lunes, 13 de junio de 2011

HOY, EN LA CIUDAD

Se acabó el colegio. Tras una bonita y emocionante ceremonia de graduación de Diego y Simón, con fiestorro hasta las tantas, pusimos punto y final a la temporada. Hoy hemos ido a Baker Beach con todos los niños y sus padres para poner el último broche. Empieza el verano. Nos vamos quince días de vacaciones a San Francisco. Nos gusta esa ciudad. Siempre pasa algo. Hasta ayer era una ciudad triste; la semana pasada, en el incendio de una vivienda, murieron dos bomberos y aquí es la profesión más respetada, con lo cual han tenido unos funerales de auténticos héroes, con miles de personas en la calle y todo el centro paralizado. Hoy ya ha vuelto a su disparatada rutina: un gran grupo de ciclistas desnudos recorrían las calles principales reivindicando la ciudad para las bicis (y eso que aquí hay carril bici por todas partes); os pondría una foto del pelotón (me refiero al grupo), pero luego se llena el blog de noctámbulos salidorros. Y no con ello te estoy llamando noctámbulo. Mientras tanto jugaban y perdían los Giants en el AT&T Park; desde que les lesionaron a su rockie Posey, no son los mismos. En el centro seguía el "cachondeo" habitual con los raperos dando saltos delante de los turistas que esperan al tranvía, esquivando a los múltiples y plomizos embajadores de las distintas iglesias intentando ganar feligreses. A su vez, la calle Market se ha llenado de extraños vendedores con trajes de época en una curiosa performance de un grupo de artistas. En el Civic Center, la inmensa plaza del ayuntamiento, varios centenares de personas agitaban al viento las banderas de Yemen, Siria, Palestina y todos los países de oriente próximo que pasan por delicadas situaciones. Más al oeste en la hippie calle Haight se celebra el festival del barrio, con la calle cortada, todo lleno de puestos, tiendas y entretenimiento para todos. Las fiestas de los barrios son muy divertidas y totalmente integradas con los vecinos. No se lleva la fiesta a un parque para no molestar, todo lo contrario, se corta la calle principal del barrio y se llena de diversión, arte, comida, música y todo el mundo disfruta al máximo de ese día. Nosotros como no nos consideramos locales de ningún barrio, miramos cada semana dónde hay fiesta y allá que vamos.
En todas las grandes ciudades pasan muchas cosas y eso es lo que las hace grandes. A San Francisco, eso y su permanente olor a marihuana.

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