras y está metida en una escuela de teatro. Diego también nos hablaba de ser locutor de televisión, osea una mezcla de periodista y actor al mismo tiempo. Yo personalmente no pienso opinar del tema, tengo claro que quiero que hagan lo que más les guste, como hice yo y como hizo Diego sr y nunca nos hemos arrepentido. Martín es sin duda el más creativo de los tres pero nunca le gustó dibujar, ni pintar, pero tiene muy buena visión espacial, un verano hizo un coche con arcilla y nos dejó a todos con la boca abierta. Lo que mas le interesa en el mundo son las tripas de éste, vengan de donde vengan. Es el ser más feliz del mundo con un destornillador en la mano y no se cansa de preguntar e intentar averiguar cómo funciona cualquier máquina. En su cuarto hay una caja enorme con las tripas de una televisión, un ordenador, un radio casete, una batidora....y no se cuantas cosas más. Otra de las cosas que le fascinan es el fuego, es superior a sus fuerzas. Así que el otro día le preguntamos y nos dijo que de mayor le gustaría ser inventor o trabajar en el almacén de Last Lap (donde tendría acceso a miles de trastos, mini motos, máquinas, etc) o bombero, cosa que nos dejó de piedra porque sería un bombero pirómano, no me queda duda. O tal vez sea porque aquí en San Francisco los bomberos son una parte muy importante de la ciudad, cada día los ves varias veces con su sirena a todo meter y la bandera gigante de los Giants.
Lucio, como dicen mis cuñadas es el que más miedo nos da, sabe demasiado para lo pequeño que es. Una de las cosas que más le gusta es dibujar, pasa horas con sus lápices. Eso sí, siempre pinta súper héroes, pistolas, bombas y todo tipo de arsenal. Su padre pacifista sufre mucho. En fin, de lo que hablábamos el otro día es de lo que nos gustaría poder mirar por un agujerito al futuro y ver a qué se dedican nuestros hijos. Seguro que nos llevamos alguna sorpresa.
La verdad que lo que Diego acabará haciendo es una incógnita porque le gusta todo o casi todo. El año pasado estuvo una temporada diciendo que le gusta el diseño, el dibujo y en particular cualquier cosa relacionada con coches y motos. No sé a quién habrá salido. Incluso llegó a interesarse por la arquitectura. Este año tan especial y distinto para todos también lo ha sido para él. El último descubrimiento ha sido el escenario. Dice que la primera vez que se subió a uno se sintió muy bien, le gustó hablar sabiendo que le miraba mucha gente. La verdad que es lo único que nos falta en esta familia creativa que tenemos, con pintores, escritores, director de cine, fotógrafo......nos falta un actor. Mi sobrina Amalia también apunta maneras y está metida en una escuela de teatro. Diego también nos hablaba de ser locutor de televisión, osea una mezcla de periodista y actor al mismo tiempo. Yo personalmente no pienso opinar del tema, tengo claro que quiero que hagan lo que más les guste, como hice yo y como hizo Diego sr y nunca nos hemos arrepentido. Martín es sin duda el más creativo de los tres pero nunca le gustó dibujar, ni pintar, pero tiene muy buena visión espacial, un verano hizo un coche con arcilla y nos dejó a todos con la boca abierta. Lo que mas le interesa en el mundo son las tripas de éste, vengan de donde vengan. Es el ser más feliz del mundo con un destornillador en la mano y no se cansa de preguntar e intentar averiguar cómo funciona cualquier máquina. En su cuarto hay una caja enorme con las tripas de una televisión, un ordenador, un radio casete, una batidora....y no se cuantas cosas más. Otra de las cosas que le fascinan es el fuego, es superior a sus fuerzas. Así que el otro día le preguntamos y nos dijo que de mayor le gustaría ser inventor o trabajar en el almacén de Last Lap (donde tendría acceso a miles de trastos, mini motos, máquinas, etc) o bombero, cosa que nos dejó de piedra porque sería un bombero pirómano, no me queda duda. O tal vez sea porque aquí en San Francisco los bomberos son una parte muy importante de la ciudad, cada día los ves varias veces con su sirena a todo meter y la bandera gigante de los Giants.
