viernes, 18 de febrero de 2011

EL REY DE LA PISTA

Qué resacón. La feria de arte Artopía resultó ser más bien un fiestorro. Es lo que tiene el arte, que siempre es una buena excusa para darle al alpiste, a la música y al dancing, con uno buenos cuadros de fondo. Pedo de colores. El evento lo patrocinaban las cervezas Peroni y Blue Moon y había barra libre para todos los invitados. Por eso me duele la cabeza. No sé qué color tiene este dolor, porque el pedo era de muchos colores. Lo pasamos bien, vimos arte bastante flojito, música en vivo de increíbles dimensiones, pintamos en un gran mural (yo puse la bandera saharaui) y Montse un punto negro como los de Lucito, e hicimos amigos. Sí, ya bien entrada la noche, a eso de las ocho, con cuatro o cinco Peroni en el vacío estómago y con un gran vídeo-Dj pinchando, Montse empezó a mover los pies y yo no pude hacer nada por salir de aquella encerrona que se me venía encima.
Nunca me ha gustado bailar. Lo detesto porque es la máxima expresión del ridículo humano. Paso gran vergüenza ajena cuando veo bailar a los demás, así que imaginad la que siento cuando bailo yo. Además no sé coordinar los movimientos, piso a los demás, me enredo una pierna con otra, me hago daño en las rodillas, no sé dónde meter las manos, por eso siempre bailo con una botella en la mano.... y por supuesto, mi oído no tiene ningún tipo de conexión con el resto del cuerpo. Pero ayer, gracias a mi mujer y a Peroni, triunfé. El Rey de la pista.
La gente estaba muy amuermada. Es lo que se lleva por aquí. Pero al lado nuestro había un gracioso ejecutivillo y una mona señorita con ganas de marcha y de hacer amigos. Se presentaron: "Jelou, jau arrr yu. Ai yam Marios, frrrrrom Greece". Nunca pensé que se podía hablar tan mal inglés pero mi gran colega SuperMarios, vicecónsul de Grecia en San Francisco, lo hace. Ella controlaba más, aunque no sé de que país era porque se presentó como: Sharon, judía. Montse se presentó como española y yo como atéo y nos hicimos bastante amigos. Y bailamos. Y sin quererlo ni beberlo, bueno, beberlo sí, bastante, nos convertimos en el centro de la fiesta. El Dj puso London Calling y la delegación Mediterránea enloqueció, empezó a saltar y a cantar (menuda lección de inglés les dimos a estos yankies) y se vio rodeada por un corro de sorprendidos sanfranciscanos que nos daban palmas, nos hacían fotos y nos hablaban de Iniesta y del Partenón. A Montse casi le saca al escenario una esbelta cantante,  yo me vi rodeado por dos lesbianas que restregaban su culo contra el mío con bastante poco glamour, un fotógrafo gay con coletas Pipi Langstrum hasta las caderas nos perseguía con su flash y al final acabamos todos dando una exhibición de movimiento de caderas con un hulahoop, ante las carcajadas del personal. Lo malo es que todavía no sé si se reían conmigo o se reían de mí. Me temo que saldrá alguna foto en el SF Weekly y nos echarán del colegio y a lo mejor del país.

1 comentario:

  1. Si es que aunque la mona se vista de seda... Los yankies son sosos, puritanos y conservadores aunque sean Sanfranciscanos y artistas. Y sin embargo la sangre mediterránea es mucho tomate, no hay quien la pare. Me alegro de que lo pasarais chupi, o chupito como prefieras, pero al mismo tiempo lo siento por vosotros. La resaca en inglés, que mal rollo...

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