Lo prometido es deuda: la botella de plástico. Ayer quedamos con nuestra amiga Linda para ir a cenar a Oakland. Linda no tiene nada que ver con esta. Nada más subirnos al coche nos entregó dos botellas de agua mientras nos pedía disculpas: "Os he traído agua pero está en botellas de plástico, lo siento mucho; ya sé que no es lo más apropiado y a mí no me gusta usar el plástico pero no tenía otra cosa". Nosotros la perdonamos, ¿qué íbamos a hacer? Eso sí, a mi me rompió bastante los esquemas porque me pareció un ecologismo exagerado o forzado. Primero pensé que era cierto que son bastante feas y que cuando las arrugas, ya vacías, hacen un ruido muy desagradable, pero luego me acordé de las 8.000 botellas de agua mineral que compramos cada año en Tinduf para el Sahara Marathon de las cuales un buen número acaban volando por el desierto en dirección a Egipto. Un día le pediré a Martín que me calcule cuánto tardan en llegar al Mar Rojo. Ya sé que no tiene gracia el tema y estamos haciendo lo posible por concienciar a la población local en cuestiones medioambientales, pero nunca es fácil pedirle a quien apenas tiene para comer que recicle su basura, porque su orden de prioridades es más básico. De hecho el desarrollo de un país está marcado en buena medida por el nivel de implicación y preocupación medioambiental.
Aquí se usa poco agua embotellada, pero es porque el agua del grifo de San Francisco es buenísima, creo que viene de Yosemite. Ya sé que la de Madrid es excepcional, pero no es lo mismo el embalse de Santillana que Yosemite con sus cascadas, entenderlo. Además ahora hay una campaña del ayuntamiento promocionando el agua del grifo como si fuera un artículo de lujo, para que se beba del grifo y para que no se malgaste. Ese es el gran problema del agua, que es barata. Sé que lo que voy a decir no es muy popular, pero una de las soluciones medioambientales y sociales para el planeta sería que el agua se pagase muy cara en los países ricos y con ese dinero se facilitara el acceso al agua a los países subdesarrollados. La tasa del agua, algo parecido a la ingeniosa pero fallida tasa Tobin. Por tocaros un poco el hígado os diré que hay 900 millones de personas sin acceso a agua en sus hogares y que la mitad de los africanos sufre alguna enfermedad relacionada con el estado del agua. Por eso no me preocupó en exceso que la buena de Linda nos trajese el agua en envases de plástico.
Lo que es ver la botella medio llena o medio vacía.
Gracias por dedicarme el tema de hay, la botella de agua esa gran olvidada. Se lo diré a Antonio, que en la fabrica se pongan a fabricar todo tipo de bebidas en envases de cristal, en lugar de plástico, o brick o lata. Eso si a la compra a cargar con el peso yo no voy. Y en cualquier caso el vidrio también hay que reciclarlo o reutilizarlo, mismo esfuerzo que el de reciclar el plástico. Lo de beber del grifo, dejemoslo, recuerda que yo vivo en el levante español, puaj.
ResponderEliminarPues que usen el botijo español, que mola mazo y al ser de barro no daña al medioambiente. ¡¡¡ viva españa ¡¡¡¡ Si queries os mandamos uno para SF y se lo regalais a vuestra amisga, que lo va a flipar. Lo unico malo es transoprtarlo en el coche, pero para eso esta nuestra gran aliada, la cuerda, que igual te sujeta unos pantalones que un botijo.
ResponderEliminar¿Por qué no nos cuentas cómo vais con la venta de vuestras pertenencias? Besos
ResponderEliminarManolo, ya no queda nada. Se vendió todo la primera semana entre los padres del colegio. Pusimos buenos precios y la gente sabía que estaba todo nuevo. Hasta el coche lo tenemos vendido. Nos falta comprar maletas y meterlo todo dentro, pero eso seró los últimos días.
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