Lucio, como dicen mis cuñadas es el que más miedo nos da, sabe demasiado para lo pequeño que es. Una de las cosas que más le gusta es dibujar, pasa horas con sus lápices. Eso sí, siempre pinta súper héroes, pistolas, bombas y todo tipo de arsenal. Su padre pacifista sufre mucho. En fin, de lo que hablábamos el otro día es de lo que nos gustaría poder mirar por un agujerito al futuro y ver a qué se dedican nuestros hijos. Seguro que nos llevamos alguna sorpresa.
domingo, 5 de junio de 2011
ME PITAN LOS OÍDOS
Hace tiempo que dejé de estudiar porque me cansé de que los profesores me regañaran. Después dejé el trabajo de periodista, que tanto me gustaba, porque tampoco aceptaba jefes que de vez en cuando me enmendaban la plana, ni los aires de grandeza de algunos deportistas menospreciando al resto de vivientes. Entonces ya sólo me regañaban los médicos, cada vez que voy me echan la bronca, así que he decidido dejar de ir.
Ahora mi pelea es con los electrodomésticos y demás inventos tecnológicos. Estoy hasta las nalgas posaderas de que me llamen la atención desde que me levanto hasta que me acuesto. Me despierto con el más desagradable de los zumbidos, vibrando en la mesilla. Abro la nevera y dudo si sacar zumo o leche: pitido. Meto la leche en el microondas, lo cual significa que me he decidido por ella, en lugar de por el zumo, me doy la vuelta y pitido. La próxima vez cogeré zumo, pienso. Echo los calzoncillos en la lavadora, me pita, los saco y los paso a la secadora, me pita más fuerte. Me subo al coche, me pita, cierro la puerta, sigue pitando, me pongo el cinturón, pita aun, apago la luz, sigue, quito el freno de mano...Por fin. ¡Joder, qué no soy tonto! Ya sé que tengo que hacer todo eso y lo haré mucho mejor si no me estresan ustedes con tanto pitido. A base de tanto aviso sonoro están consiguiendo que el oído se inmunize ante los pitidos, nuestro cerebro se acostumbre a convivir con una alarma sonando y no le demos la importancia que tienen las cosas. Eso y que estemos nerviosos, histéricos y estresados porque un zumbido o un pitido nos persigue
A partir de ahora voy a buscar electrodomésticos para sordomudos que supongo que tendrán un chivato de luz, que siempre es menos molesto y evitaré tomarme la leche fría, el zumo caliente, el calzoncillo con zurraspa y me fumaré el puro Cohiba que me ha regalado mi suegro, tranquilamente en la cocina sin que aparezcan los bomberos.
Sólo quiero un aviso sonoro y todavía no lo han inventado. Uno específico que me avise de las maldades de los niños, para que Lucio no se corte el pelo el solo y le vuelva a salir una calva como el año pasado; para que Martín no tire petardos por la ventana y Diego no se quede enganchado con cualquier partido de NBA, NFL, HJK...en la tele. Y si no os gusta este blog, decidlo en bajito, que me pitan los oídos.
Ahora mi pelea es con los electrodomésticos y demás inventos tecnológicos. Estoy hasta las nalgas posaderas de que me llamen la atención desde que me levanto hasta que me acuesto. Me despierto con el más desagradable de los zumbidos, vibrando en la mesilla. Abro la nevera y dudo si sacar zumo o leche: pitido. Meto la leche en el microondas, lo cual significa que me he decidido por ella, en lugar de por el zumo, me doy la vuelta y pitido. La próxima vez cogeré zumo, pienso. Echo los calzoncillos en la lavadora, me pita, los saco y los paso a la secadora, me pita más fuerte. Me subo al coche, me pita, cierro la puerta, sigue pitando, me pongo el cinturón, pita aun, apago la luz, sigue, quito el freno de mano...Por fin. ¡Joder, qué no soy tonto! Ya sé que tengo que hacer todo eso y lo haré mucho mejor si no me estresan ustedes con tanto pitido. A base de tanto aviso sonoro están consiguiendo que el oído se inmunize ante los pitidos, nuestro cerebro se acostumbre a convivir con una alarma sonando y no le demos la importancia que tienen las cosas. Eso y que estemos nerviosos, histéricos y estresados porque un zumbido o un pitido nos persigue
A partir de ahora voy a buscar electrodomésticos para sordomudos que supongo que tendrán un chivato de luz, que siempre es menos molesto y evitaré tomarme la leche fría, el zumo caliente, el calzoncillo con zurraspa y me fumaré el puro Cohiba que me ha regalado mi suegro, tranquilamente en la cocina sin que aparezcan los bomberos.
