sábado, 9 de octubre de 2010

LA BARBA

Nunca me ha gustado la barba. Si me la he dejado es por diversión. No lo hice antes porque a los tres o cuatro días sin afeitarme tengo una pinta de guarro que no hay quien se me arrime. Aquí me he atrevido porque al fin y al cabo no me ve nadie más que mi familia y quienes me cruzo por la calle pensarán que soy uno más de los homeless de la ciudad. Sí que noté durante esa primera semana que en el colegio dejamos de ser esa "lovely family" para pasar a ser "The spaniards" a secas.
Aunque estáis muy insistentes con lo de la foto (pesaditos, yo diría), no la he mandado porque aun no he conseguido encontrarme a gusto con ella y lo que no voy a hacer es mostrarme en público para afeitarme al día siguiente. De todas formas, si conocéis a mi hermano Nicolás, ya me habéis visto con barba.
No sé si habréis tenido barba alguna vez. Se lo pregunto a los chicos, ¡bobas!, aunque hay alguna que... Bueno, a lo que voy, tiene una cosa buena, que no hay que afeitarse por la mañana. Creo que es la única, aunque no ha llegado todavía el frío para saber si se nota más calorcito aquí dentro. Pero, por contra, tiene muchas pegas que desconocía: pica como si tuvieras la cara llena de piojos; la comida tiene una extraña tendencia a quedarse flotando en los pelillos y siempre me ha parecido molesto hablar con un tío que tiene un fideo colgando en su cara; en mi caso, es canosa en un 70 % lo cual crea una mayor sensación de desaguisado, aunque el fideo pasa más desapercibido; por último, desconozco como es el asunto de la higiene en esta nueva parte de mi cuerpo, aunque imagino que se lava con champú, no sé si hay que recortarla, ni si debo peinarla... De momento he probado a pasarme el cepillo de dientes pero no me convence.
Lo peor de todo es que de vez en cuando, me voy a dormir pensando en personas que llevan bigote o barba y me entra una sensación agridulce horrible: mis hermanos, Gasol, Rajoy, Bin Laden, el Principe, Pepu, Fidel Castro, Aznar, Mayor Oreja, Llamazares... Amor y odio. ¡Qué dilema!

3 comentarios:

  1. sparece a javier sarda

    ResponderEliminar
  2. Tanto viaje, tanto ver mundo y te has vuelto COBSERVADOR. ¿Porque no te acuerdas de las barbas de Juan Barranco, Julio Anguita o Candido Mendez? ¿Es que están pasadas de moda?
    Sino podías haberte acordado de Carlichis con las del Dr. Bacterio o simplemente con las que pone a remojar el vecino del refrán.

    ResponderEliminar
  3. Voy a intentar hacerle una foto, sin que se dé cuenta, y os la mando. Al que mas apueste, claro. Quién hace la primera oferta.

    ResponderEliminar