Pero no para ahí el asunto. Ahora no puede entrar en sus principales cuentas de internet, g-mail, Facebook...porque en otro ataque de desconfianza fraternal decidió cambiar todas sus claves y ahora no recuerda cuáles puso. Es un caso, pero no tiene toda la culpa, buena parte le venía en los genes, con el pedigrí. Su padre, por ejemplo, se cambia el reloj de mano cada vez que se tiene que acordar de algo importante, pero inmediatamente se olvida del asunto y pasa el resto del día agobiado porque sabe que tiene algo que hacer pero no sabe qué es. Su madre...¡Ay su madre! No se sabe ni su número de teléfono y el número pin de la Visa lo tiene que llevar siempre apuntado. Aquí se vuelve un poco más loca porque en las gasolineras te piden el código postal y ya se le cruzan los cables con tanto número.
Es verdad, para qué narices necesitamos tanto número. Hace poco me dio por apuntar todas las claves que tenía y era de volverte loco...Por 25 pesetas: El banco, la Visa, la tarjeta de coordenadas, el pin del teléfono, la clave del ordenador, el Facebook, el YouTube, el Flickr, Skype, Paypal, la Wi-fi, el candado de la bici, el puk, la alarma, el aniversario de boda, el Gmail, la Visa... Campana y se acabó, "por querer ir tan a prisa, has repetido la Visa".
Has probado a utilizar el mismo para todo? Si listillos ya se que hay veces que tiene 4 caracteres,otras 6 y otras 19.000, pero con pequeñas variaciones puedes utilizar el mismo para todo. Eso si no se lo cuentes a nadie porque estarías en sus manos...
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