Sólo quiero un aviso sonoro y todavía no lo han inventado. Uno específico que me avise de las maldades de los niños, para que Lucio no se corte el pelo el solo y le vuelva a salir una calva como el año pasado; para que Martín no tire petardos por la ventana y Diego no se quede enganchado con cualquier partido de NBA, NFL, HJK...en la tele. Y si no os gusta este blog, decidlo en bajito, que me pitan los oídos.
sábado, 4 de junio de 2011
MORDERSE LA LENGUA
Me he mordido la lengua. Y eso que no me gusta la casquería, nunca me ha gustado. Lo de comerse los órganos vitales y las vísceras más íntimas del animal siempre me ha parecido una falta de respeto y por eso me da cierto repudio la casquería. Los sesos, el corazón, los riñones, el hígado, la lengua y, por supuesto, las criadillas, son cosas sin las que no se puede vivir y cuando te las comes es obvio que el animal está ya muerto. Cuando me como un filete no lo imagino, de hecho podría darse el caso de alguna vaca que cediera parte de sus michelines y siguiera pastando. También se puede vivir sin lengua... No, algunas que conozco yo, sin lengua se morirían. Pues eso, que cuando veo una casquería salgo corriendo, ¿A quién se le ocurriría? Tu niño, ¿de mayor qué vas a ser? ¿Casquero? Pues espero que fabriques cascos o juegues en el Getafe porque sino te espera una triste vida rodeado de flácidos trasplantes fallidos.
Pero hoy me he mordido la lengua con fuerza y me he cabreado. Por que duele que jode y porque cuando me muerdo la lengua es síntoma de que he vuelto a engordar. Como el peso no hace más que mentir y desde hace seis años siempre peso lo mismo. Claro que poco más se puede esperar de alguien tan humillado que se deja pisar todas las mañanas por varios miembros de la familia. Por eso mis sistemas de medición son tres, las cuestas de esta colina de Pacific Heights en la que vivimos son el primer referente; el cinturón debería ser el segundo, pero como lo acabo de cambiar porque el otro tenía ya casi quince años y por el agujero me cabía un dedo, no le tengo cogida la medida; y el tercero, el más científico e infalible de los sistemas, es la lengua. Cuando me la muerdo significa que he engordado. Es muy sencillo, uno come más de la cuenta porque está todo muy rico, hace poco ejercicio porque te cansas y sudas, entonces el cuerpo empieza a acumular grasas donde quiere. Es curioso pero nunca le da por engordarte los biceps. Se suelen acumular en las barrigota, lo cual no es muy grave porque se tapa con la camisa, pero cuando ya no cabe más ahí, pasan al trasero y a la papada y los mofletes y entonces es cuando se produce esa extraña y peligrosa reacción por la que el moflete se hincha también hacia dentro, ahogando los espacios de la lengua, que sin sitio donde moverse termina por ser mordida.
Esto era para deciros que creo que he engordado y ahora os voy a contar el por qué, que también es científico. He leído últimamente un estudio que dice que el café es muy bueno para prevenir el cáncer de próstata, así que llevo unas semanas que no pego ojo, pero no porque tenga ningún problema prostástisco, sino por el café. Por otro lado me dicen que beber un vaso de vino al día es muy bueno para el corazón, y allá voy yo con mi vaso de medio litro lleno a rebosar. El tercer estudio habla de que el pan no engorda, que eso es una leyenda urbana, así que a mojar bien en la salsita y en la mantequilla. Total que me he mordido la lengua y estoy algo mareado, no sé si será que me estoy envenenando...
