10.250 Kilómetros. Es la distancia que separa San Francisco de Madrid. Nueve horas de diferencia. Larga distancia en el espacio y en el tiempo. Estas notas recogen las vivencias y anécdotas de una familia que vivió en California durante un año y volvió para contarlo.
miércoles, 15 de septiembre de 2010
SIN COMPLEJOS
Para los que tenemos un enfermizo sentido del ridículo, San Francisco es una ciudad maravillosa. En todo momento encuentras situaciones que te ayudan a perder los complejos. Puedes vestirte o peinarte como quieras que nadie te mirará raro. El otro día vimos un tipo con chaquetón de cuero, tanga y botas de leopardo y ayer un chico con un tupe de un palmo de alto, con varios pisos. Pero donde pierden los complejos es para cantar, bailar o recitar. En la reunión de padres del cole, los profesores cantaron a coro una canción, después explicaron las asignaturas con bastante arte dramático y al final nos hicieron recitar una poesía a los padres. Pero lo mejor de todo es que respetan a sus interlocutores por muy mal que hablen el inglés; nadie pone una mala cara, ni corrige groseramente, ni se ríe al oir las barbaridades que salen por nuestras bocas. Están acostumbrados al "espanglish" de los chicanos y el "chinglish" de los orientales y lo nuestro les parece Oxford English (con un acentillo from Sigüenza). Para adaptarnos a la vida sin complejos, el otro día la Montse se arrancó a bailar en medio de la calle y yo me he dejado barba. Os mandaría una foto, pero es que en España sigo teniendo sentido del ridículo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
A través de correo mando para todos una foto de Diego con barba y tocando country y que no puedo subir yo a este blog. Espero que lo haga él y que no le de verguenza.
ResponderEliminar