lunes, 28 de febrero de 2011

LUCIO EL EXPLORADOR

Pasar aquí quince días sola a los mandos de la familia no es tarea fácil. No sólo por el trabajo físico en sí que es bastante, es más bien por la preocupación de que surja un imprevisto y me vea metida en un lío. Creo que no soy demasiado miedosa y que no me angustio fácilmente. No soy de las que está sufriendo viendo a alguno de mis hijos trepando por algún sitio imposible, pensando que se va a matar. Estoy curada de espanto. Supongo que por ser madre de tres chicazos y esposa de un individuo que les incita muchas veces a hacer eso, lo imposible. Pero como la ley de Murphi nunca falla, según salía Diego por la puerta rumbo al Sahara, se estropeó la caldera del agua caliente. Para solucionarlo me pongo en contacto con el dueño del piso que me envía por mail un formulario complicadísimo con las instrucciones ante una emergencia. Una de las instrucciones era: se considera una emergencia si está usted sin agua un periodo dilatado de tiempo. Así que me puse a temblar pensando que quería decir un periodo dilatado. Dos, tres, cinco,quince días sin ducha........estuve a punto de mandarle un mail preguntándole ¿es que usted no se ducha a diario?. Afortunadamente la avería se solucionó en un día.
Pero lo peor vino unos días después. El domingo me fui al centro con Diego, Simón y Lucio. Hicimos unas compras y después me quedé con Lucio en su parque favorito, Yerbabuena Garden. Tiene una zona de columpios bastante grande con dos toboganes enormes una estructura para trepar, arenero y muchas mas cosas. Yo me senté al sol mientras él jugaba. Estaba a reventar de niños. Pasados unos minutos me puse a buscarle y........había desaparecido. Estuve un buen rato revisando columpio a columpio y nada, se lo había tragado la tierra. Creo que ya he contado que aquí la gente está obsesionada con el rapto de niños. Yo siempre he pensado que no es cierto y que hay mucha madre histérica que ve mucho reality show. Pero pasados diez o quince minutos sin tener ni rastro del puñetero niño confieso que llegué a pensar de todo. Muy cerca del parque hay un museo para niños y desesperada entré, comprobando que había tal barullo de gente en la entrada que no sería difícil que se les hubiera colado sin que nadie se diera cuenta. El museo es grande y recorrerlo entero me habría llevado mucho tiempo. Tampoco sabía seguro si estaba allí. Así que volví a dar una última vuelta por el parque dispuesta ya a llamar a la policía o que se yo. Vuelvo al museo a pedir que me dejen llamar y junto a la entrada veo la tienda de regalos del museo. Me asomo y allí estaba con la boca abierta, extasiado y la espada láser de Dark Vader en la mano. Le grito y se da la vuelta tan contento diciéndome: mami,¿ me la compras?...............casi lo mato. Nunca se me habían hecho tan largos quince minutos.

6 comentarios:

  1. Dios Montse, el día que le echemos el guante a ese tal Murphy se va a enterar.Lo he pasado mal pensando el mal rato que has pasado.
    !ANIMO CAMPEONA!

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  2. La madre que me parió, sólo de pensar que me pasa a mí me da algo...
    Aupa, Montse, ya te queda menos. Besos

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  3. Gracias amiguitos, que haría yo sin vosotros..........
    Pasado el susto me acordaba de una vez que se escapó Martín de casa, tenía tres años y lo recogió el coche de vigilancia del parque. Esa fué todavía peor. Apareció a los veinte minutos feliz porque había montado en el coche de la policía. Me han salido exploradores los jodíos........

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  4. Joder cuñaaaa, ¡¡ te admiro ¡¡, yo creo que a los tres minutos me hubiera puesto a gritar cual madre poseida por el panico.

    ¡¡¡ Esa Montse, esa Montse, eh, eh ¡¡¡

    A nosotros se nos "perdio" Marina durante 10 minutos, dentro de la comunidad, pero de simplemente pensar que podia haberse escapado de allí, me acuerdo que cuando la encontramos yo hasta me maree. ¡¡¡¡ JODIOS NIÑOS ¡¡¡

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  5. Montse, ¿y no te acuerdas la vez que se perdió Diego de muy pequeño por la Plaza Mayor en navidad tambien unos diez minutos?....como Chencho, que angustia....

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  6. Claro que me acuerdo luis, esa tampoco estuvo mal, en los quince minutos de susto me vinieron a la cabeza todas las veces que se ha perdido alguno. Y pensar que siempre habían aparecido me ayudó a mantener la calma. La de Lucio fué en la plaza del Zeum Musuem donde estuvimos con vosotros. ¿Os acordais?

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