Pero hoy me he mordido la lengua con fuerza y me he cabreado. Por que duele que jode y porque cuando me muerdo la lengua es síntoma de que he vuelto a engordar. Como el peso no hace más que mentir y desde hace seis años siempre peso lo mismo. Claro que poco más se puede esperar de alguien tan humillado que se deja pisar todas las mañanas por varios miembros de la familia. Por eso mis sistemas de medición son tres, las cuestas de esta colina de Pacific Heights en la que vivimos son el primer referente; el cinturón debería ser el segundo, pero como lo acabo de cambiar porque el otro tenía ya casi quince años y por el agujero me cabía un dedo, no le tengo cogida la medida; y el tercero, el más científico e infalible de los sistemas, es la lengua. Cuando me la muerdo significa que he engordado. Es muy sencillo, uno come más de la cuenta porque está todo muy rico, hace poco ejercicio porque te cansas y sudas, entonces el cuerpo empieza a acumular grasas donde quiere. Es curioso pero nunca le da por engordarte los biceps. Se suelen acumular en las barrigota, lo cual no es muy grave porque se tapa con la camisa, pero cuando ya no cabe más ahí, pasan al trasero y a la papada y los mofletes y entonces es cuando se produce esa extraña y peligrosa reacción por la que el moflete se hincha también hacia dentro, ahogando los espacios de la lengua, que sin sitio donde moverse termina por ser mordida.
Esto era para deciros que creo que he engordado y ahora os voy a contar el por qué, que también es científico. He leído últimamente un estudio que dice que el café es muy bueno para prevenir el cáncer de próstata, así que llevo unas semanas que no pego ojo, pero no porque tenga ningún problema prostástisco, sino por el café. Por otro lado me dicen que beber un vaso de vino al día es muy bueno para el corazón, y allá voy yo con mi vaso de medio litro lleno a rebosar. El tercer estudio habla de que el pan no engorda, que eso es una leyenda urbana, así que a mojar bien en la salsita y en la mantequilla. Total que me he mordido la lengua y estoy algo mareado, no sé si será que me estoy envenenando...
viernes, 3 de junio de 2011
ME PERSIGUE LA POLI
Esta recta final está llena de curvas o, mejor dicho, de giros prohibidos. No sé como lo hago, cada vez que hago un giro en una calle de doble sentido, está prohibido, y cada vez que está prohibido, hay un coche de policía camuflado esperando infractores, y cada vez que infrinjo oigo una agudísima sirena que me llega hasta el tímpano después de derretir el cerumen y un desagradable foco azul que se mete a través del retrovisor hasta mi píloro. Como dice Lucito "¡No molaaaaa!". Acto seguido hago caso al primer consejo que recibí en este país: "No te muevas, pon las manos sobre el volante y no te muevas hasta que no te lo diga el poli". Si abres la guantera buscando los papeles pueden pensar que vas a sacar un revolver y volarte la tapa de los sesos y sin ella, tus ideas pasan a estar muy frías, demasiado frías.
Ya me han parado tres veces por el mismo motivo, dos en Mission y una en Castro. No es que sea idiota, que lo soy un poquito, sino que en unas calles se puede girar y en otras, no; a unas horas se puede girar y a otras, no. Total que la picha se hace un lío y giras. Lo pasas mal pero es una experiencia que has de vivir, aunque me gustaría sacar fotos y vídeo, pero todavía no me he atrevido. Quizás a la próxima.
Para nosotros es ya como un "deja vu": "Hello, driving license, car title and insurance...". Y como nos lo sabemos, tiramos de manual de turista: "Yes sir, sorry, I didn't see the signal, we are foreign, this is my license, spanish". Y se acabó el problema: "Oooooohhhhhh spanish, español, yes, welcome to San Francisco. Are you from Madrid? Real Madrid, great team but I prefere Barcelona... Be carefull and drive safe". Y yo me voy de allí por ruedas silbando el himno del Espanyol. Así las tres veces y las tres sin multas, que tipos más cojonudos y pensar que son los mismos que hemos visto cachear con violencia a los chicanos de los barrios del sur. Bueno, miento, la última vez, ayer, la historia tuvo un epílogo, pues cuando ya estábamos perdonados y nos íbamos a ir, llegó por la otra puerta otro policía de origen asiático algo alterado y gritó a Montse, "¡Abra la puerta!" mientras llenaba el coche de watios con un foco que buscaba algo inquietante... Y lo encontró. Una pistola. La cogió nos miró y soltó una carcajada al ver la embocadura de plástico rojo: "Aaaahhh, es de plástico, es un juguete, por favor escóndanla, no se puede llevar a la vista". Desde entonces busco al inventor del pivote de plástico rojo en la punta de las pistolas de juguete para besarle. Sin él, igual tenía ahora las ideas muy frías.
