viernes, 17 de junio de 2011

NO ME ECHEN, QUE YA ME VOY

Nuestros amigos no quieren que nos vayamos y llevamos unos días de mucho ojo brillante. Los chicos también van de despedida en despedida y el mensaje es siempre el mismo: ¡Volved! Diego tiene siempre alguna amiga colgada del cuello diciéndole lo mucho que le van a echar de menos; Martín tiene plan todos los días y a Lucio no descarto que nos lo secuestren. Hoy he pasado por el cole a recoger unos papeles y han salido profesores y empleados a ofrecerme todo tipo de opciones para que regresemos: un master, un intercambio, una beca... No lo descartemos.
Sin embargo en casa las cosas son distintas. El casero debe estar deseando que salgamos por la puerta y nos está haciendo la vida imposible durante estas últimas semanas. Todos los días tenemos un par de visitas de posibles compradores o nuevos inquilinos. Ya nos hemos acostumbrado y seguimos friendo huevos, lavando calcetines o vistiendo niños como si tal cosa, mientras una señora mide el salón o hace una foto del retrete. Las obras ya no están localizadas en ninguno de los pisos vecinos, están all around, en el de debajo, el de la izquierda, el de la derecha, en las escaleras... Seguimos sin poder descansar, sin intimidad y con todo tipo de putadas. Cada semana cortan una vez el agua sin avisar; la última vez me pillaron con el pelo enjabonado en la ducha (debieron leer la entrada de "¿Dónde estabas tú?") y tuve que bajar dando gritos en spanglish. La casa es la ONU, los albañiles son todos hispanos, los fontaneros son rusos y los de los andamios chinos. Ayer me asomé por la ventana en calzones y había dos tipos subidos en la cornisa de mi ventana poniendo un cable. Las puertas de las duchas se han vencido porque de tanto golpe han cedido los suelos, ya veo que el edificio está preparado para terremotos. La basura lleva varios días en la cocina porque no podemos bajarla porque se ha inundado el pasillo exterior que lleva a los cubos. Pero hoy ya han pasado todos los límites y han arrancado en cable de internet y hemos tenido que salir despavoridos para poder inyectarnos unos cuantos bytes en vena. Y aquí estoy en un bareto de Little Italy viendo pasar el barco del Oracle entrenando en la Bahía y llenando el teclado de ensalada de atún y migas del hot dog de Lucio.

4 comentarios:

  1. ¿Y cuánto decís que pagáis por la casa? Besos

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  2. Señor profesor, no lo dude, les ha timado. Pero no pasa nada, se lo están pasando bomba y que les quiten lo bailao. Sobre todo los chicos, quien fuera joven otra vez... Bueno no, mejor no, o si, yo que se.

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  3. Pues yo daba lo que fuera por ver al Oracle entrenando ... (el catamaran?).... que capullo.....

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  4. Antonio, lo vimos pasar como una exhalación que no tengo ni puta idéa de lo que es , quiero decir a toda leche por la bahía el otro día, impresionante. Fue justo al día siguiente de que volcara, la foto apareció en todos los periódicos. Tenemos que volver a ver la copa América, una buena escusa ¿No?

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