Se me ha metido en la cabeza mejorar mi inglés. Estoy buscando alguien con quién practicar speaking y listening, la gramática ya la hago yo por mi cuenta. Primero he ido a varias academias donde tendría que ir toda la mañana, además de pagar mínimo, 400 dólares al més, qué pereza.
Luego me han contado qué hay unos campus municipales o estatales donde enseñan, gratis, no sólo inglés, sino también algunos oficios para facilitar a la gente encontrar un trabajo. Me ha sorprendido, en este país donde nada es gratis.
En Madrid tenemos muchos inmigrantes alrededor, que trabajan en nuestras casas, en los bares, las obras. Muchas veces he pensado cómo tiene que ser dejar tu país y marcharte a otro a buscarte la vida sin, ni siquiera, conocer el idioma. Cuando he tenido personas cerca en esta situación, cuando tienen cara, nombre y apellido, te dás cuenta de que es todavía mas duro de lo que imaginas.
El otro día estuve en una de éstas clases. Había rusos, asiáticos, hispanos, de todo... Mirando sus caras, no he podido evitar imaginar en qué situación se encuentran, y sobre todo en qué situación se encontraban en sus países para dar un salto tan grande al vacío sin saber cómo van a caer.
Hasta ahora nunca había sentido tan cerca, ni había sido tan real, viendo todas esas personas, conocer la tragedia personal de tener que dejarlo todo para sobrevivir. Muy fuerte.
Cuando le contábamos a la gente nuestra decisión de venirnos, muchos nos han dicho: ¡que valientes! ¡que valor, marcharse a la aventura, sin conocer a nadie!
¿Valientes? Aquí, cumpliendo un sueño, con una casa estupenda, un colegio maravilloso para nuestros hijos, y, sobre todo, la posibilidad de volver en cualquier momento, a nuestra preciosa casa y nuestra vida perfecta.
Los valientes son los otros. Me avergüenzo.
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