A mi me dio por reír acordándome de un chiste que nos contó nuestro amigo Víctor:
La Guardia Civil para una furgoneta de gitanos. El agente se asoma por la ventana y pide educadamente: "Por favor, el carnet de conducir..." y desde el asiento de atrás se oye a la abuela que grita: "Que coca, ni coca, ni coca..." Ya os dije que me gusta reirme solo.
Ya me han parado tres veces por el mismo motivo, dos en Mission y una en Castro. No es que sea idiota, que lo soy un poquito, sino que en unas calles se puede girar y en otras, no; a unas horas se puede girar y a otras, no. Total que la picha se hace un lío y giras. Lo pasas mal pero es una experiencia que has de vivir, aunque me gustaría sacar fotos y vídeo, pero todavía no me he atrevido. Quizás a la próxima.
Para nosotros es ya como un "deja vu": "Hello, driving license, car title and insurance...". Y como nos lo sabemos, tiramos de manual de turista: "Yes sir, sorry, I didn't see the signal, we are foreign, this is my license, spanish". Y se acabó el problema: "Oooooohhhhhh spanish, español, yes, welcome to San Francisco. Are you from Madrid? Real Madrid, great team but I prefere Barcelona... Be carefull and drive safe". Y yo me voy de allí por ruedas silbando el himno del Espanyol. Así las tres veces y las tres sin multas, que tipos más cojonudos y pensar que son los mismos que hemos visto cachear con violencia a los chicanos de los barrios del sur. Bueno, miento, la última vez, ayer, la historia tuvo un epílogo, pues cuando ya estábamos perdonados y nos íbamos a ir, llegó por la otra puerta otro policía de origen asiático algo alterado y gritó a Montse, "¡Abra la puerta!" mientras llenaba el coche de watios con un foco que buscaba algo inquietante... Y lo encontró. Una pistola. La cogió nos miró y soltó una carcajada al ver la embocadura de plástico rojo: "Aaaahhh, es de plástico, es un juguete, por favor escóndanla, no se puede llevar a la vista". Desde entonces busco al inventor del pivote de plástico rojo en la punta de las pistolas de juguete para besarle. Sin él, igual tenía ahora las ideas muy frías.
A mi me dio por reír acordándome de un chiste que nos contó nuestro amigo Víctor:
La Guardia Civil para una furgoneta de gitanos. El agente se asoma por la ventana y pide educadamente: "Por favor, el carnet de conducir..." y desde el asiento de atrás se oye a la abuela que grita: "Que coca, ni coca, ni coca..." Ya os dije que me gusta reirme solo.
jueves, 2 de junio de 2011
EL PIRÓMANO
Es la segunda vez que van los bomberos al cole a hacer un ensayo y una evacuación de emergencia. A mí, que los veo desde casa, me dan un buen susto cada vez que vienen. Supongo que es lo que manda el protocolo pero no lo comparto, creo que es jugar a "¡qué viene el lobo!" y que si un día hay un incendio, los chavales pensarán que vuelve a ser un juego. Eso es lo que cree Martín, que es un juego. Ya os conté en "Esto está que arde" sus aficiones pirómanas. En su curriculum cuenta con el récord guinness de haber quemado cerca de 4.000 alpacas de paja en Santamera junto a sus primos Álvaro y Guillermo y sus hermanos Diego y Gali. Fue un susto monumental que por suerte no llegó a más y tuvimos la suerte de dar con buena gente en el pueblo porque todo el mundo estuvo comprensivo y no tuvimos que pagar nada. No se me olvidará aquella noche junto a mi cuñado Jorge, haciendo guardia, gin tonic en mano, junto a la gigantesca falla para evitar que el fuego se extendiera. Pensé que Tincho aprendería del susto y cogería miedo al fuego, como se lo cogí yo de pequeño, pero no, sigue siendo un enfermo.
