lunes, 21 de febrero de 2011

NO DES LA ESPALDA A UN CHINO

Yo lo hice. Qué error. Llevo varias semanas con dolor de espalda. Es culpa de Apple y de Ikea, principalmente, pero Mohamed VI también ha puesto su parte. Vamos, que paso un huevo de horas delante del Mac, quitando y poniendo inscritos para el Sahara Marathon y se me ha hecho una triada del esternocleidomastoideo con el lumbar y el tirante derecho de los michelines; osea, que me duele un montón pero no sé muy bien dónde ni por qué. Bueno, ya no me duele ahí, ahora me duele más arriba, más abajo, en toda la espalda, menos ahí. Y es que esta mañana hemos parado en uno de esos puestos cutres de masaje en la entrada de un centro comercial de la calle Market y ante la insistencia de Montse he aceptado ponerme en manos de un chino, experto en arte marciales pero absolutamente ignorante en la materia fisioterapéutica. En que momento...
Menuda paliza me ha dado el cablonazo. Según le he soltado los 20 dólares me ha clavado el pulgar debajo de la clavícula y creo que se ha debido dejar la uña dentro porque todavía sigo notando el pinchazo. Me ha colocado en una extraña máquina con la cabeza hacia abajo como si fuese en una moto de Gran Premio por la recta y a partir de entonces me ha sometido a una paliza absolutamente intolerable. He gritado, he llorado, me he retorcido y a punto he estado de cogerle por los güitos, que los tenía a mano, y decirle aquello de "¿verdad que no nos vamos a hacer daño?"
Qué forma de golpear, de retorcerme el brazo, de depilarme la nuca, he pasado auténtico miedo y me he acordado de toda su familia y de todos los chinos, de lo mal que conducen, de su gobierno capitalista rojo invasor y dictador, de la represión en el Tibet, del saqueó de África, de la complicidad con los peores tiranos, de la explotación permanente de todos sus trabajadores y de la falta de derechos humanos en la que dentro de nada va a ser la primera potencia mundial. Han sido cinco minutos, lo suficiente para reflexionar sobre la que nos viene encima a todo el mundo si no conseguimos marcar las reglas del juego a estos tíos. Si viéseis mi espalda lo entenderíais.

3 comentarios:

  1. Solucion: Dale 20 leuros a Lucio, tirate al suelo y dile que te pise, que haga de tu espalda un cicuito de coches, que coja un par de pelotas ( de tenis por supuesto)y te las pase por todaaaaa la espalda...............ya veras como te quedas como nuevo. Y si no logras quitarte el dolor de espalda, por lo menos piensa que has tenido a Lucio media hora entretenido, que eso tambien quita tensiones.

    ResponderEliminar
  2. Que fueerte! Pense que la semanita esa de vacaciones era cosa de los ingleses =)

    ResponderEliminar
  3. Un momento, que los chinos molan, aunque sólo sea para comprar todo tipo de mierdas que casi son como los klenex, tienen un sólo uso. A mi me sale el material para clase la mar de barato, aprendo idiomas cuando voy a la tienda y me saludan casi poniéndose a mis pies, te sientes importante y todo. Seguro que además cuando te salgan todos los moratones en la espalda, que te van a salir, encima el chino ha hecho una obra de arte en tu cuerpo serrano.

    ResponderEliminar