lunes, 18 de julio de 2011

LA SOCIEDAD DEL MIEDO



El miedo es la peor de las enfermedades. Es cruel con quien lo sufre, es tenaz, puede ser obsesivo y hasta evolucionar a pánico. Hay muchos miedos y todos son respetables porque quién lo sufre nunca lo hace por placer. Lo lamentable del miedo es su utilización como arma arrojadiza. Algo que ocurre con demasiada frecuencia, por no decir constantemente. Vivimos en la sociedad del miedo y en ese asunto, como en otros muchos, los Estados Unidos son especialistas. Manejan los tiempos a la perfección, crean las psicosis previas, las manipulaciones posteriores y los negocios finales. El terrorismo, la delincuencia, los accidentes, la crisis, los terremotos, el fin del mundo...
Varios de nuestros amigos allí y otros tantos aquí viven mortificados por el miedo, por el constante temor a que pase algo malo, por el pavor a ser protagonistas de alguna de las truculentas noticias que salen en los periódicos. Supongo que en psicología habrá un término para definir este trastorno. Yo lo respeto porque siempre he sido muy sensible ante las enfermedades o problemas de la mente, que sin duda me parecen más duros de llevar que los daños físicos, pero hay una cosa que me cuesta aceptar y es que la gente intente transmitir y contagiar sus miedos a los demás.
Durante todo este año hemos tenido que aguantar numerosas reprimendas de ciudadanos locales porque dábamos excesiva libertad a nuestros hijos: "No dejes ni un segundo al niño solo en el parque, te lo pueden secuestrar";"Cuidado con los autobuses que van hacia el sur, que el otro día hubo un tiroteo"; "no os bañéis en la playa que el año pasado se ahogó un chico"; "como podéis dejar la puerta de casa abierta, os puede entrar algún delincuente"...  Claro, que nosotros no les hicimos ni puñetero caso, la casa estuvo abierta todo el año y a los chicos se movieron por el parque, el barrio o la ciudad, de acuerdo a sus respectivas edades.
Y ya, el último de los miedos que también me han tratado de inculcar inútilmente es el de los cíber delincuentes. Que cómo se me ocurre dar datos nuestros en el blog, que estoy loco por publicar fotos familiares en Flickr. Yo les he explicado que por naturaleza siempre he sido poco desconfiado y no me ha ido mal. Siempre he tenido la teoría de que el que más robos sufre es el que más vallas y alarmas tiene. Yo tengo miedo al avión, pero no intento contagiárselo a nadie; también tengo miedo de los espíritus malignos que hay en algunas casas y te ponen la mano en el hombro por la noche; también de los bancos que siempre que pueden me quitan algo de dinero... Pero sin duda lo que me provoca auténtico miedo es la posibilidad de tener algún día tanto miedo como ellos.

2 comentarios:

  1. Yo tengo miedo a las alturas, a los mosquitos de Santamera y a las serpientes, pero lo que me da miedo de verdad, es a perder un ser querido.

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  2. Sobre el miedo es mejor no pensar o hacerlo lo menos posible porque crece y crece en nuestras mentes como una planta que estuviéramos regando. Pero se dice fácil.....no siempre somos capaces de controlar nuestros pensamientos. Además los adultos tenemos que tener cuidado de no hablar de nuestros miedos a los niños porque se contagian.

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