Cada vez que salimos al centro se escapa a las tiendas de China Town a gastarse sus dólares en cajas de bombetas que tiran al suelo para asustar a la gente. A Lucio le gusta dejarlas en los pasos de cebra y esperar a que los turistas las pisen. La lupa sigue siendo su invento preferido, pero no para investigar, sino para quemar cosas; lo último, la cabeza de una muñeca que han dejado como el muñeco diabólico, llena de agujeros. El fin de semana se compró unos hierrecitos que cuando los rozas hacen chispa y puedes llegar a hacer un fuego de campaña. Lo malo es cuando se junta con alguno de los más malos de la clase y dejan volar su imaginación o se inspiran en esa inagotable fuente de sabiduría llamada YouTube. Ayer ya tuvimos que castigarle tras comprobar como salía humo del microondas mientras una pastilla de jabón se expandía de forma amenazante. No sabemos qué hacer para que la cabeza de este chiquillo deje de echar humo.
Cada vez que salimos al centro se escapa a las tiendas de China Town a gastarse sus dólares en cajas de bombetas que tiran al suelo para asustar a la gente. A Lucio le gusta dejarlas en los pasos de cebra y esperar a que los turistas las pisen. La lupa sigue siendo su invento preferido, pero no para investigar, sino para quemar cosas; lo último, la cabeza de una muñeca que han dejado como el muñeco diabólico, llena de agujeros. El fin de semana se compró unos hierrecitos que cuando los rozas hacen chispa y puedes llegar a hacer un fuego de campaña. Lo malo es cuando se junta con alguno de los más malos de la clase y dejan volar su imaginación o se inspiran en esa inagotable fuente de sabiduría llamada YouTube. Ayer ya tuvimos que castigarle tras comprobar como salía humo del microondas mientras una pastilla de jabón se expandía de forma amenazante. No sabemos qué hacer para que la cabeza de este chiquillo deje de echar humo.
miércoles, 1 de junio de 2011
ESTOY PERDIDO
El sábado fui a comprarme una nueva cámara pequeñita porque he perdido la mía. No me ha importado mucho porque ya le tenía echado el ojo a una nueva. Lo que me importa es haberla perdido. También me preocupa que al pagar entregué mi carnet de identidad y allí se quedó. La excusa es que me quedé embobado al comprobar que el tipo que había al lado mío comprando una cámara era Óscar Freire, el campeón del mundo de ciclismo. Así que esta mañana he decidido irme a recuperar objetos perdidos: primero el pasaporte de Lucio que está renovándose y lo necesita para volver a España. Si volvemos sin el peque nos echaríais ¿verdad?; después el DNI, que allí estaba, esperándome con cara de tonto, la que siempre ha tenido el pobre; más tarde he ido a la tienda de alquiler de Harley Davidson, para preguntar por el carnet de conducir de Montse, que perdió hace varios meses y creíamos que estaba allí. Intento fallido. Y de ahí he ido a tasar el coche porque lo vendo, o sea que quiero venderlo, que no vendarlo. Me lo han tasado. Mañana triunfal, si no fuera porque en ese proceso he perdido los papeles del coche. Los he cogido para llevarlos a la tienda, me los he metido en el bolsillo y se han evaporado. Ha sido en un tramo de calle de cien metros que he vuelto a recorrer cinco veces mirando incluso dentro de los cubos de basura, al más puro estilo homeless. Un día me dijo un policía que tuviera mucho cuidado de no perder el título de propiedad, pues eso es lo que he perdido.
Estoy preocupado. Pero no porque me puedan robar el coche, que ahora mismo es lo que más deseo; me quitarían un problema de encima y cobraría del seguro. Lo que me preocupa es mi capacidad de perder las cosas. Lo he debido heredar de mi socio Jesús o de mi querida esposa. Quizás sea que he pasado demasiados años pegado a un móvil y ya me ha causado daños irreparables en la cabeza o que el otro día comí una ensalada con pepino sin preguntarle su procedencia. Y lo malo es que esta noche cenamos en Castro y allí puedo perder hasta la virginidad. Si es así, no os lo contaré.
Estoy preocupado. Pero no porque me puedan robar el coche, que ahora mismo es lo que más deseo; me quitarían un problema de encima y cobraría del seguro. Lo que me preocupa es mi capacidad de perder las cosas. Lo he debido heredar de mi socio Jesús o de mi querida esposa. Quizás sea que he pasado demasiados años pegado a un móvil y ya me ha causado daños irreparables en la cabeza o que el otro día comí una ensalada con pepino sin preguntarle su procedencia. Y lo malo es que esta noche cenamos en Castro y allí puedo perder hasta la virginidad. Si es así, no os lo contaré.
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